Desayunos bonitos para sorprender: cómo hacerlos en casa

Los desayunos especiales para obsequiar y sorprender se han puesto de moda, aunque también se pueden preparar en casa. ¿No sabes cómo hacerlos? Te damos ideas
Por Peio Gartzia 12 de febrero de 2022
desayunos bonitos y con encanto
Imagen: Pexels

Los desayunos con encanto están de moda. Numerosas empresas permiten encargarlos a domicilio, ya sea para regalar en un cumpleaños, para agasajar a la madre o al padre en su día o para un aniversario u ocasión especial. La idea es buena, sin duda: empezar el día con una deliciosa sorpresa alegra la mañana y el resto de la jornada. El problema es que este tipo de servicios no es barato, pues el precio de un “desayuno obsequio” para una persona ronda los 30 euros. Si no estamos dispuestos a gastar esa cantidad, con un poco de imaginación y algo más de tiempo, lo podemos hacer en casa y por mucho menos. A continuación ofrecemos algunos consejos para lograrlo.

Ideas para hacer desayunos originales

El desayuno es la primera comida del día. Tras varias horas sin haber ingerido nada, es necesario que sea equilibrado y nutritivo, además de rico y vistoso. Incorporar frutas nos ayudará a cumplir con estos requisitos, ya que es un alimento saludable y lleno de color. Y es que la presentación de los platos es muy importante. Unas simples tostadas con forma de corazón (o con forma de animalitos para los más pequeños); el mismo zumo de siempre, pero en la copa o el vaso adecuados; un toque de color con las servilletas y las pajitas a juego… darán a los agasajados una idea de lo que nos importan y de que hemos preparado el desayuno con detalle y cariño.

☕¿A quién vamos a mimar?

Elegir un tema o unos colores para el desayuno es fundamental. Pero, antes de poner nuestro regalo sorpresa en marcha, debemos distinguir si va dirigido a menores o adultos, ya que la decoración y los alimentos serán diferentes.

Desayuno para niños

En este caso no debe faltar una ración de lácteo, ya sea leche o yogur, que se servirá en un recipiente diferente que le guste. Puede ser en un vaso con forma de vaca, que acompañaremos con unas tostadas cortadas en forma de cencerros o campanas y que decoraremos con mantequilla y mermelada casera de fresa. El contraste de colores y de formas les dibujarán una sonrisa en la cara. Si, además, añadimos un vaso de zumo con pajitas de colores o una brocheta con bolitas de frutas, el éxito está asegurado.

Desayuno para adultos

Si el desayuno es para un adulto, tendremos en cuenta sus gustos, nos adaptaremos a sus costumbres e intentaremos sorprenderle con la presentación, no con una excesiva cantidad de alimentos. La idea es conseguir un desayuno rico, con manjares bien seleccionados, pero sin pasarse.

  • En estos casos, la repostería casera suele triunfar. Si no se ha tenido tiempo para hacer unas magdalenas o un bizcocho el día anterior, podemos quedar como unos artistas si compramos unos cruasanes recién horneados, los abrimos por la mitad y tostamos su interior a la plancha o en una sartén antiadherente, para después acompañarlos con un surtido de mermeladas en pequeños cuencos a su lado y un buen zumo casero.
  • Lo más difícil de hacer como sorpresa es un café o un té (por el aroma delicioso que desprenden), así que se prepararán en último lugar. Elegiremos una vajilla bonita y servilletas a juego con la ocasión, ya sea romántica, de cumpleaños o «porque sí».
  • Y, por último, es importante introducir algún detalle, ya sea refrescante, como una brocheta de frutas, o más dulzón, como trocitos de chocolates.

☕ Desayuno con invitados

Otra opción para sorprender —más social y menos íntima que la anterior— es preparar un desayuno tipo brunch con invitados. En este caso, además de hacer más cantidad de comida e infusiones, es probable que haya que incluir algo de variedad de platos. Más personas equivale a más gustos. Y un desayuno con invitados se aproxima, muchas veces, a un almuerzo.

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Imagen: fersurfer
  • El café es imprescindible, pero también la leche y las infusiones variadas (al menos, té y poleo menta).
  • La bollería, si es posible, ha de ser casera. Un plum cake o unas magdalenas elaboradas por nosotros mismos la jornada anterior quitará trabajo el día del festejo y dará un toque personal al desayuno.
  • No debe faltar el zumo; mejor si se sirven dos tipos (por ejemplo, piña con manzana y el típico de naranja). Si tenemos la posibilidad de hacerlos caseros, los invitados lo agradecerán.
  • El toque salado se puede conseguir con unas tostadas de pan rústico con un poco de tomate, aceite de oliva y unas finas lonchas de paleta ibérica. Esta combinación siempre triunfa, excepto entre los vegetarianos, por lo que como alternativa está la misma tosta pero con un salteado de cebolleta y espinacas que se puede tener de la noche anterior (bastará con darle un toque de microondas para templar ligeramente y servir).

El tema de la decoración, como en los desayunos más íntimos, estará ligado al motivo de la celebración y los gustos de la persona agasajada: superhéroes, princesas o animales para los niños; tonos pasteles para el día de la madre o del padre; colores cálidos para las ocasiones románticas; e incluso pajitas con corazones o cubiertos transparentes. La idea es escoger elementos que llamen la atención, que sean distintos a los que usamos con frecuencia y que alegren la vista en las primeras horas de la mañana.

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