Componentes reciclables

La mejor forma de luchar contra la proliferación de la basura electrónica son los materiales reutilizables
Por Darío Pescador Albiach 24 de febrero de 2006

Antaño, un aparato de radio duraba décadas. Hoy en día la electrónica de consumo es casi de usar y tirar. Los ordenadores y teléfonos móviles se quedan obsoletos en un par de años, las revistas regalan radios digitales y en la mesa de café se amontona media docena de mandos a distancia. Tarde o temprano, todos estos aparatos terminan en la basura.

La basura electrónica es un problema, no sólo por su volumen, que alcanza las 200.000 toneladas sólo en España, sino porque los componentes electrónicos contienen sustancias tóxicas y peligrosas, como plomo, cadmio y mercurio. En EEUU se exporta basura electrónica a países del sudeste asiático, donde se vierte sin control.

En agosto de 2005 entró en vigor en España una ley por la cual los fabricantes, vendedores y distribuidores tendrán la obligación de hacerse cargo de la recogida, tratamiento y recuperación de sus productos electrónicos. Los ciudadanos, por su parte, deben depositar los equipos en los puntos de recogida, llamados ‘puntos limpios’.

Aún así la tarea es complicada, y requiere un nivel de cooperación por parte de ciudadanos y empresas que en la actualidad no se da. Sólo el 11% de la basura electrónica se recicla, frente al 28% de las otras basuras.

Por si esto fuera poco, los componentes de los equipos electrónicos no son fáciles de reciclar. El 46% de un ordenador está formado por plástico y silicio, materiales muy complicados de reutilizar. Un 20% es hierro y aluminio, que sí se pueden aprovechar, pero cuya extracción es muy costosa. Luego están los componentes minoritarios, como el plomo, el arsénico o el mercurio, muy tóxicos, que deben tratarse adecuadamente y que se encuentran escondidos en los aparatos electrónicos:

  • Los monitores y televisores contienen grandes cantidades de plomo.
  • Las placas de circuitos impresos contienen metales tóxicos como plomo, cromo, cadmio y mercurio.
  • Algunos conmutadores electrónicos contienen mercurio.

El PC biodegradable

Una posible solución es asumir que la electrónica es en efecto de usar y tirar, y emplear materiales biodegradables o fácilmente reciclables. Algunas compañías se han tomado en serio la idea del ‘ordenador verde’.

El 46% de un ordenador está formado por plástico y silicio, materiales muy complicados de reutilizar

Los plásticos biodegradables tienen la apariencia y propiedades de otros plásticos, pero una vez abandonados en el vertedero, se deshacen por la acción de los rayos solares, la humedad o los microorganismos en el plazo de unos pocos años.

Por ejemplo, NEC ha desarrollado un plástico biodegradable de ácido poliláctico, que se extrae del almidón de las patatas, el maíz y otras plantas. La compañía empezará a usar este plástico en sus ordenadores portátiles este año.

Por su parte, Fujitsu lanzó su primer modelo de ordenador portátil con carcasa biodegradable en 2002, y el año anterior introdujo la línea Biblo, donde no sólo se emplean plásticos biodegradables, sino una nueva formulación de la carcasa que además reduce los gases de efecto invernadero y es más resistente al calor.

No obstante, los críticos insisten en que los materiales biodegradables no son la mejor opción, ya que anima a los usuarios a usar y tirar, en lugar de aumentar su sensibilidad hacia el reciclado.

Menos residuos, más reciclado

Los gobiernos y fabricantes están concentrando sus esfuerzos en conseguir recuperar la basura electrónica. Grandes compañías como IBM, Dell o HP disponen de programas de reciclado. Apple se hace cargo de sus ordenadores antiguos, que se pueden entregar en cualquiera de las tiendas de la marca. No obstante, el coste del reciclado se está pasando al consumidor, que o bien tiene que pagar directamente en la entrega, o bien sufrir un sobreprecio por el proceso. Además, este tipo de servicios no existe para los ordenadores ‘clónicos’.

Fujitsu lanzó su primer modelo de ordenador portátil con carcasa biodegradable en 2002

Los móviles son aún más preocupantes que los ordenadores, ya que se renuevan con mucha frecuencia y sus baterías, compuestas de Litio, Níquel o Cadmio, son extremadamente tóxicas. En cambio, las baterías se pueden reciclar fácilmente.

Hay componentes aún más siniestros en los teléfonos. El Coltan, un compuesto de Niobio y Tántalo, se utiliza en los condensadores de los teléfonos móviles y se extrae de las minas de la República del Congo. Allí, esta actividad minera está acabando con el hábitat de los gorilas, y su contrabando financia a los señores de la guerra. Los consumidores pueden exigir garantías sobre la procedencia del Coltan, pero el reciclado de los teléfonos móviles es la mejor forma de evitar esos desastres.

Reutilizar: el otro reciclado

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Hay un final mucho mejor para la vida de un aparato electrónico que el cubo de la basura: que otras personas lo utilicen. Los ordenadores son herramientas muy potentes, incluso aquéllos que se han quedado obsoletos, y pueden ser aprovechados por los países en desarrollo.

En los últimos años han surgido iniciativas para enviar ordenadores en buen uso a proyectos sociales, educativos o países en desarrollo. La Fundación Bip Bip, por ejemplo, recoge y repara equipos para donarlos a estos proyectos. Hay otras ONG dedicadas a la recuperación de ordenadores como TeSo , Reciclanet o Presencia Activa.

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