Cuidados para los geranios en verano

Proteger al geranio de los calores excesivos y no excederse con el riego son dos de las claves para contar con una planta fuerte y florida durante el verano
Por EROSKI Consumer 27 de diciembre de 2005
Img geranios verano list

El geranio es una de las plantas más populares en los hogares españoles, debido a su belleza y resistencia. Sin embargo, también exige algunos cuidados, sobre todo en la época de altas temperaturas, que es cuando experimenta su mayor floración. En este artículo se detallan los cuidados más importantes para el geranio durante el verano, como la necesidad de protegerlo pese a su resistencia a las altas temperaturas. Además, se indican el riego y los fertilizantes adecuados para esta planta y cómo cuidarla de enfermedades y plagas.

El geranio resiste el calor, pero conviene protegerlo

El género de los geranios constituye uno de los más extendidos en los hogares españoles, debido a los pocos cuidados que precisa. Son muy resistentes al calor y necesitan poca agua. De hecho, se recomienda colocarlos en sitios orientados hacia el sur o el sureste, para que reciban mejor la luz del sol. Sin embargo, es importante tener en cuenta algunos cuidados para que se desarrollen y mantengan mejor.

Pese a que toleran muy bien el calor, no es recomendable que queden expuestos al sol en los días de temperaturas más altas. Si pasan varias horas en tales condiciones, las hojas y la planta en general resultarán afectadas. En tal caso, conviene buscar un sitio de sombra o media sombra para resguardarlas, sobre todo en las regiones más calurosas. De esta manera, se protegen no solo las hojas sino también las flores. La temporada de verano es la principal época de floración de la flor, aunque en realidad comienza en abril y se extiende hasta noviembre.

Riego y fertilizantes adecuados para el geranio

Aunque haga calor, el geranio no necesita mucha agua. Apenas un par de riegos a la semana, o como máximo tres, si las temperaturas son muy elevadas y el ambiente, muy seco. Durante el otoño es suficiente un riego semanal, e incluso menos en invierno: solo cuando se detecte que el suelo esté seco. El sustrato, por su parte, debe ser ligero y con buen drenaje, para evitar un exceso de humedad que podría pudrir el geranio.

Conviene evitar que las hojas del geranio se mojen; basta con pasar un plumero por encima para mantenerlas limpias

Hay que tener cuidado de no mojar las hojas de la planta. El agua contribuye a quemar las hojas cuando quedan expuestas al sol y, además, propicia el ataque de las royas del geranio, un parásito que forma una suerte de polvillo sobre las hojas y las destruye. Si se percibe el ataque de esta plaga, se aconseja arrancar las hojas afectadas y aplicar un tratamiento insecticida contra este agresor. Para mantener limpias las hojas del geranio, basta con pasar un plumero por encima.

Como el verano es la principal época de floración, si se desea mejorar la calidad de las flores, se deben incorporar los correspondientes fertilizantes. Si se usa en forma líquida, se debe aplicar junto con el riego cada 15 días durante estos meses. Los fertilizantes específicos ricos en potasio requieren una frecuencia menor: una vez al mes. En cambio, los que se presentan como una especie de pequeñas piedras, deben enterrarse en el sustrato, un par por cada maceta, cada dos meses.

Cuidar el geranio de plagas y enfermedades

Las principales plagas que atacan al geranio son los pulgones y la mariposa africana. Esta última es una de las plagas que mayores estragos causan en diversas especies de toda la península. Son unas mariposas cuyas crías, unas orugas de color verde y de dos centímetros de longitud, agujerean y se alojan en los tallos y provocan en poco tiempo la muerte de la planta. Si se detectan unas pocas partes afectadas, se deben arrancar para tratar de salvar el resto de la planta con la aplicación de un insecticida especial. Cuando la plaga ha colonizado una parte significativa del ejemplar, será muy difícil salvarlo.

El ataque del pulgón es un poco menos grave que el de la mariposa africana, pero también hace mucho daño. Además, genera el ataque de otras dos plagas, que aprovechan su acción: la negrilla, un hongo que afea las hojas de la planta y le impide desarrollar la fotosíntesis de manera normal, y las hormigas, que recogen las gotas de melaza que generan los pulgones.

También hay que estar atento a posibles ataques de otras plagas, como las cochinillas, la mosca blanca, las orugas, los nematodos y la araña roja.

Además de la roya, hay enfermedades que pueden aquejar al geranio: la botritis, el oidio, la alternariosis y el llamado “virus del mosaico”.

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