Atención a las ensaladas durante el embarazo

Al igual que con las carnes y sus derivados, comer los vegetales crudos supone un riesgo para la salud de la madre y del bebé
Por EROSKI Consumer 22 de junio de 2007

Las mujeres gestantes tienen una mayor probabilidad que el resto de personas adultas sanas de contraer toxiinfecciones, enfermedades adquiridas por el consumo de agua o alimentos contaminados por bacterias patógenas, que provoquen secuelas en el futuro bebé. Por este motivo, las embarazadas se preocupan más de los alimentos que pueden o no pueden tomar durante la gestación.

Ensaladas sí, pero con precaución

A menudo se presta demasiada atención a determinados alimentos y se deja en el olvido la precaución hacia otros que también presentan riesgo de toxiinfecciones alimentarias como la toxoplasmosis y la listeriosis, que suponen una gran problemática para la futura madre y, particularmente, para el propio bebé. Esto ocurre con los vegetales que se toman crudos en forma de ensaladas, licuados y gazpachos. El peligro es mayor ante la llegada del buen tiempo, momento en el que más apetece tomar platos frescos que, por lo general, incluyen vegetales crudos.

A esto se suma que la temperatura ambiente favorece el crecimiento de las bacterias patógenas, ya que se aproxima o supera los 37º C, temperatura óptima para la multiplicación bacteriana. Así, una ensalada que no se ha lavado y desinfectado de forma adecuada puede contener microorganismos patógenos causantes de infecciones o intoxicaciones diversas.

En ningún caso, sin embargo, se debe prescindir de las ensaladas durante el embarazo. Entre las recomendaciones que dicta la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) está la de incluir al menos una ración diaria de vegetales crudos. Si se siguen cuidadosamente las medidas de precaución posibles, se podrán reducir las probabilidades de enfermar.

El calor favorece el crecimiento de bacterias patógenas, de manera que el lavado y desinfectado de los alimentos es imprescindible para evitar intoxicaciones

Lavar y desinfectar, siempre

Conviene pelar, si es preciso, los vegetales que se vayan a consumir crudos, así como lavarlos y desinfectarlos minuciosamente con lejía de uso alimentario, aclarando bien bajo el chorro de agua para que se desprendan los quistes y no queden restos del desinfectante. Para que éste sea totalmente efectivo, debería dejarse en remojo con agua y con los vegetales durante unos 10-20 minutos. De lo contrario, no se garantiza la desinfección total del alimento.

Así mismo, conviene lavar y desinfectar bien las tablas de cortar, la vajilla y los utensilios empleados en la manipulación de los alimentos con el fin de eliminar cualquier bacteria patógena que haya podido contaminar los alimentos.

Ensaladas con menos riesgo

Durante el verano es más apetecible tomar platos frescos para aliviar el calor y aligerar las digestiones. Además de las ensaladas que incluyen vegetales crudos, las hay que también llevan ingredientes cocinados. Esto reduce, en parte, el riesgo de microorganismos patógenos y, por tanto, las posibilidades de toxiinfección son menores.

Algunos ejemplos son los siguientes:

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