Una cocina luminosa

La luz es fundamental para hacer de la cocina un espacio confortable y funcional
Por EROSKI Consumer 28 de septiembre de 2007
Img luz mueblescocina

Al pensar en la iluminación de la cocina, se deben tener en cuenta tres factores: a cuánta luz natural se puede acceder, la disposición y potencia de la luz artificial y las características de los muebles. Es fundamental evitar la sensación de incomodidad debido a la oscuridad y reducir, en la medida de lo posible, el consumo de energía eléctrica.

La luz es un componente fundamental para el confort en la cocina. Una buena iluminación hace de este un sitio mucho más funcional y acogedor. La cocina es un espacio de la casa donde, a menudo, se pasa demasiado tiempo. Pensado como un mero ambiente funcional, donde apenas se permanecerá el rato que cueste preparar la comida, es frecuente estar en él durante largos períodos de tiempo, tanto por la mañana como por la tarde y la noche. Por este motivo, hacer de la cocina un lugar confortable resulta tan importante como en el caso del salón o de las habitaciones.

En general, las cocinas carecen de grandes ventanas. A lo sumo, cuentan con una de dimensiones mesuradas por la que pasa poca luz natural. De ahí que se deba tener en cuenta la ubicación de la ventana para maximizar el aprovechamiento de la luz, el tipo de luz artificial que se ha de elegir y cómo acondicionar los muebles para lograr resultados óptimos.

Consejos para iluminar la cocina

Para aportar luz a la cocina se pueden poner en práctica una serie de consejos.

  • Se debe intentar que la luz del día que entre por la ventana ilumine, sobre todo, el espacio principal donde se elaboran los alimentos, tanto la placa o vitrocerámica como la parte más amplia de la encimera. Si no está justo al lado, al menos, conviene que la alcance desde un lateral. Esa fuente de luz nunca debería estar en el extremo opuesto, ya que de esa manera la sombra proyectada por la persona haría del área principal de trabajo la más oscura.

La luz que entra por la ventana debería iluminar el espacio donde se elaboran los alimentos

  • Las lámparas fluorescentes y de bajo consumo en la cocina aportan una luz adecuada, además de ahorrar energía eléctrica y contar con una mayor vida útil.

  • Todas las áreas de la cocina deben estar bien iluminadas. La luz central puede estar complementada por alguna pequeña lámpara que alumbre un rincón en especial, además de la luz habitual en las campanas extractoras.

  • Lo idóneo es que los muebles y los electrodomésticos sean de colores claros, ya que resaltan más la luminosidad de una estancia. Pero los muebles de colores oscuros no tienen por qué restar luz: si las lámparas son las adecuadas, el contraste que generan con las paredes y los azulejos en colores claros (blancos, crema, beis) otorga al conjunto un toque decorativo muy interesante y remarca la potencia de las luces. Lo mismo ocurre en el caso de muebles con superficies lisas, sin rugosidades ni estampados. Las áreas lisas generan una sensación de amplitud y de luminosidad.

Poca luz en la cocina

El objetivo en la cocina es propiciar que sea un lugar agradable y confortable, que invite a estar en él. Y es que, así como en las regiones del mundo que reciben menos luz hay una mayor tendencia a que las personas sufran depresión, con las estancias de la casa ocurre algo parecido. Si una persona tiene asociado un espacio con las ideas de oscuridad o sombras, lo normal será que no se halle a gusto en él o que busque evitar entrar o permanecer mucho tiempo. Querrá escapar y, si por necesidad está obligada a pasar largos períodos allí, terminará por sufrir.

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