Comunicarse desde el extranjero

Las tarifas especiales de móvil, los locutorios e Internet posibilitan hablar con los seres queridos a un precio razonable
Por EROSKI Consumer 17 de noviembre de 2006

Cuando vamos al extranjero por motivos de trabajo o de vacaciones una de las preocupaciones habituales es saber cómo comunicarnos con los familiares y amigos para tranquilizarles, decirles que hemos llegado bien o contarles nuestras aventuras. Pero si no prevemos esta cuestión es probable que tengamos que terminar llamando a precios desorbitados, que suelen rondar los dos euros por minuto.

Algunas operadoras disponen de tarifas especiales para llamar desde el extranjero

Lo primero es preguntar a la compañía de telefonía móvil si tiene alguna tarifa especial para llamar desde el extranjero. La compañía habilitará el teléfono para poder usarlo sin problemas y concertará las llamadas a un precio de unos sesenta céntimos el minuto. Claro que el establecimiento de llamada suele ser más caro de lo habitual. Es importante también preguntar el precio de los mensajes de texto, porque suelen ser mucho más baratos.

Si no contratamos ninguna de estas tarifas especiales, debemos informarnos de cuánto cuesta llamar desde nuestro móvil a nuestra ciudad y viceversa. Puede ocurrir que nos resulte más caro llamar al país a que nos llamen de nuestra ciudad. En ese caso, podemos pactar con quien tengamos previsto hablar hacer llamadas a cobro revertido.

Los locutorios ofertan bonos parecidos a las tarjetas que se utilizan en las cabinas tradicionales

Otra opción económica es recurrir a los locutorios. La inmigración y la emigración han hecho que este tipo de establecimientos estén presentes en todo el mundo. Se trata de centros con cabinas de teléfono desde las que llamar usando unos bonos similares a las tarjetas que se usan en las cabinas tradicionales. Aunque es de esperar que en el propio locutorio vendan esos bonos, no está de más ser precavidos y comprarlos de antemano en un locutorio de nuestra ciudad.

Por último, el método por el que más barato resulta comunicarse es a través de Internet. Actualmente son pocos los hoteles que no ponen al servicio de sus clientes ordenadores con conexión. Incluso los albergues suelen contar con alguno. En caso de que no hubiera, los locutorios suelen tener también algún ordenador y el precio de la hora no suele alcanzar los dos euros. En las ciudades europeas, por el mismo precio, se encontrarán también cibercafés.

Internet permite en primer lugar mandarse correos electrónicos en vez de las cartas o postales que tanto tardan en llegar. Un paso más son los servicios de mensajería instantánea, como el Messenger, que ofrecen una comunicación rápida y fluida por escrito. También pueden hacerse llamadas telefónicas por Internet utilizando un programa de voz sobre IP. El gran avance es la videoconferencia, una opción que esos propios programas contemplan. Casi todos los cibercafés y locutorios cuentan con una web-cam que permite, si la persona con la que vamos a contactar también tiene cámara, hablar sin usar el teclado, viéndose y oyéndose.

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