Entrevista

Querubina Meroño. Directora del Banco del Tiempo de San Javier (Murcia)

Los negocios de tiempo son algo complementario al resto de economías
Por Miren Rodríguez 19 de octubre de 2006
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Querubina Meroño (Murcia, 1958) lleva más de treinta años ayudando a los demás, colaborando con grupos de discapacitados primero, en Cruz Roja después y como Directora de Banco de Tiempo de San Javier desde 2004, donde compatibiliza esta labor con la de médica de urgencias en la cuenca minera de La Unión. Este proyecto de los Bancos de Tiempo, que nacen en Estados Unidos a comienzos de los años 70, llegan a Europa a través de Italia diez años más tarde con el fin de que las mujeres pudieran tener tiempo libre. En nuestro país el Banco de Tiempo es un ejemplo de cómo se puede ayudar a otras personas y a nosotros mismos, con el valor más preciado, y a menudo más olvidado: el tiempo de cada uno. “Hay que pensar que los negocios de tiempo son algo complementario al resto de economías. Las personas ‘reaprenden’ a ayudarse”, concreta.

¿Qué es un Banco de Tiempo?

Es un sistema de intercambio y ayuda mutua en el que la moneda de cambio es la hora a partir de una ecuación muy sencilla: 1 hora = 1 crédito. Podemos decir que también que es un modo de relacionar los distintos estamentos sociales de una forma muy bonita, además de sostenible, generando beneficios para todas las personas e instituciones que participan en este sistema multirrecíproco. No hay que olvidar que hablamos de sostenibilidad y que yo, como gestora, sé que para llegar un poco más allá, es necesaria la colaboración de todo el mundo. Hay que tener en cuenta que los bancos de tiempo -cuando funcionan de modo óptimo-, trabajan en sistemas de coproducción que podríamos definir como actividades puntuales en las que se marca un objetivo a conseguir que se comporta como catalizador de todas las energías y que finalizan cuando se ha conseguido dicho objetivo (restaurar unos muebles para un local asociativo, colaborar en la coordinación de un evento comunitario, ayudar a un matrimonio mayor a pintar su casa…), después, se pasa a otra coproducción.

¿Qué se entiende por coproducción?

Es algo parecido al sistema de hacer películas: nos marcamos metas muy concretas que pueden lograrse en poco tiempo. De este modo conseguimos, sin interferir con el ámbito laboral, un gran beneficio para los proyectos, y capitalizamos todo el tiempo de nuestros socios además de poder establecer colaboraciones e intercambios con grupos que no pertenecen de manera estable al sistema. Un ejemplo de esto último es la experiencia que hemos realizado con Proyecto Hombre, organización que nos ha dedicado dos horas mensuales, 35 personas de la asociación y 5 socios de Banco de Tiempo con el fin de pintar una sala para el archivo de material del hotel de asociaciones. Nosotros les ofrecemos un paseo en barco por el Mar Menor. Se trata de ‘poner en valor’ el tiempo de las personas y lo que son capaces de hacer juntas.

“Se trata de ‘poner en valor’ el tiempo de las personas y lo que son capaces de hacer juntas”

¿Cómo y cuándo se crea el Banco de Tiempo de San Javier?

Se crea en 2004 y nace de la siguiente manera: esa primavera conocí en un proyecto sobre arte que se realiza anualmente en nuestro municipio: ‘IMAGINA’, a una serie de personas que me hablaron del proyecto Banco de Tiempo y de que habían colaborado en la implantación de un modelo en Alicante, y como ese sistema de trueque ya lo conocía desde pequeña porque vivía en una zona rural, me resultó muy atractivo, y a partir de este momento comencé a plantearme la creación de uno en San Javier. Tras leer sobre el tema y asistir a una jornada sobre habilidades para gestionar un Banco de Tiempo, encontré que siempre estaban orientados a los servicios para la mujer y a la ayuda mutua vecinal. Posteriormente tuvimos la suerte de contactar con el área de Acción Social del Ayuntamiento de Alicante, que nos ofreció una ayuda inestimable en estos primeros pasos: una memoria de su proyecto de Banco de Tiempo también orientado a ese colectivo principalmente femenino y que nos sirvió como comienzo.

A partir de ese momento se incorporó al equipo un ingeniero informático, Rafael González, y fue cuando empezamos a trabajar con un lenguaje informático que permitió la gestión a través de Internet, etc., una herramienta que abre muchas fronteras. Es cuando creamos un portal, www.bancodeltiempo.org, en el que volcamos nuestras experiencias y las de otros sistemas de Banco de Tiempo a nivel internacional y nacional.

¿Cuántas personas forman parte de este Banco?

En organización somos 15 personas, hay un equipo básico de cuatro personas con una vinculación laboral y el resto son socios de Banco de Tiempo que están colaborando en proyectos concretos. La última incorporación ha sido un conjunto de periodistas que nos ayudan a crear noticias legibles. También contamos con creativos socios de Banco de Tiempo, organización que nos ayuda en la imagen.

¿Existe límite de edad?

Trabajamos desde el formato escolar, de los tres años que empiezan a hacer juegos y actividades para colaborar e intercambiar, hasta adultos sin límite de edad. La apuesta de San Javier es la creación de un laboratorio social con los distintos modelos de Banco de Tiempo que están funcionando y se están interconectando unos con otros para cooperar tanto entre ellos como con otros bancos de fuera de nuestro municipio. De hecho, somos impulsores de la red B.D.T., que es un sistema para facilitar la creación de Bancos de Tiempo que cuenta con un formato prefijado de herramientas, entre ellas el Cyclos, que en su última versión ya permite la interconexión de sistemas a nivel internacional y entre distintos puntos geográficos.

¿Cómo funcionan estos sistemas donde los usuarios pueden ofrecer y recibir servicios sin mediar la moneda oficial?

El funcionamiento puede ser de dos maneras, o bien a través de la herramienta informática cyklos, que siempre la recomendamos para realizar una gestión más adecuada, o se puede emplear un sistema de talones o cheques que después se entregan en la oficina del Banco de Tiempo para que se contabilice la transacción. En ambos casos se cuenta con un listado de usuarios que ofrecen y demandan actividades. En cualquier caso, la persona ofrece y solicita una serie de horas para realizar tareas de ayuda o intercambio de experiencias o conocimientos, por ejemplo una persona que le gusta y sabe reciclar puede ofrecer sus conocimientos a alguien que necesite arreglar algo o simplemente aprender. A cambio puede solicitar que alguien le ayude a aprender windsurf, etc. La gestión de la oficina también se puede llevar a través de socios formados adecuadamente que así ganan sus créditos de tiempo. En San Javier se puede participar tanto como usuario individual como colectivo: una asociación, empresa, instituto…, y siempre dedicamos una parte de horas que se generan a la comunidad donde se ha implantado el Banco con el fin de mejorar las condiciones de vida de nuestra comunidad.

¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías en los Bancos del Tiempo?

Como sistema económico para interconexión entre los distintos tipos de poblaciones me parece excelente. Si queremos trabajar con nuevas tecnologías que nos permitan que sea sostenible lo que estamos haciendo, es importante que primero canalicemos las nuevas necesidades de aprendizaje: la informática. Nosotros a lo largo de este año hemos conseguido algo muy bonito: generar 400 horas semanales de informática abastecidas por socios de Banco del Tiempo para alfabetización informática.

¿Qué requisitos se necesitan para pertenecer a un Banco del Tiempo?

Lo que aconsejamos a todos los grupos que deseen montar un Banco de Tiempo es que se apoyen en una asociación o en una empresa. A partir de ahí se puede montar como voluntariado social corporativo o bien dar esa facilidad como una herramienta que se ofrece a los clientes en un momento dado. Por tanto, con un colectivo de al menos tres personas se puede empezar. Es necesario contar con un espacio físico donde por lo menos un par de veces a la semana esté abierta la oficina para que puedan entregar los cheques cuando se ha hecho una transacción con soporte, material para las consultas, etc.

En este sentido es muy importante la formación, nosotros tenemos ahora un programa de formación continuada, donde montamos cursos de agentes de tiempo a distintos niveles. De esta manera, las personas que quieran montar Bancos de Tiempo reciben formación sobre cómo funcionar. Es fundamental que en este sistema haya una cierta transmisión oral, por eso hay un aprendizaje cooperativo también que puede ayudar con ejemplos prácticos. Para ello hemos adoptado la metodología inglesa que ya lleva muchos años funcionando y es de gran calidad.

¿Cuáles son los servicios más demandados?

Depende de quien haga la demanda: un usuario normal puede pedir ayuda para algo puntual o bien para aprender algo o practicar una actividad con alguien que sabe más, como por ejemplo Tai Chi o dibujar. Si es un centro de discapacitados o de mayores plantean otro tipo de demandas como leer, compañía, música, acompañamiento a actividades comunitarias, etc.

Desde la creación del Banco de Tiempo de San Javier, ¿cuántas personas se han beneficiado?

Ahora mismo tenemos un Banco de más de 300 personas.

“Ahora mismo tenemos un Banco de más de 300 personas”
Además, en el modelo de Banco de Tiempo Organización ahora mismo estamos con un grupo de trabajo internacional que está generando las reglas de uso para las redes de Banco de Tiempo con el fin de que sea coherente e internacional en colaboración con EEUU, con el Banco de Tiempo de Inglaterra, y hay ahora mismo incorporaciones de Dinamarca. Podemos decir que somos un pueblo pequeñito pero con horizontes muy grandes.

¿Son compatibles los Bancos de Tiempo con los sistemas económicos tradicionales?

Hay que pensar que los negocios de tiempo son algo complementario al resto de las economías, que no le hace daño, sino que sucede lo contrario: las personas ‘reaprenden’ a ayudarse. Hay que tener en cuenta que en todas las sociedades ha habido esa facilidad de ayuda mutua, pero que últimamente parece que esa labor es más difícil, las estructuras familiares tradicionales ofrecían ese colchón de amortiguación social, ahora es diferente. Por eso el Banco de Tiempo es también un sistema para trabajar la credibilidad entre la ciudadanía.

“El Banco de Tiempo es también un sistema para trabajar la credibilidad entre la ciudadanía”
Por otro lado, el comercio y el negocio en cualquiera de las formas que entendamos es quizá la forma más humana y respetuosa de considerar al otro ser humano igual que tú, y el hecho de que uno pueda capitalizar tus propias cualidades y las de otro me parece algo valioso.

Entonces, ¿no es necesario contar con una inversión económica inicial para crear un Banco de Tiempo?

No es necesario. Lo recomendable es pertenecer a la red de BDT (Banco de Tiempo), que ahora mismo se está acabando de articular el sistema. Incluso se van a poder apadrinar Bancos de Tiempo en un futuro. Este es un gran proyecto que se puede conseguir a partir de capitalizar los propios recursos de cada lugar solamente con los recursos humanos. Así estamos dando unos pasos para trabajar la paz y la igualdad entre las personas, dando igual su procedencia.

¿En España hay muchos Banco de Tiempo?

En España hace años que distintas ciudades trabajan con Bancos de Tiempo. En nuestros inicios el de Alicante nos sirvió de punto de partida; ahora mismo hay algunos en Santander, distintas ciudades de Galicia, Alcobendas etc. El sistema que nosotros estamos utilizando está orientado a generar herramientas para la comunidad, y en lo posible accesibles sin limitación geográfica, trabajando además en comunidades más amplias, no sólo con mujeres, sino niños, adultos, varones, ancianos, empresas, discapacitados, etc. En definitiva, se trata de trabajar en la población rural y sin fronteras y que hablemos un mismo lenguaje de valores que fomente la paz y el equilibrio social.

¿Cuáles son sus estrategias para que la sociedad participe más activamente en ellos?

Trabajamos primero con los líderes naturales para que cale en ellos la idea y nos ayuden a transmitirla al resto. Procuramos realizar coproducciones exitosas desde el principio para que todo el mundo se vaya con buen sabor de boca. Hay que hacer una labor constante en nuestros medios de comunicación locales y en los distintos colectivos que pensamos que pueden tener interés en nuestra comunidad de tiempo, colegios, empresas, institutos, asociaciones… así como recoger las ideas que nos transmiten.

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