Entrevista

Pedro Farré, director de Relaciones Corporativas de la Sociedad General de Autores y Editores

Lo único que pedimos es compartir una pequeñísima parte de las ganancias
Por Jordi Sabaté 13 de abril de 2006
Img farre

Pedro Farré, abogado y director de Relaciones Corporativas de la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE), es la voz más elocuente de esta entidad gestora. En un momento en que la nueva Ley sobre la Propiedad Intelectual (LPI) se está discutiendo en el Congreso de los Diputados, Farré aparece con frecuencia en los medios para difundir las razones por las que los autores a los que representa creen que es necesario un canon por la copia privada de la obra intelectual.

Existe una cierta impresión generalizada de que la SGAE está en contra de las nuevas tecnologías porque escapan a su control. ¿Cuánto hay de verdad en ello?

Nada. La SGAE no sólo está a favor de las nuevas tecnologías sino que cree que es una forma de potenciar la comunicación entre los autores y el público. Es una entidad puntera en el uso y desarrollo de las nuevas tecnologías. De hecho, por citar sólo algunos ejemplos, en los últimos tiempos hemos firmado un convenio con el Instituto Cervantes para difundir el español en la Red; hemos acordado, junto con nuestra homónima británica, MCPS-PRS, licenciar los derechos online y hemos puesto en marcha un sistema para promocionar en Internet la música de los autores noveles. Nosotros lo único que defendemos es que en el uso de las nuevos medios tecnológicos no se menoscaben los derechos de los creadores.

Hace siete años Eduardo Bautista no le auguraba un futuro prometedor a los sistemas de compresión como el MP3 por su pérdida (evidente) de calidad respecto al formato CD. Sin embargo, la realidad le ha llevado la contraría y el MP3 se ha impuesto. ¿No creen ustedes que deben adaptarse al mundo de las nuevas tecnologías tanto en lo legislativo como en lo que respecta a la mentalidad que impera en él?

Sin contenidos culturales no habría dispositivos MP3, ni se habrían extendido de tal forma las líneas ADSL
La SGAE es una entidad que gestiona los derechos de autor de sus asociados; su cometido no es dictar leyes. La SGAE se alegra de que en España, en el año 2005, la penetración del ADSL haya crecido hasta el 19,5% cuando en 2002 era de un 3,3%. También se congratula de que si en 2004 el 10% de los hogares disponían de MP3, a finales del pasado año ese porcentaje creciera hasta un 25%. En definitiva, el sector tecnológico está creciendo y eso es positivo. Lo único que pedimos es compartir una pequeñísima parte de las ganancias porque sin contenidos culturales no habría dispositivos MP3, ni se habrían extendido de tal forma las líneas ADSL. Y los contenidos los generan los creadores, cuyo salario es el derecho de autor.

Se ha comentado en foros, blogs y diferentes páginas que en la SGAE sólo tiene peso, y cobran una cantidad significativa por sus derechos, unos pocos autores. ¿Es cierto?

La SGAE, tiene 85.000 asociados, y cada uno de ellos percibe los derechos en función del uso que se hace de sus obras. Las obras tienen un nivel de difusión muy distinto; por ejemplo, las obras de teatro o las coreografías son distintas de las canciones o de las películas. Lo importante es que se gestionen los derechos de cada una de las obras, independientemente de la dimensión que tienen.

¿Se atrevería usted a asegurar que las redes P2P, como la de Emule, son ilegales, o se remitiría a unos supuestos concretos? David Bravo opinó en una entrevista en CONSUMER EROSKI que la ilegalidad sólo se produciría en el supuesto de que existiera voluntad clara por parte del usuario de exponer sus contenidos públicamente.

No creo que se deban ilegalizar las redes P2P, pero a los prestadores de servicio se les tiene que exigir un cierto grado de responsabilidad
Siempre hemos reiterado que las redes P2P no son ilegales, pero sí el uso que se de ellas, cuando lo que se intercambia entre los usuarios son obras registradas por las que no se pagan derechos de autor. En esa acción hay una clara vocación por poner las obras a disposición pública. Y así lo han reconocido recientes sentencias dictadas en Estados Unidos, Australia, Japón o Noruega, entre otros muchos casos. Desde mi punto de vista no creo que se deban ilegalizar, pero a los prestadores de servicio se les tiene que exigir un cierto grado de responsabilidad. Insisto en que lo ilícito es la utilización que se hace de esa tecnología con el único beneficio del ánimo de lucro.

¿Cree que las redes P2P deberían ser sometidas a algún tipo de control? ¿O a algún tipo de canon que repercutiera, por ejemplo, sobre la tarifa que el usuario paga por el consumo de ADSL o sobre el precio que paga por su disco duro?

Desde la SGAE venimos insistiendo en que el cambio del mundo analógico al universo digital no debe implicar ningún cambio en el tratamiento de los derechos de autor. El respeto a los mismos tiene que ser igual al que se le ha venido dispensando.

¿Está la SGAE en contra de la copia privada ilimitada? Si es así, ¿cuál creen que es el límite razonable de copias?

El límite de copias lo establece la propia Ley de Propiedad Intelectual, que autoriza la copia para uso privado del copista; creemos que es un derecho del consumidor. Lo importante en la copia privada es que funcione siempre la compensación al autor; siempre que ésta exista, ésta será razonable y nosotros la apoyaremos. Es un mecanismo de difusión de la cultura, pero que ha de partir del reconocimiento del perjuicio a los autores y de la necesidad de compensarles por el mismo.

La SGAE ha propuesto un canon sobre los reproductores de música, cuyo ejemplo más notorio es el iPod. ¿Cómo puede explicar esta propuesta al consumidor, que simplemente ejerce el derecho de copiar la música que ha adquirido legalmente en un soporte determinado?

Cuantas más canciones se puedan grabar en un mismo equipo, menos discos originales se comprarán
La SGAE no ha propuesto un canon sobre los reproductores de música: desde 1987 están sujetos a la remuneración por Copia Privada todos los equipos grabadores (no reproductores) de obras musicales y/o audiovisuales. Si antes se pagaba la remuneración sobre los equipos grabadores de casetes, ¿por qué no se va a pagar sobre unos equipos que permiten grabar miles de canciones, cuando además, las propias empresas fabricantes de esos ‘reproductores’ (en realidad grabadores) atraen a los compradores precisamente destacando la capacidad de almacenamiento de canciones? Cuantas más canciones se puedan grabar en un mismo equipo, menos discos originales se comprarán, aumentando de esa forma el perjuicio que desde 1987 ocasiona a los titulares de las obras la posibilidad de que se realicen copias para uso privado legalmente

Recientemente, el abogado Javier de la Cueva ha conseguido que se reabra la causa que él promueve contra el canon por el soporte CD, bajo el supuesto de la Administración es el principal perjudicado por el mismo, ya que guarda todos sus datos en estos formatos y paga, por consiguiente, un canon sobre un asunto con el cual no tiene relación su actividad (la copia de material con propiedad intelectual gestionada por las entidades de autores). En este mismo problema se ven atrapados muchos otros consumidores que no utilizan el CD para copiar obras registradas. La SGAE alega que repercute el canon en el fabricante, y no en el usuario, pero al final el afectado es el usuario porque el consumidor acaba pagando cualquier sobre coste en una economía de mercado. ¿Qué soluciones proponen para este tipo de actividades que se ven injustamente grabadas? ¿Deberían estar exentos de pagar el canon por copia privada entornos en los que no se aplica la definición de ‘entorno doméstico’ como las oficinas, empresas, universidades, etc?

Ya hemos comentado anteriormente que al tenerse en cuenta el porcentaje de usuarios que utilizan los soportes CD para la grabación de repertorio protegido, la remuneración que se aplica a dichos soportes está reducida en dicho porcentaje. La única solución alternativa a esta cuestión sería que los fabricantes lanzaran al mercado un soporte similar al CD-R pero que no pudiera grabar obras musicales ni audiovisuales, pero quizás no les interese porque realmente no es tan alto el porcentaje de usuarios que utiliza estos soportes para lo que se dice habitualmente: grabar fotografía, datos informáticos, etc…

Usted ha insinuado recientemente que las licencias Copyleft estaban apoyadas por intereses económicos de ciertas empresas. ¿Qué intereses económicos están, según usted, detrás del Copyleft?

Les invito a que naveguen por determinadas páginas, en apariencia alternativas, tales como Creative Commons y observen quiénes les están apoyando económicamente
Les invito a que naveguen por determinadas páginas, en apariencia alternativas, tales como Creative Commons y observen quiénes les están apoyando económicamente. Quienes quieren cargarse el modelo moderno de derechos de propiedad intelectual, el que tanto costó conseguir (como cualquier derecho fundamental), son algunos que quieren pagar menos o incluso no pagar. Es decir, que quieren lucrarse a costa de quienes crean los contenidos, esto es, los autores. Desde la SGAE, porque así nos lo exigen nuestros asociados, no podemos permitir que una cosa así suceda. Es más, creo que los parlamentos y los jueces de todo el mundo desarrollado nunca lo permitirán.

Ustedes han creado un tipo de contrato que permite a los socios más recientes regalar su música por la Red durante los primeros tres años sin tener que pagar a la sociedad por cada canción descargada. ¿Tienen sus socios más antiguos la posibilidad de acogerse a un contrato similar?

No tiene relación con la antigüedad del socio, sino con el tipo de explotación de la obra y sólo en el ámbito de Internet. Los autores que así lo quieran puedan distribuir su música de modo promocional. La diferencia de nuestro modelo es que las obras musicales no se quedan para siempre en esta forma de explotación de coste cero, sino que el autor puede, cuando así lo desee, incorporar sus obras al régimen general.

¿Por qué cree que se hacen ahora más conciertos (y más caros) que nunca, según muestran las datos del sector? ¿Puede ser debido a las redes P2P, que aumentan mucho la capacidad de promoción de los artistas?

Los conciertos siempre han existido. Lo que hay es un mayor interés por la música en todos los formatos y cada uno de ellos contribuye al éxito de los demás. Pero lo que nadie cuestiona, por ejemplo en un concierto, es que tenga que ser gratis. Todo el mundo sabe que un concierto tiene unos costes, que alguien ha de pagarlos. Igual pasa con lo demás.

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