Lenta mejoría en la accesibilidad online

Aunque aumenta la concienciación respecto al problema, la dificultad de acceso a Internet por parte de personas discapacitadas sigue siendo importante
Por Sonia Martínez 16 de septiembre de 2005

Según la Organización Mundial de la Salud, la cifra de personas que padecen problemas motrices o de comunicación, ya sea por deficiencias o por edad, se sitúa entre los 750 y los 1.000 millones en todo el mundo. 37 millones viven en la Unión Europea y cuatro en España, un 10% de la población estatal. Microsoft asegura que casi el 40% de las personas tiene problemas para acceder a los ordenadores, pero de éstas, sólo el 1% está declarada oficialmente como discapacitada. A tres meses de la entrada en vigor de la ley que obliga a la accesibilidad online a la Administración, la asignatura parece que sigue pendiente.

La situación en España

La situación en España

Según el doctor Enrique Varela, director del departamento de I+D de la ONCE, la situación de Internet en la actualidad ha pasado de las etapas iniciales de negocio y diseño a un momento en el que “hay menos negocio (la burbuja se ha deshecho), algo menos de diseño y más información; con una mayor concienciación”.

El 31 de diciembre entra en vigor la ley europea que obliga a las web de las administraciones públicas a estar completamente adaptadas a las pautas de accesibilidad. Emanuelle Gutiérrez, coordinadora del comité científico de la Fundación Sidar, se muestra optimista a pesar de asegurar que “la situación no es muy halagüeña”. Aun así, Gutiérrez reconoce que ha habido avances importantes. “Que haya una Ley lo demuestra”, opina. Sin embargo, es escéptica respecto al nivel de cumplimiento de la misma. “Es verdad que muchas web han realizado algún trabajo”, reconoce Gutiérrez, “pero también lo es que hay otras que declaran haber cumplido y luego no lo han hecho”.

A pesar de la falta de compromiso, todos los expertos consultados coinciden en que se percibe un avance desde el primer estudio de 1998 sobre accesibilidad en las páginas de la Administración, realizado por el consultor independiente en temas de discapacidad Carlos Egea, a el último llevado a cabo en la primera mitad de 2005 para el portal Discapnet por la empresa Fundosa Teleservicios, especializada en creación accesible para empresas. En 1998 ninguna de las web analizadas superaba los requisitos de accesibilidad. Hoy se puede verificar una notable mejoría, según se lee en el estudio de Teleservicios; sobre todo en algunos apartados específicos de la página de la Seguridad Social.

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Suspenso para todas las web públicas

No es de la misma opinión Jesús García, investigador de la Fundación CTIC (Centro Tecnológico de la Información y la Comunicación): “Yo creo que los estudios realizados no son lo suficientemente estrictos, creo que todavía no se ha hecho un estudio realmente determinante, pero por lo que se ve hoy se puede deducir que todavía queda trabajo por hacer”.

El problema a la hora de constatar los esfuerzos de las webs por mejorar su accesibilidad es, según se deduce de las palabras de García, que no existen consultores totalmente independientes que los estudien. Las mismas empresas que publican los datos sobre la falta de accesibilidad son las que se ofrecen para subsanar los errores.

Los estudios de Acctiva, consultores de accesibilidad y usabilidad web, corroboran la impresión de García sobre el camino que queda por recorrer. En 2004, por ejemplo, Acctiva informó de que ninguna de las páginas web de los principales partidos políticos, universidades, televisiones públicas y gobiernos autonómicos cumplían los requisitos mínimos para el acceso de minusválidos y personas de edad avanzada. Ni siquiera los portales de los principales museos dependientes del Ministerio de Cultura lo hacían. Por ejemplo, según el estudio, nueve de cada diez páginas web de universidades públicas españolas no cumplían los requisitos recomendados por la legislación para hacer accesibles las páginas a las personas discapacitadas. Acctiva analizó entonces la página principal de 48 portales.

A este respecto, CONSUMER EROSKI constató en 2004 que los ayuntamientos españoles suspendían con rotundidad en el apartado de accesibilidad. “Salvo la web de Valladolid”, se puede leer en el informe de Consumer.es, “el resto no ofrece una versión para discapacitados”. El informe también destacaba que, a pesar de ello, hay tres ayuntamientos que muestran un certificado de accesibilidad: Zaragoza, Barcelona y Albacete.

Hace pocos días, el Observatorio de la Accesibilidad de Discapnet publicó un informe en el que comparaba las web de 13 universidades, la de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) y la de información universitaria del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. La conclusión que se extrae del mismo es que ninguna página alcanza el 50% de los parámetros exigidos.

La situación en España

El diseño para todos es rentable

Por el momento, aunque no están obligadas legalmente a garantizar la accesibilidad de sus páginas, las empresas están descubriendo que el diseño para todos es rentable porque amplía su base de clientes e incorpora calidad a sus productos. Según Aitor Magro Imhof, experto en usabilidad y accesibilidad web, un ejemplo paradójico es el de los servicios de banca electrónica “porque están muy presentes en el negocio de la Red y, sin embargo, la mayoría de los bancos no cumplen con casi ninguna de las pautas y recomendaciones de la WAI, iniciativa del WC3 (consorcio que regula la Red) para la accesibilidad a Internet.

En 2002, CONSUMER EROSKI realizó un estudio sobre tiendas online en el que se ponía de manifiesto que el 95% de las mismas no facilitaban las herramientas necesarias para permitir a los usuarios discapacitados utilizar satisfactoriamente sus sitios web. Tan sólo Amazon tenía en cuenta las necesidades de este grupo de usuarios.

La accesibilidad como beneficio global

El campo de accesibilidad incluye no sólo las dicapacidades, sino también otras dificultades más prosaicas, como personas de avanzada edad o las que no puedan acceder a un determinado equipo tecnológico; usuarios de conexiones lentas a Internet con menores actualizaciones o lo que se da en llamar “analfabetos tecnológicos”, que son las personas que no poseen los conocimientos adecuados. A todos ellos también les benefician los avances en accesibilidad.

Un último grupo beneficiado por la accesibilidad son aquellos usuarios que acceden con elementos de última tecnología, mediante equipos portátiles del tipo PDA, o que reciben noticias diarias directamente en su correo electrónico o en sus teléfonos móviles con reducidas pantallas gráficas. Un diseño accesible permite sacar un rendimiento muy superior al usual a las tecnologías más avanzadas.

Como dijo Tim Berners-Lee, principal inventor de la Red y director del W3C: “El poder de la web está en su universalidad; resulta esencial que todo el mundo pueda acceder sin importar si se tiene o no una discapacidad”.

Pautas para una web más accesible

Pautas para una web más accesible

En 1998, el W3C emitió a través del WAI una guía de creación de páginas web para programadores. La premisa es que la accesibilidad no sólo redunda en beneficio del usuario, discapacitado o no, sino también en beneficio de la propia web: a mayor accesibilidad, mayor cantidad de usuarios.

Se establecieron catorce pautas. Éstas, consideradas normas de facto por la Unión Europea, son en realidad consejos que se sirven de la lógica y están destinados a programadores de web, por lo que su explicación roza un tecnicismo exacerbado, aunque se pueden extraer los siguientes aspectos y ejemplos:

  • El diseño debe ser fácil de usar. Es fundamental una concepción simple, intuitiva y adecuada para todas las personas, independientemente de sus habilidades informáticas, capacidades sensoriales y de las condiciones ambientales. Debe proporcionar las mismas maneras de uso para todos los usuarios: idénticas cuando sea posible, equivalentes cuando no lo sea.
  • Flexibilidad. La página web debe poder adecuarse a un amplio rango de preferencias y habilidades individuales. Deben poder configurarse de modo fácil las características de accesibilidad del sistema operativo para una persona concreta. Y conservarse esta configuración en las aplicaciones para ser compatibles con programas de reconocimiento de voz, con soportes en lengua de signos, con la elección de teclado o ratón o con otro sistema de acceso alternativo como audio, braille, texto, luminoso, etc.
  • Tolerancia a errores accidentales o fortuitos del usuario. Debe permitir deshacer la acción o pedir la confirmación de las acciones que no se puedan deshacer.
  • Herramientas para navegar. Debe haberlas dentro de cada página y entre las distintas páginas del sitio web. Éstas deben tener una estructura clara y simple, una correcta utilización de los títulos de las páginas y un mapa de la web que pueda ser adecuadamente percibido en modo “sólo texto”.
  • Pocas imágenes innecesarias. Aunque no debe prescindir totalmente de ellas, ya que los elementos gráficos y multimedia correctamente usados contribuyen a mejorar la accesibilidad del sitio web. Los iconos e imágenes deben llevar una etiqueta de texto asociada que explique su significado. Debe ofrecerse la descripción verbal de procesos e imágenes que aparecen en pantalla.
  • Mensajes de aviso sonoros y visuales. Deben, además, permanecer hasta que el usuario confirme que los ha leído y los desactive. Debería poder regularse el tono y el volumen de los sonidos.
  • Reconocimiento y alternancia de la pulsación. Existirá la posibilidad de configurar el tiempo de pulsación de un botón para que se reconozca la pulsación. La pulsación simultánea de varias teclas podrá sustituirse por la pulsación consecutiva de éstas. La pulsación mantenida, necesaria para algunas funciones, podrá cambiarse por una pulsación normal o varias consecutivas.
  • Texto presentado como texto y no como dibujo. Los grafismos no pueden ser interpretados por un lector de pantalla.

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