Recomendaciones a la hora de comprar una vivienda de veraneo

Año tras año aumentan las compras de segundas residencias en la costa. El mercado es muy atractivo, pero para adquirir la tan ansiada casa en la playa conviene proceder con precaución.
Por EROSKI Consumer 28 de junio de 2004

Cada vez son más los compradores de viviendas de veraneo. Su número puede ir aumentando porque parece que los precios tienden a estabilizarse en algunas zonas y se ofertan, por lo general, mejores productos que antaño. Lo primero que hay que tener en cuenta es que no precipitarse al hacer la compra justo antes de la temporada estival. Se trata de una adquisición que precisa dedicarle un tiempo razonable, suficiente para poder elegir y es preferible acudir al lugar donde se encuentra para verificar lo que se está adquiriendo.

La elección de la zona es uno de los pasos que se debe dar con más precaución. Asegurarse de que es lo que se desea y, a ser posible, una ya conocida, para evitar sorpresas como un clima inesperado o una saturación no deseada.

Lo que se debe de intentar de antemano es elegir una casa acorde a cada necesidades (superficie, número de habitaciones, dotaciones comunitarias, etc.) y no dejarse llevar por otros encantos más cautivadores pero menos útiles a la larga. Además, se debe saber qué es lo que se quiere de la casa para considerar el entorno en que esté enclavada (si tiene buenas comunicaciones, zonas verdes, centro comerciales próximos, áreas deportivas, alternativas de ocio distintas a la playa…).

No hay que fiarse sólo de los folletos informativos sobre la vivienda o planos, aunque tengan carácter vinculante. Lo ideal conocerla antes de adquirirla. Es preferible prevenir antes que verse inmerso en juicios o procesos interminables y desagradables. Si la casa está aun por construir, mejor es informarse en la localidad sobre la promotora.

Que la vivienda esté sita en primera línea de playa no quiere decir que tenga vistas al mar, puede que esté sólo a unos metros de la arena y el exterior dé a un descampado o a una mole de hormigón. Además, no siempre compensa esa cercanía al mar con respecto al aumento del precio de la casa, la diferencia puede ser sustanciosa.

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