Universo iPod

El iPod, el reproductor de MP3 más vendido, representa un floreciente negocio de accesorios y se ha convertido en el símbolo de toda una generación
Por Adriano Morán 29 de marzo de 2006

El iPod no es el reproductor más barato, ni el más resistente, pero sí el más vendido. Desde hace algún tiempo, los auriculares blancos han tomado las calles. En muchos casos son la señal de que se está usando un iPod, un objeto de deseo que en 2005 adquirieron 32 millones de personas y en torno al cual orbita un sistema de casi 2.000 accesorios: sillones orejeros con altavoces incorporados, corbatas diseñadas para albergar el reproductor, fundas de diamantes… La lista de elementos de este curioso ecosistema que rodea al iPod, a veces casi surrealista, es interminable.

El rey del audio portátil

Hay otros reproductores con un sinfín de prestaciones que pueden adquirirse a precios similares al del iPod, e incluso más baratos, pero según todos los datos de ventas de hardware, los consumidores han elegido mayoritariamente al reproductor fabricado por Apple.

Quizás porque para muchos amantes de la tecnología tener un producto de esta empresa es una especie de declaración de principios. Como todo lo que fabrica Apple, el iPod es pequeño, potente, tiene un diseño muy atractivo y está de moda. Su éxito confirma que el consumidor no siempre mide su compra según los parámetros de la fría utilidad.

El diseño y el sentimiento de poseer algo exclusivo son puntos a tener en cuenta entre las costumbres de los consumidores. Todo parece indicar que es aquí donde Apple encontró el filón, rompiendo la tendencia tecnológica de los diseños sobrecargados a favor del minimalismo y la eliminación de todo elemento superficial. Paco Lara, de Apple España, cree que ésa es la clave que ha convertido al iPod “en un producto emocional y deseable, en el icono de la música digital”.

Modelos desde 79 euros hasta 429 euros

El rey del audio portátil

El iPod se presenta en tres gamas básicas que intentan amoldarse a la capacidad económica de cada cliente. Por un lado, el más económico y sencillo: el iPod Shuffle, de 22 g de peso y doce horas de autonomía, que se puede adquirir por 79 euros en su versión de 512 Megabytes (unas 175 canciones) y por 109 euros si optamos por 1 Gigabyte de capacidad. Puede almacenar unas 240 canciones. Se trata de un reproductor basado en una memoria flash cuyo punto fuerte es su reducido tamaño y peso, aunque no tiene pantalla. Sus inventores aseguran que es un reproductor para escuchar música de forma aleatoria.

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Le sigue el iPod Nano, con capacidad multimedia (música y fotografía). Su precio oscila entre los 159 euros de la versión de 1 Gigabyte y los 249 euros que cuesta el de 4 Gigabytes (unas 1.000 canciones). Tiene una autonomía de 14 horas.

También presume de ser ‘extraligero’ (42 gramos) y de poseer uno de los perfiles más delgados del mercado, aunque muchos consumidores se han quejado de que su pantalla tiende a rayarse con demasiada facilidad. Como curiosidad, el Papa tiene uno.

La gama alta, la del iPod propiamente dicho, ofrece capacidades que se acercan más a las de un disco duro portátil que a las de un reproductor de MP3. De hecho, los iPods permiten reservar un espacio determinado por el usuario para almacenar cualquier tipo de archivos que no sean multimedia.

El rey del audio portátil

En un tamaño poco más grande que la palma de la mano, el usuario puede concentrar hasta 60 Gigabytes de capacidad. Esto supone unas 15.000 canciones y más de 20.000 fotos. Además, admite hasta 150 horas de vídeo en formato .MPEG-4, tiene una autonomía de 20 horas y una pantalla de 2,5 pulgadas. Este modelo se ofrece en España por 429 euros, mientras que su hermano pequeño, de ‘sólo’ 30 Gigabytes, se puede adquirir por 319 euros.

No todo son flores

Los críticos del iPod consideran que el diseño no puede estar por encima de las prestaciones. Muchos usuarios echan en falta la radio FM y la grabación de voz en el reproductor, características que sí incluyen la práctica totalidad de sus competidores, como los reproductores de Creative, Sony o Airis por citar algunas marcas.

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Además, está el problema de la incapacidad de reproducir música que no haya sido introducida en aparato mediante iTunes, el gestor de música para ordenadores asociado al iPod.

Aunque hay programas en Internet que permiten al iPod operar con otros programas de gestión musical, no son totalmente seguros y pueden dar problemas. Apple advierte de que el iPod puede fallar (y de hecho lo hace) al ser usado con otro programa que no sea el oficial.

La ‘i mágica’

La 'i mágica'

Muchos consumidores (es un hecho bien estudiado por los expertos en marketing) prefieren pagar un poco más si a cambio obtienen una presentación adecuada que satisfaga sus deseos estéticos. En el caso de Apple es lo que se podría llamar el secreto de la ‘i mágica’ (iPod, iMac, iBook…), una letra que algunos consumidores perciben como sinónimo de calidad y buen gusto. Desempaquetar un iPod es como abrir un regalo: todo encaja al milímetro, está lleno de pegatinas con la famosa manzana y de documentación extra sobre el aparato.

En 2005, Apple vendió 32 millones de iPod, 14 millones de ellos entre octubre y diciembre. Eso supone un crecimiento del 200% con respecto a 2004, un “hito en la historia de Apple” según su cofundador Steve Jobs. Pero los beneficios de la compañía no se centran únicamente en la venta de reproductores, sino que se extienden a una amplísima gana de accesorios destinados a superar las limitaciones del aparato. Así, proliferan los transmisores inalámbricos que permiten que las canciones se oigan en los altavoces del salón (AirPort), los mandos a distancia para modular el sonido sin tener que llevar el reproductor encima o los sintonizadores para poder escuchar el iPod en el coche, los llamados iTrip.

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Los iTrip son un ingenio que logra comunicar el iPod con la radio del automóvil por ondas de frecuencia modulada (FM), aunque como mucho ofrecerá la misma calidad que una emisora convencional potente (nunca tanta como un cable). Trabaja con frecuencias de corto alcance y no es fácil de configurar, pero permite escuchar la música almacenada en el reproductor mientras se conduce, si es que no se tiene ya una radio compatible con el iPod, algo muy común en EEUU.

Un artículo recientemente publicado en el New York Times afirma que al menos la tercera parte de los compradores adquirieron también un accesorio que no pertenecía necesariamente a la marca Apple. Aquí radica la complejidad de lo que se ha venido a llamar el ‘Ecosistema iPod’, un maremagnum de periféricos, en su gran mayoría no oficiales pero alentados por Apple, que han generado un negocio de 850 millones de dólares en 2005 y que han hecho aparecer de la nada decenas de empresas especializadas en vestir al iPod con las más diversas capacidades.

Se trata de una simbiosis empresarial única y tremendamente productiva. El ejemplo más claro es SDI Technologies, que decidió añadir a su radio despertador una conexión para el iPod. Cambió el nombre del producto anteponiendo la mágica ‘i’ y se convirtió, según Apple, en el accesorio más vendido de 2005.

Un universo de 2.000 accesorios

Para diferenciarse de los otros reproductores, Apple apostó desde el principio por los accesorios, pensando especialmente en tres ámbitos de uso: en casa, en el coche y de paseo. A las necesidades que estos tres supuestos puedan generar, la industria ha respondido con propuestas de lo más ingenioso.

La 'i mágica'

La gama de accesorios, o caprichos, para acoplar el iPod al hogar es tan amplia como se quiera imaginar. Se encuentran desde sillones con altavoces incorporados para conectar el iPod (el iChair, por 399 dólares), hasta vibradores como el iBuzz, que se agitan al ritmo de la música. Y siguiendo en esta línea, un portarrollos de papel higiénico con altavoces a ambos lados para escuchar el iPod en cualquier circunstancia.

Por su parte, la industria automovilística no ha obviado el fenómeno. La explosión del iPod ha llevado a la mayoría de los fabricantes de automóviles (Audi, BMW, mini, Alfa Romeo, Volvo, Ferrari, Volkswagen, Mercedes…) a prever la integración del iPod en sus vehículos.

Respecto a la portabilidad del iPod, según Paco Lara “se trata de un dispositivo muy personal en el que su propietario lleva el contenido más preciado y emocional, de manera que hay un enorme terreno para ofrecer fundas de todo tipo y diseño para que cada uno pueda expresar su propio estilo”. Esa oferta de fundas para personalizar el reproductor va desde una sencilla funda de madera hasta una lujosa funda, sin duda reservada sólo para bolsillos pudientes, engastada en diamantes.

iTunes Music store, revolución en la industria musical

La industria musical está cambiando. Y lo hace empujada por un giro radical en la forma que los usuarios tienen de disfrutarla, adquirirla y organizarla. Los formatos de compresión, .MP3 y otros, han conseguido aligerar el peso de los archivos de audio hasta una medida muy apropiada para su distribución en Internet y su uso en reproductores portátiles e incluso en el coche.

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Aprovechando el auge de los formatos de compresión y la ausencia de tiendas de música virtual, algo que la industria de la cultura no ha sabido cubrir hasta la fecha en Internet, iTunes Music Store (la tienda de música online de Apple), ha roto moldes entre los modelos de negocio tradicionales del sector.

Así, la industria musical norteamericana parece estar saliendo de la crisis de los últimos años, y de sus resquemores hacia el negocio en la Red, a base de dividendos: en 2005 la venta de música online en EEUU se incrementó en más del 200% y todo debido a iTunes Music Store. Este servicio se estrenó en abril del 2003 y en julio de 2005 celebró la venta de la canción número 500 millones. A finales de febrero de 2006 alcanzó la enorme cifra de 1.000 millones de canciones vendidas.

A finales de febrero de 2006, iTunes alcanzó la cifra de 1.000 millones de canciones vendidas

iTunes Music Store se ha alzado como la alternativa de Napster, y quién sabe si de las redes P2P, entre muchos consumidores que buscan la simplicidad y la rapidez en la descarga. Ha descubierto que un número muy elevado de usuarios está dispuesto a pagar por organizar a su gusto sus colecciones musicales (iTunes Music Store vende canciones en lugar de discos completos) y también por un producto aparentemente de mayor calidad.

Sociedades de autores vs iPod

Las organizaciones de autores y editores de todo el mundo llevan años reclamando medidas para frenar la piratería y, a su vez, evitar lo que ellos consideran el fin de la industria musical. En España, cada CD o DVD incorpora un canon que va a parar directamente a la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) con la intención de paliar el efecto de la copia privada, que teóricamente disminuiría las ventas de música.

Es muy probable que dentro de poco se implante un nuevo canon para los iPod, así como para todos los reproductores y teléfonos móviles con capacidad de almacenar formatos .MP3 y similares (el iPod utiliza el estándar .MPEG4).

Mientras, está pendiente la denuncia interpuesta por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) contra Apple, en la que reclama ya no que pague el canon a partir de ahora, sino que pague los retrasos por las unidades vendidas anteriormente. Apple prefiere no pronunciarse sobre este particular, que ya está en manos de su gabinete jurídico.

Quien compra canciones en iTunes Music Store no puede escucharlas en otros reproductores que no sean iPod

Por otro lado, parece que a iTunes en Francia las cosas no le van mejor. La nueva Ley de propiedad intelectual del país galo estipula que las obras digitales que compren sus habitantes no podran tener sistema anticopia (DRM). El formato que utilizan las canciones de la tienda iTunes lo tiene.

Éste, aunque es fácil de romper con algunos programas existentes en Internet, tiene como objetivo limitar la descarga de canciones de la tienda a los iPod, fomentando así su venta. De este modo, quien compra canciones en iTunes Music Store no puede escucharlas en otros reproductores que no sean el de la marca Apple. Esta práctica, de dudosa honestidad, pasaría a ser ilegal en Francia. iTunes Music Store está estudiando cerrar su página francesa.

A pesar de las trabas legales, todo parece indicar que la revolución de los auriculares blancos continuará, servirá como revulsivo a toda una industria y como icono a una generación de melómanos amantes de la tecnología, la música y, en resumen, de la cultura digital.

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