Los navegadores en 2003

Aunque Explorer es el más utilizado, hay muchos otros entre los que elegir
Por Nacho Rojo 21 de julio de 2003

El 22 de abril de 1993 un grupo de estudiantes de la universidad de Illinois crearon un programa para obtener información de las redes públicas de computadoras más sencillo y agradable de utilizar que los anteriores. Mosaic, con su interfaz gráfico, se convirtió en el primer navegador popular e inició la expansión de Internet. Diez años más tarde, Internet Explorer de Microsoft es el navegador de Internet presente en la inmensa mayoría de ordenadores, pero no es el único, y, según muchos expertos, no es el mejor.

Dominio del browser de Microsoft

Los navegadores o browsers son los programas utilizados para ver en pantalla todos los documentos (fundamentalmente páginas web en HTML) que conforman la World Wide Web (WWW). No es un navegador, sino un componente que sirve para construir navegadores. Sin ellos, la información contenida en las redes no sería accesible. Pocos sospechaban hace 10 años que Mosaic, al ofrecer el primer interfaz gráfico amigable para el usuario común, iba a iniciar el camino a la adopción masiva de Internet y los cambios que ésta ha generado en el mundo.

Los internautas noveles pueden llegar a pensar que navegador es sinónimo de Internet Explorer por su ubicuidad. Pero esta supremacía sólo se da desde hace poco tiempo. El apabullante dominio del browser de Microsoft, presente en más de un 95% de los ordenadores, ha relegado al resto a la marginalidad.

Sin embargo, hay otros mundos fuera del Explorer que merece la pena valorar. De hecho, no sólo la amplia comunidad contraria al dominio de Microsoft, sino expertos más o menos neutrales, consideran que el Explorer no es, ni de lejos, el mejor de los navegadores del mercado. Así, los usuarios de Mac pueden optar por el Safari, mientras que los linuxeros tiran hacia Mozilla y Konqueror, y existen navegadores con versiones para varios sistemas: Netscape, Mozilla u Opera.

El casi total desconocimiento del común de los usuarios sobre la oferta en navegadores es fácilmente explicable. Más del 90% de internautas utiliza el sistema operativo (el programa que hace funcionar al resto de programas) Windows, que viene con Internet Explorer incorporado, un navegador que cumple su función. ¿Para qué más?

En un navegador se pueden valorar varios conceptos que no todos cumplen por igual.

  • Instalación. Aquí Internet Explorer parte con gran ventaja, ya que viene integrado en Windows y no se puede quitar, por lo que el usuario a veces ni contempla descargar e instalar otro navegador que puede llevar una eternidad con una conexión lenta.

  • Interfaz. Unos navegadores son más sencillos de manejar o más atractivos que otros. Algunos ofrecen skins para cambiar su apariencia.
  • Prestaciones. Los navegadores suele incorporar otras aplicaciones (gestor de correo, chat, editor de HTML…) y un sinfín de prestaciones que no todos comparten: bloqueo de ventanas emergentes o pop-ups y banners, antispam, navegación con pestañas, búsqueda en Internet incorporada, gestión de contraseñas, etc.
  • Tamaño y rapidez. No todos ocupan el mismo espacio, consumen los mismos recursos del sistema ni cargan las páginas con la misma velocidad. Por lo que en un ordenador antiguo habrá que buscar uno que ocupe poca memoria.
  • Seguridad. Quizá sea por ser el más utilizado, pero Internet Explorer es famoso por sus frecuentes agujeros de seguridad.
  • Adaptación a estándares y plug-ins (accesorios), para aprovechar todas las posibilidades de la WWW.

10 años de historia

Fue en 1993, cuando Marc Andreessen y Jon Mittelhauser idearon Mosaic, el primer navegador que incorporaba gráficos (antes existía el Lynx, un navegador de sólo texto creado por estudiantes de la Universidad de Kansas). Un año más tarde el propio Andreessen fundaba, junto a Jim Clark, Netscape, empresa que lanzó el Navigator en diciembre de 1994.

Netscape se convirtió en una empresa de éxito, incluida una memorable salida a bolsa en 1995, y su navegador comenzó su breve reinado. En febrero de 1996 debutó el Navigator 2.0 y Netscape estaba en la cima, con cerca de 40 millones de usuarios y una cuota de mercado de más del 70%.

Pero ese mismo año Netscape ya había visto las orejas al lobo: denunció a Microsoft por emplear prácticas anticompetitivas para promocionar su Internet Explorer (IE), que ya iba por la versión 3.0 (el IE 1.0 salió en agosto de 1995). Microsoft contaba con la enorme ventaja de la omnipresencia de Windows en los PCs y, tras el lanzamiento del IE 4.0, integró el navegador en el sistema operativo con lo que ascendió rápidamente al trono de los browsers, hundiendo sin remisión a Netscape.

Curiosamente, AOL, dueño de Netscape desde 1998, continuó distribuyendo el Explorer de Microsoft entre sus millones de usuarios. De hecho, dejó de trabajar en el Navigator poco después de adquirirlo. A cambio, hizo público su código fuente (las tripas del programa) cediéndolo a la comunidad, y retó a los programadores a mejorarlo, algo que ha dado el interesante fruto de Mozilla: un navegador libre y gratuito que funciona en Windows, Macintosh, Linux y unos cuantos sistemas más, que soporta los estándares como ninguno e incluye novedades francamente útiles como la navegación por pestañas.

Ahora, nueve de cada diez internautas (alrededor del 95%) utilizan Internet Explorer para navegar, siendo la última versión (IE 6.0), con cerca del 60% de la tarta, la más utilizada. Más de un 30% de los usuarios continúan usando versiones anteriores del navegador de Microsoft, pero las tendrán que abandonar a medida que lo haga el propio Microsoft, que ya ha colocado el IE 5.5 en fase terminal (ya no se puede descargar).

REPARTO DEL MERCADO DE NAVEGADORES
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
Netscape
80,1%
73,0%
57,6%
54,0%
30,7%
17,7%
9,8%
7,2%
3,7%
Explorer
2,9%
20,0%
39,4%
39,0%
67,5%
82,2%
89,9%
91,5%
95,9%
Otros
17,0%
7,0%
3,0%
7,0%
1,8%
0,1%
0,3%
1,3%
0,4%
Fuente: Dataquest, WebSideStory y ZD Market Intelligence, recogidos por Cnet.

Tras la feroz ‘guerra de los navegadores’, de la que ya se ha declarado el final tras el acuerdo entre Microsoft y AOL Time Warner para zanjar sus litigios, lo que asesta el golpe definitivo a Netscape, el panorama ha quedado despejado para Microsoft. El 5% que todavía no ha conquistado se lo reparten un Netscape en decadencia, un pujante Mozilla y el inagotable Opera.

Los usuarios, que han visto desde la barrera la lucha entre desarrolladores de browsers, han sido los grandes beneficiados. La fuerte competencia ha contribuido tanto a la incesante y rápida mejora de los interfaces como a unos precios sin par: los navegadores y sus actualizaciones se descargan en su mayoría gratuitamente de la Red.

Las alternativas

El incontestable dominio de Internet Explorer conlleva a que su poder se extienda cada vez más. Antes no había webmaster que no probase las páginas web que creaba en más de un navegador; ahora la mayoría de los diseñadores se conforman con que el sitio web se vea bien y funcione en el Explorer.

Pero el resto de los navegadores no se ha resignado a su suerte y, gracias sobre todo a los desarrolladores de la comunidad del software libre, han seguido trabajando para adaptar los browsers a los nuevos estándares y convertirlos en competencia real, por lo menos en cuanto a funcionalidad, de Microsoft.

  • Netscape

    Parecía que la versión 7.0 de Netscape, tras haberse saltado la 5.0 y haber lanzado una lamentable 6.0, iba a reavivar la ‘guerra de los navegadores’, pero ahora parece más apagada que nunca. Actualmente va por la versión 7.1, que no es más que Mozilla con otro nombre y alguno añadidos: filtro antispam, herramientas para desarrolladores y soporte para nombres de dominio internacionales (con caracteres no anglosajones, como la eñe o los acentos). Destaca su rapidez y la integración del email y la mensajería instantánea, pero ocupa 30MB y no combate los pop-ups.

    Huérfano de su propietaria AOL, que ha firmado un pacto para utilizar Internet Explorer, su futuro es incierto. Sin embargo, no deja de ser un gran navegador con poco o nada que envidiar al Explorer. Una comparativa del prestigioso web de tecnología Cnet, la versión 6.2 con la última del navegador de Microsoft (IE 6.0), establecía un empate global, con Explorer destacando en Interfaz y prestaciones y Netscape arrasando en seguridad y adaptación a estándares.

  • Mozilla

    En octubre de 1994, Netscape lanzó la primera versión beta del navegador que luego se llamaría Navigator: Mozilla 0.96b. Dos meses después salía Mozilla 1.0, el primer browser comercial. Pero el Mozilla de ahora no tiene nada que ver con aquel: se trata de la versión libre (código fuente abierto u open source) de Netscape, nacida en octubre de 2002 tras años de remodelación del código fuente hecho público por Netscape.

    Territorio de los amantes del software libre, las últimas versiones de Mozilla son atractivas para cualquier usuario. Combina velocidad (gracias al su motor Gecko, escrito de cero cero) y gran compatibilidad para todos los estándares con las prestaciones del mejor navegador: pestañas para abrir varias páginas en la misma ventana, cambios de apariencia (skins), email integrado (con control de spam o mensajes n o solicitados), editor de HTML (Composer), buscador en la barra de direcciones (se puede escoger Google) y gestor de pop-ups, cookies, formularios, descargas y contraseñas. Mozilla es gratuito y ‘libre’, por lo que mejora a gran velocidad.

    Dentro de Mozilla.org, el grupo de desarrrolladores open source creado por AOL, se trabaja en otras versiones de su navegador, como Camino (antes Chimera, versión ligera para MacOS X) o FireBird (antes Phoenix), cuya versión 0.6 ya la pueda descargar quien quiera probar un browser multiplataforma más rápido y ligero, ya que sólo incorpora lo indispensable para ver páginas web, sin programas de correo ni otros añadidos que poco tienen que ver con la propia navegación.

  • Opera

    Opera deslumbró desde un principio (en 1996) por su rapidez e innovadoras prestaciones, como la navegación en ventanas internas o el zoom (ideal para personas con problemas visuales), todo ello en un programa muy ligero que consumía pocos recursos. Pero también destacaba por la enorme cantidad de páginas que se cargaban mal, ya que los creadores de páginas solo se preocupaban de que se viera bien en el Explorer. Pero a finales del año pasado Opera se reformó de arriba abajo, prometiendo aun mayor rapidez de carga y total compatibilidad con todos los estándares.

    Su última versión, 7.11, tiene todo lo que se le puede pedir a un navegador y se hace complicado encontrarle peros. Lo único, quizá, es que hay que pagar 39 dólares por la versión sin publicidad. Además, esta empresa noruega destaca en un campo donde las alternativas a Microsoft pueden encontrar futuro: los mini-browsers o navegadores adaptados a dispositivos móviles como PDAs o teléfonos. Cuenta con navegadores específicos para móviles y su tecnología Small-Screen Rendering adapta las páginas web al tamaño de pequeñas pantallas.

  • Otros

    Ha habido y sigue habiendo decenas de navegadores para todos los gustos, como se puede comprobar en este archivo. Además de la familia Gecko (Mozilla, Galeon, Skipstone…), la comunidad del software libre cuenta con los pioneros en texto (Lynx) y gráficos (Mosaic) y el mucho más actualizado Konqueror, con el que los usuarios de Linux pueden además gestionar sus archivos.

    Apple acaba de lanzar con éxito el Safari 1.0 para los usuarios de Mac, basado en una aplicación de software libre, KHTML, que no es propiamente un navegador, sino una tecnología que sirve de corazón para otros navegadores. Pero para Mac hay también versiones de Netscape, de Mozilla, de Opera y Explorer (aunque Microsoft ha asegurado que no seguirá desarrollando esta rama de su navegador estrella). Y aún habrá más: iCab es otro browser para Macintosh que aún está en desarrollo.

    En definitiva, teniendo en cuenta su precio (en la inmensa mayoría de casos gratuito) y que en un mismo ordenador se pueden instalar todos los navegadores que se quiera e, incluso, tenerlos en marcha a la vez, es el propio usuario el que debe optar por cuál se adecua mejor a sus gustos y necesidades.

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