Falsos mitos sobre la congelación que potencian el desperdicio de alimentos

Los consumidores tienen ideas erróneas sobre la congelación de los alimentos que contribuyen al elevado desperdicio de alimentos, según un estudio
Por Marta Chavarrías 11 de agosto de 2016
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Imagen: eskymaks

Cada año se tiran a la basura miles de toneladas de alimentos en los hogares. Gran parte de estos residuos podrían aprovecharse y una manera de hacerlo es, según la Agencia de Alimentos británica (FSA), conocer mejor cómo se deben congelar los alimentos. Sus expertos creen que comprender mejor cómo funciona este tipo de conservación podría reducir de manera significativa el problema del despilfarro de alimentos. El artículo explica cuáles son los mitos sobre congelación que circulan entre los consumidores británicos y qué otras prácticas se pueden adoptar para reducir el desperdicio de alimentos.

La investigación realizada por la Agencia de Alimentos británica admite que «el 68% de las personas encuestadas ha tirado comida en el último mes». Según las autoridades sanitarias del país, los consumidores del Reino Unido «desperdician siete toneladas de comida y bebida cada año».

En el estudio, los expertos han identificado una serie de mitos que rodean a la congelación de alimentos, que puede haber llevado al aumento de los residuos de alimentos en los últimos años. Los científicos consideran que muchos de los temores que tienen los consumidores sobre la congelación carecen de fundamento. De ahí que la FSA inicie trabajos, en colaboración con el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra) y el Programa de Acción de Residuos y Recursos (WRAP), para asesorar a los consumidores sobre el proceso de congelación. Este asesoramiento pretende acabar con algunas creencias (erróneas, según los especialistas) que tienen los consumidores británicos sobre la congelación y que hace que se incremente la cantidad de alimentos desperdiciados.

Falsos mitos sobre la congelación

Cada año van más alimentos a la basura. Cuanto más aumentan las cifras, más lo hacen también los estudios para reducir este problema. Uno de los últimos que se añaden a la lista es la encuesta de la FSA según la cual las ideas falsas sobre los alimentos congelados contribuyen a los siete millones de toneladas de residuos que se despilfarran en los hogares del Reino Unido cada año y que, según las estadísticas, equivaldrían a seis comidas por hogar a la semana.

Algunos de los errores que comete el consumidor, según la Agencia de Alimentos británica, son:

  • 1. Solo se pueden congelar ciertos alimentos. Según los expertos, la congelación actúa como un «botón de pausa», por lo que consideran que puede congelar casi todo. Según la FSA, es por completo seguro congelar alimentos hasta la fecha de caducidad, lo que incluye carnes y comidas cocinadas. Una vez descongelada la comida, deberá consumirse en un plazo máximo de 24 horas.

  • 2. La congelación mata los gérmenes. La mayoría de las bacterias sobreviven a la congelación. Sin embargo, se inactivan mientras el producto está congelado debido a las bajas temperaturas y la falta de agua disponible. El sabor o la textura de los alimentos pueden deteriorarse con el tiempo debido a los daños que ocasionan los cristales de hielo. Cuando se descongelan, sube la temperatura y se forma agua de nuevo, lo que proporciona las condiciones idóneas para el crecimiento de bacterias patógenas. Por este motivo es aconsejable descongelar los alimentos lentamente.

  • 3. No se puede congelar un alimento antes de su fecha de caducidad. Según la FSA, muchos consumidores creen que solo pueden congelar los alimentos el día que lo compran. Pero los expertos aseguran que pueden congelarse hasta la fecha de caducidad, aunque recomiendan hacerlo tan pronto como sepan que no lo utilizarán antes de que caduquen.

  • 4. No se pueden congelar las carnes cocidas (incluyendo el pollo). Para la FSA, se pueden congelar tanto carnes crudas como cocidas e, incluso, cocinar la carne descongelada y congelarla de nuevo.

Los expertos admiten que la seguridad del alimento no se ve alterada, lo que sí puede quedar deteriorada es la calidad con el paso del tiempo, por lo que recomiendan consumir en un plazo máximo de tres a seis meses y seguir las instrucciones que vienen en el envase (en el caso de que así sea). Los expertos aclaran que la mayoría de las bacterias pueden sobrevivir a la congelación, aunque se inactivan a estas temperaturas.

Objetivo: tirar menos comida

Se calcula que cada año se tiran unos 1.300 millones de toneladas de alimentos aptos para el consumo
Se calcula que cada año se desaprovechan o tiran unos 1.300 millones de toneladas de alimentos aptos para el consumo, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de 2011. En la Unión Europea, se despilfarrarían al año unos 89 millones de toneladas, según datos de la Comisión Europea. En algunas de las investigaciones realizadas en este campo, los expertos se han preguntado alguna vez por qué el consumidor tira cada vez más alimentos a la basura, a lo que siempre han respondido que las razones pueden ser distintas.

Una de ellas la han dado ahora los expertos británicos, aunque hay otras, como la falta de correspondencia entre la cantidad de alimento que hay en los envases y la necesidad real de los consumidores. Además del ciudadano, hay otros implicados en la reducción del desperdicio de alimentos. Si el número de hogares con pocos miembros ha crecido con fuerza, la industria alimentaria también debe adaptarse a estas nuevas necesidades, optando por porciones más pequeñas.

Otro motivo por el que se despilfarra es comprar demasiada cantidad de comida y no consumirla a tiempo. Por tanto, planificar la compra y adaptarla a las necesidades de la familia evitará que se compre más de lo que se necesita.

Otra manera de reducir las toneladas de alimentos que se desperdician sería la aceptación de productos «feos», es decir, frutas y verduras deformadas que no entran en la cadena alimentaria por su apariencia, no por su calidad. Según datos de la FAO, en todo el planeta se desechan casi el 40% de las frutas y hortalizas antes de que lleguen al consumidor. En la UE, una de las principales razones es, sobre todo, estética.

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