Retrasos, problemas con el equipaje y «overbooking», quejas más frecuentes de los pasajeros de avión

La gran proliferación de suplementos hace casi imposible averiguar el coste de un vuelo antes de comprarlo
Por EROSKI Consumer 18 de abril de 2006

Los retrasos de los vuelos, los problemas con el equipaje y el «overbooking» o sobreventa de billetes son las quejas más habituales de los pasajeros de avión, según una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en colaboración con otras asociaciones de consumidores de Bélgica, Francia, Holanda, Italia y Portugal.

La falta de puntualidad es un problema importante en el transporte aéreo. Se considera retraso cuando la llegada se produce al menos 15 minutos más tarde de lo previsto. Según la encuesta, esto le ocurre a un avión de cada cuatro. «En el 28% de los casos, el retraso fue de al menos dos horas y en el 6% de cinco horas o más. El retraso medio en los grandes aeropuertos (77 minutos) es similar al de los pequeños (70 minutos)», explica OCU.

El 7% de los pasajeros encuestados tuvo algún tipo de problema con su equipaje (daños y pérdida temporal de las maletas, principalmente). El embarque por falta de plazas se denegó en un 1% de los casos. «Una de las obligaciones de la compañía en este caso es buscar voluntarios que cedan su plaza a otros más necesitados; pues bien, en más de la mitad de los casos la legislación no se respetó», indica la organización. Añade que sólo cuatro de cada diez pasajeros que sufrieron «overbooking» recibieron comida y una compensación económica, como señala la normativa.

Precio del billete

Respecto al precio de los billetes, OCU señala que es tal la proliferación de suplementos que se hace casi imposible averiguar cuánto cuesta un vuelo antes de comprarlo. «Las compañías aéreas y agencias virtuales prefieren anunciar un precio base barato y, a continuación, dar información sobre los suplementos, lo cual dificulta a los consumidores la comparación de precios», apunta.

A su juicio, esta falta de transparencia «es escandalosa», por lo que solicita a la Comisión Europea y a las autoridades españolas que obliguen a las compañías a anunciar el precio definitivo de los billetes antes de iniciar la contratación. En concreto, OCU demanda la adopción de una reglamentación general que prevea que la tarifa indicada o anunciada sea el precio global que pagará el consumidor. Asimismo, pide que se analice la naturaleza y el importe de los suplementos que se cobran para impedir cualquier abuso.

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