Las peores contraseñas
NordPass, uno de los gestores de contraseñas más conocidos, publica cada año un listado con las contraseñas más comunes, que por supuesto coinciden con las peores, pues la creatividad de los usuarios para construirlas es mínima y la facilidad para descifrarlas, enorme.
En el ranking mundial de las claves de 2021, que reúne a casi 300 millones de contraseñas de usuarios de 50 países, figuran combinaciones tan poco originales como:
- secuencias sencillas de números: 123456, 123123, 11111, 00000…
- series muy simples de letras de teclado: qwerty, asdasd, asdfghj, zxcvbnm…
- palabras comunes: password, dragon, monkey, football, princess…
- expresiones muy utilizadas, como iloveyou.
- nombres propios y personajes de ficción: Superman, Danny, Pokemon…
Y en nuestro país, además de estas, se cuelan nombres como España, Barcelona, Alejandro, Carlos, Realmadrid, Cristina o Andrea, expresiones como tequiero o teamo y otras palabras como chocolate o gratis.
Consejos para crear la contraseña perfecta
La inmensa mayoría de los servicios online cuentan ya con funciones que nos dirán si estamos utilizando una contraseña débil o fuerte. Pero no está de más conocer los factores que determinan su seguridad.
- Fortaleza y longitud. Hay que crear claves que contengan mayúsculas, minúsculas, números y símbolos especiales. Además deben ser lo más largas posibles con un mínimo de 12 caracteres.
- Caducidad. Tenemos que ser conscientes de que no podemos usar las mismas para siempre, hay que cambiarlas, al menos, cada año.
- No repetirlas. No deberíamos tener dos o tres contraseñas e ir cambiándolas.
- No usar términos relacionados con nuestros datos. Tampoco hay que utilizar patrones reconocibles como pueden ser nombres familiares, la calle de nuestra dirección, el año de nacimiento… Esto hace que por simple combinatoria si se filtran esos datos (o los publicamos en las redes sociales) puedan llegar a dar con nuestras claves.
- No confiar solo en ellas. Existen sistemas de autenticación de múltiples factores (AFM) que permiten que, aunque tengamos la contraseña perfecta, si nos la roban no la puedan utilizar.