La eficacia de los tratamientos para controlar problemas de salud mental graves como la esquizofrenia permite sacar a la luz otras carencias de estos enfermos, que tienen una esperanza de vida un 20% menor que el resto de la población. En España se ha presentado por primera vez un documento de consenso sobre la salud física de los enfermos mentales, con el propósito de sensibilizar sobre sus problemas y evaluar los avances logrados mediante la creación de un observatorio.
El vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y responsable del servicio de psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Jerónimo Saiz, explicó que estos pacientes tienen en muchas ocasiones más problemas de soledad y de comunicación e incluso de falta de percepción del riesgo y del dolor que quienes no sufren enfermedad mental. Ello hace que tengan más casos de intentos fallidos y consumados de suicidios, además de un mayor número de accidentes, pero en el incremento de mortalidad de estos enfermos influyen también los efectos adversos de los fármacos, así como los malos hábitos de vida y alimenticios.
El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, José Giner, apunta que incluso puede haber una predisposición genética a algunas enfermedades cardiovasculares en estos enfermos, aunque reconoce que este punto no está suficientemente estudiado. Según un reciente estudio, un 66% de los pacientes con esquizofrenia presenta hipercolesterolemia, un 25% padece obesidad, un 18% hipertensión y un 5% diabetes.
Además de la posible predisposición y efectos secundarios de los medicamentos que toman para su mal, los enfermos tienen tendencia al sedentarismo, fuman en exceso y comen alimentos con un alto contenido en grasa, lo que favorece el desarrollo de enfermedades endocrinas y cardiovasculares. La Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Instituto de Salud Carlos III indica en otro estudio que un 65% del exceso de mortalidad que presentan estos enfermos se debe a causas naturales.
Los psiquiatras son ahora conscientes de que quizás han dejado en un segundo plano los problemas físicos de los enfermos mentales y reconocen que hay que tener una mayor sensibilidad y concienciación sobre esta faceta. La esquizofrenia afecta al 1% de la población mundial, sin distinción de clase social, etnia o sexo, y en España la padecen cerca de 400.000 personas.
