El Banco de España estima que la vivienda está sobrevalorada entre el 24% y el 35%, pero descarta un ajuste brusco del mercado

Teme que la pérdida de competitividad y la deuda familiar comprometan el crecimiento de la economía a medio plazo
Por EROSKI Consumer 11 de junio de 2005

La vivienda está sobrevalorada entre el 24% y el 35%, según aseguró ayer el Banco de España en su Informe Anual correspondiente al año 2004, que prevé también que el mercado se irá ajustando de forma gradual. El gobernador de la entidad, Jaime Caruana, descartó que la «extraordinaria duración e intensidad» del periodo expansivo del mercado inmobiliario presente signos de agotamiento. Reclamó medidas de apoyo al alquiler y reformas estructurales de calado que acompañen a las ya tomadas por la ministra María Antonia Trujillo que, de momento, consideró «poco eficaces».

En los últimos años, el mercado de la vivienda se ha disparado. La llegada de inmigrantes, la compra de segundas residencias o los bajos tipos de interés han favorecido un repunte de la demanda. La oferta «ha respondido de forma ágil pero, a la postre, insuficiente», apuntó Caruana, que, sin embargo, reconoció que las desorbitadas subidas de precios (17,35% en 2004) no responden a criterios «lógicos».

Si a mediados de 2002 la sobrevaloración se cifraba entre el 8% y el 20%, la realidad del mercado ha obligado al banco a elevar el desajuste. Aún así, los técnicos del organismo se curan en salud y subrayan que su cálculo «está sujeto a un elevado grado de incertidumbre», por lo que recomiendan acotar el desfase en el primer tramo de la horquilla. Esto es, entre el 24% y el 30% para 2004. Los expertos creen que en el futuro se producirá una «eliminación paulatina y ordenada de la sobrevaloración». Basándose en episodios similares de la historia reciente, prevén que la normalización del sector se produzca «sin correcciones bruscas».

Riesgos futuros

La economía española va bien y su notable crecimiento está garantizado este año, pero la pérdida de competitividad y la posibilidad de que la elevada deuda recorte la capacidad de consumo de los hogares y afecte a la producción pueden frenar su expansión a medio plazo, advirtió Caruana.

En su discurso, el Gobernador instó al Gobierno y a la sociedad a abordar en profundidad las reformas del mercado laboral y del suelo. Aconsejó, entre otras medidas, la rebaja del coste del despido en los contratos indefinidos para hacerlos «más atractivos», la revisión de los incentivos a la contratación permanente, un tratamiento fiscal más neutral de la vivienda en propiedad y un mayor esfuerzo en las cuentas de las administraciones, que, en tiempos de bonanza, no debieran conformarse con un estricto superávit.

El aumento de la deuda familiar, causado en su mayor parte por la vivienda, sigue soportado por el patrimonio inmobiliario -fuertemente revalorizado-, pero el «colchón» de ahorro disponible «casi ha desaparecido». Si la pujanza del empleo se reduce, o se producen alzas de tipos de interés, el consumo y la inversión residencial «van a sufrir las consecuencias».

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