Alternativas a los edulcorantes

El consumo de edulcorantes suscita dudas sobre como los efectos que puede tener un consumo regular en la salud humana, lo que lleva a investigar alternativas naturales
Por Martha Catalina Rodríguez Montoya 5 de junio de 2007

El consumo de edulcorantes, aditivos alimentarios empleados para endulzar el sabor de un buen número de alimentos, ha experimentado un notable auge en los últimos años. A ello ha contribuido el desarrollo de productos light, de los que se espera un equivalente nivel de dulzura pero con un aporte calórico muy inferior. Su consumo diario, sin embargo, ha suscitado alguna polémica. Por este motivo, y tras muchos años de investigación, el producto que se vislumbra como primera opción en el campo de los edulcorantes naturales es el conocido como estevia, una planta de origen sudamericano que está creando una enorme expectativa.

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Imagen: Stuart Whitmore/Morguefile

Uno de los grupos de productos que más se han desarrollado en los últimos años son los llamados edulcorantes artificiales, aditivos alimentarios que persiguen imitar la capacidad de endulzar del azúcar sin aportar las calorías de éste. Sin embargo, el consumo cada vez más frecuente de este tipo de sustancias ha suscitado más de una polémica. Las principales son si su consumo regular puede afectar la salud humana, qué edulcorante es el más adecuado o cuál es la cantidad máxima que puede tomarse.

Para su uso en la industria alimentaria, los edulcorantes deben cumplir con determinados requisitos. Entre otros, deben ser absolutamente inocuos, su sabor dulce debe percibirse rápidamente y desaparecer también rápidamente, además de ser muy parecido al del azúcar común, sin regustos, y resistir las condiciones del alimento en el que se va a utilizar, así como los tratamientos a los que se vaya a someter.

Dada la mala imagen de los aditivos alimentarios, existe un convencimiento de que la obtención de ingredientes naturales que posean un efecto similar o superior a la sacarosa y sin aportar energía constituye uno de los principales objetivos en este sector. Después de muchos años de investigación, el producto que se vislumbra como primera opción es el conocido como estevia, una planta de origen sudamericano que está creando una enorme expectativa.

Clasificación de los edulcorantes

Los edulcorantes se dividen en naturales, nutritivos y no nutritivos o intensos

Las diferentes familias de edulcorantes se clasifican de acuerdo con su origen. Los principales grupos son los edulcorantes naturales, los nutritivos y no nutritivos o intensos. Los edulcorantes naturales son los que provienen del azúcar que se encuentra en los alimentos. Adicionan propiedades funcionales a los alimentos mediante sus efectos en las características sensoriales, físicas, microbianas y químicas. Todas ellas proveen al consumidor similar cantidad de energía excepto en aquellas personas que padecen anormalidades genéticas del metabolismo de los carbohidratos como galactosemia o intolerancia hereditaria a la fructosa. Pertenecen a este grupo, entre otros, la glucosa, la fructosa, la galactosa, la sacarosa, la lactosa, la maltosa y la miel.

Los edulcorantes no nutritivos o intensos, llamados también de alta intensidad, pueden ofrecer a los consumidores una manera de disfrutar el sabor de la dulzura con poca o ninguna ingesta de energía o respuesta glucémica. Los edulcorantes no nutritivos pueden contribuir al control del peso o de la glucosa en sangre, así como a la prevención de las caries dentales. La industria de la alimentación valora estos edulcorantes por muchos atributos. Entre ellos, cualidades sensoriales como un sabor dulce puro, la ausencia de sabor amargo o de olor, seguridad, compatibilidad con otros ingredientes alimentarios y estabilidad en diferentes entornos alimentarios.

La ingesta diaria admisible (IDA)

Se entiende como ingesta diaria aceptable (IDA) la cantidad de aditivo alimentario que puede consumirse en la dieta diariamente durante toda la vida sin riesgos para la salud. En definitiva, es el nivel de ingesta segura. Los edulcorantes químicos (sacarinas, ciclamato y aspartamo, como los tres principales que integran cientos de productos de consumo diario) tienen sus contraindicaciones perfectamente definidas. Por el momento, no existen datos suficientemente fiables que demuestren que la ingesta diaria de edulcorantes artificiales pueda ser perjudicial en cantidades moderadas. No obstante, el incremento de estos aditivos en determinados productos, especialmente bebidas refrescantes, y un consumo cada vez mayor, puede comprometer los niveles de ingesta diaria de modo que se excedan los límites recomendables. En estas condiciones, no son de descartar alteraciones imprevisibles.

El efecto a largo plazo del consumo diario de edulcorantes continúa siendo objeto de investigaciones médicas en todo el mundo desde hace, por lo menos, 25 años. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Food and Drug Administration norteamericana (FDA), fundamentándose en el resultado de diversas investigaciones, avalan los beneficios de los endulzantes artificiales no calóricos para determinados grupos de población. Concretamente, en diversos estudios señalan que su consumo no entraña riesgos en niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, diabéticos y personas que deben controlar su peso o mantenerlo.

Caso excepcional y de precaución respecto al consumo de edulcorantes artificiales no calóricos es el de las personas que sufren la enfermedad denominada fenilcetonuria, patología de carácter autosómico que se caracteriza por la acumulación excesiva del aminoácido fenilalanina. La enfermedad puede ocasionar retraso mental por las dificultades en el metabolismo del aminoácido. El retraso mental puede prevenirse limitando la ingestión de fenilalanina desde el primer mes de vida. Es por esta razón que en los países desarrollados se efectúa la prueba neonatal para la fenilcetonuria.

Buena parte de los edulcorantes artificiales, en especial el aspartamo, presentan concentraciones de fenilalanina suficientemente pequeñas como para que, aún cuando se sea adicto a productos como las bebidas dietéticas, no se presente la acumulación del aminoácido y no se cause daño al consumidor fenilcetonúrico.

LA ESTEVIA, EDULCORANTE NATURAL

La stevia o estevia es un arbusto pequeño, perteneciente a la familia de los crisantemos y originario de la zona Norte de Paraguay y zonas adyacentes del Brasil. Las hojas han sido utilizadas durante siglos por los indios guaraníes para endulzar sus comidas y bebidas sin efectos nocivos para su salud, la llamaban kaá-heé, lo que en esa lengua significa hierba dulce. Aunque los conquistadores españoles tuvieron conocimiento de la estevia durante el siglo XVI, no fue sino hasta 1887 que el científico americano Anthony Bertoni la descubrió.

Las hojas tiernas tienen un agradable sabor a regaliz y se puede usar para reemplazar el azúcar refinado puesto que contienen glucósidos de sabor dulce que no son metabolizables y tampoco contienen calorías. El edulcorante (esteviósido) de este arbusto es entre 25 y 30 veces más dulce que el azúcar y el extracto unas 200 veces más. Las hojas secas de la estevia contienen un 42% aproximadamente de sustancias hidrosolubles, además contiene proteínas, fibra, hierro, fósforo, calcio, potasio, zinc y vitaminas A y C.

Actualmente la estevia se cultiva en varios países como Japón, China, Corea, Malasia, Rusia, Israel, América del Sur y México. En estos países se utiliza como edulcorante en todo tipo de alimentos y bebidas, especialmente porque no tiene los efectos secundarios de otros edulcorantes y, además, no se descompone.

En 1970, Japón aprobó el uso de la estevia en alimentos y bebidas en sustitución de los edulcorantes químico-artificiales (supone el 41% de los endulzantes consumidos) y en Extremo Oriente es muy utilizada como edulcorante, tanto en refrescos como en chicles y hasta para saltear las salsas. Son los japoneses quienes más han investigado clínicamente la estevia y su extracto, el esteviósido y aunque se ha demostrado que es inocuo, está prohibida su «publicidad y venta» en la Unión Europea argumentando dicha prohibición en el hecho de que no hay suficientes datos que garanticen la seguridad de su uso alimentario.

En EEUU, la FDA aprobó en septiembre de 1995 la estevia como endulzante, aunque con restricciones: sólo podría venderse en tiendas naturistas. Con esta medida se garantiza que no interfiera con los intereses de las industrias productoras de los otros edulcorantes no naturales. En el año 2002 el mercado de la stevia en EEUU experimentó un incremento de más del 400% y continúa actualmente con esta tendencia.

Muchos de los usos de la estevia son conocidos como edulcorante de mesa, en bebidas, en pastelería, en dulces, en confituras, en mermeladas, en yogures, en chicles, entre otros. También se conocen sus propiedades medicinales destacándose su acción antidiabética ya que regula los niveles de glucosa en sangre. Otros estudios muestran que es una planta antibacteriana bucal, digestiva, diurética, vasolidatadora, con efectos beneficiosos en la absorción de la grasa y la presión arterial.

Todos estos datos hacen considerar a esta planta como una de las de mayor potencial en el futuro. Primero porque puede ser de ayuda en problemas nutricionales, pero fundamentalmente porque puede implicar una reducción del consumo de aditivos y de sustancias químicas de síntesis, con una acción antimicrobiana añadida que habrá que precisar en el futuro.

Bibliografía
  • Chan P, Tomlinson B, Chen YJ, et al. A double-blind placebo-controlled study of the effectiveness and tolerability of oral stevioside in human hypertension. Br J Clin Pharmacol . 2000;50:215 – 220.
  • Chan P, Tomlinson B, Chen YJ, et al. A double-blind placebo-controlled study of the effectiveness and tolerability of oral stevioside in human hypertension. Br J Clin Pharmacol . 2000;50:215 – 220.
  • Chan P, Tomlinson B, Chen YJ, et al. A double-blind placebo-controlled study of the effectiveness and tolerability of oral stevioside in human hypertension. Br J Clin Pharmacol . 2000;50:215 – 220.
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