Inversiones alternativas

La inversión en bienes tangibles, como obras de arte o monedas, está en auge porque ofrece buenas revalorizaciones a largo plazo, pero es una inversión arriesgada si no se conocen las reglas
Por Patricia Pérez 10 de abril de 2007

Más allá de la Bolsa, los fondos de inversión, los depósitos bancarios o los planes de pensiones hay otras muchas opciones de inversión a las que cada vez se les presta más atención en España. Son las denominadas inversiones alternativas, que incluyen la inversión en obras de arte, joyas, sellos, placas solares, vino, árboles o incluso fotografías digitales o vídeos. Todos estos objetos, que alimentan grandes mercados de coleccionismo en todo el mundo, han adquirido una notable importancia en los últimos años en España como opciones de inversión a largo plazo. Según un informe de Merril Lynch sobre la Riqueza en el Mundo en 2006, el porcentaje de activos que los particulares con patrimonios elevados destinan a las inversiones alternativas alcanzó el año pasado el 15 % del total, frente al 5 % de hace una década. Por lo general, este tipo de inversiones resultan rentables a largo plazo. No obstante, una de las principales peculiaridades que deben conocer los inversores es que algunas de las empresas que promocionan estas inversiones no están reguladas por el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores o el Ministerio de Economía, como sí ocurre con las inversiones financieras mencionadas anteriormente. Por lo tanto, antes de acometer una inversión de este tipo conviene tener referencias de la empresa que la ofrece y sus previsiones de rentabilidad. Además, es importante afrontar este tipo de inversiones con un horizonte temporal de largo plazo. Otro de los riesgos a tener en cuenta es que no son activos tan líquidos como los financieros, de forma que su venta se puede complicar y alargar.

¿Qué son las inversiones alternativas?

¿Qué son las inversiones alternativas?

Con los fuertes desarrollos tecnológicos, el concepto de inversiones alternativas se ha hecho muy amplio. Por un lado, se puede hablar de inversiones alternativas sobre activos intangibles, como el sol o el aire, que se están potenciando con el avance de la técnica en los últimos años. Por otro lado, cabe distinguir las inversiones alternativas tradicionales, que incluyen todos aquellos activos susceptibles de coleccionar y que, con el paso el tiempo, pueden alcanzar altas revalorizaciones. Son los denominados bienes tangibles. En este ámbito se incluyen las obras de arte, monedas, sellos, libros, antiguos, grabados, joyas… “Desde siempre, estos objetos han significado riqueza. Además de su valor económico, su valor estético permite su revalorización a lo largo del tiempo”, comentan desde la Asociación Nacional de Empresarios de Filatelia de España.

Dentro de este segundo segmento, conviene diferenciar las dos posibles formas de invertir en bienes tangibles:

  • La forma más sencilla y tradicional es la más recurrente por todos los que no sólo buscan un disfrute económico, sino también estético. Es decir, son inversores de bienes tangibles todos los coleccionistas de obras de arte, sellos, joyas… En principio, se plantean la compra de este tipo de bienes como disfrute personal. No obstante, con el paso del tiempo, los activos bien elegidos se van revalorizando, por lo que, en caso de venderlos, sus dueños obtendrían importantes plusvalías. Para entrar en este mercado, basta con acercarse a las empresas especializadas en la venta de estos bienes.
  • En segundo lugar, hay que diferenciar a las empresas especializadas en la inversión en estos bienes que desde hace unas décadas comenzaron a surgir en el mercado. Este tipo de empresas venden activos tangibles pero, además, se comprometen a ‘recomprarlos’ pasado un determinado periodo de tiempo, ofreciendo a cambio rentabilidades interesantes, que suelen venir expresadas en los contratos de compra-venta.

    En este ámbito se encuentran empresas como las que recientemente presentaron suspensión de pagos, Afinsa y Fórum Filatélico, y otras como Arte y Naturaleza, Ecobosques, Bosques Naturales… Su principal problema es que ofrecen productos de ‘inversión’ sin estar reguladas por ningún organismo competente, con lo que no existe un respaldo para el inversor que confirme cuál es la solvencia de la compañía. Conocidos los últimos escándalos de Afinsa y Fórum, este tipo de empresas han perdido prestigio, de ahí que los verdaderos aficionados a la inversión en cualquier tipo de bien tangible recomienden acercarse a las sociedades especializadas, que permiten la adquisición de estos activos, aunque no ofrezcan ningún compromiso de revalorización futura.

Para los amantes del arte

El mercado del arte es uno de los más ricos y atractivos como inversión alternativa. Durante el año 2005, el valor de las transacciones de obras pictóricas superó en España los 100.000 millones de euros. No obstante, conviene saber que el mercado del arte es complejo y muy especializado. En él se pueden encontrar tendencias generales y oportunidades excepcionales. Antonio Serrano, miembro fundador de la Asociación de Anticuarios de Madrid y Miembro de la Federación Española de Anticuarios, asegura que este mercado “tiene claramente establecidas las condiciones para la maximización del precio de las obras. Es importante conservar la obra en todo su esplendor. Para que gane prestigio, es básico el traslado de la obra por diferentes ferias y, a ser posible, de diferentes países”, asegura.

En cualquier caso, hay que tener muy en cuenta que no todas las obras de arte tienen igual potencial de revalorización. El coleccionismo está en auge y ofrece buenas revalorizaciones, pero es una inversión arriesgada si no se conocen las reglas.

El coleccionismo está en auge y ofrece buenas revalorizaciones, pero es una inversión arriesgada si no se conocen las reglas

Por lo general, las obras pictóricas antiguas nunca pierden valor, aunque sus revalorizaciones anuales pueden ser menores que las de las obras de artistas contemporáneos. No obstante, Lourdes García, directora de la feria ARCO, asegura que pueden encontrarse buenas oportunidades en el periodo inicial de los nuevos artistas, aunque este tipo de inversión es más arriesgada. “Para determinar el valor de una obra, no sólo cuenta el artista, sino el momento de su ciclo artístico y su peso en la escena internacional. Su currículo, su presencia en galerías de prestigio, las exposiciones realizadas, los museos que tengan su obra, la crítica, las preferencias de los grandes coleccionistas…”, añade.

Por otro lado, es fundamental que la obra esté debidamente identificada. Con este objetivo se creó en España, en el año 2004, el Archivo Internacional Central de Objetos de Arte (AICOA), que ha desarrollado un documento que permite identificar la obra de arte de una manera fiable y fidedigna. La solución desarrollada por AICOA consiste en dotar a cada pieza de un documento de Descripción de Objeto de Arte (DOA), una especie de código de barras o DNI de la obra en cuestión. El DOA recoge la información básica de la pieza en una ficha técnica, a la que se añaden fotografías, estado y consejos de conservación, restauración y derechos de propiedad intelectual. José Ramón Santolalla, presidente de AICOA, asegura que con este documento “se garantiza la correcta identificación de las obras de arte para aumentar la seguridad en las transacciones comerciales e inversiones”.

Contar con un certificado de autenticidad es, de hecho, uno de los aspectos que más pesan al estudiar la posible revalorización de una obra artística. Según Santolalla, una obra artística puede subir, de media, en torno a un 18%, siempre que se disponga de documentación que acredite su autoría, antigüedad…

Por su parte, según un estudio realizado por Art Market Research, la consultora más famosa dentro del mercado de arte, en los últimos 16 años, las obras de los más reconocidos artistas contemporáneos han conseguido una rentabilidad anual media del 12,4%. Otro índice de obras de arte, como el Mei Moses, elaborado por la Universidad de Harvard, sitúa la rentabilidad media anual del sector de arte en torno al 10% anual.

Ahora bien, todos los interesados en estas inversiones deben ser conscientes de un inconveniente: no son activos tan líquidos como los financieros. Por ejemplo, para vender un objeto en una subasta se requiere al menos tres o cuatro meses. Además, las transacciones tienen un alto coste. En las subastas pueden alcanzar el 25% del total de la obra. A esto hay que sumar el precio de los seguros, almacenajes, envíos, conservación o la instalación, cantidades que no suelen estar reflejadas en el precio de venta.

Filatelia para los más pacientes

El sello es otro de los bienes tangibles que más auge ha adquirido en los últimos años. En este mercado, la escasez, rareza y buena conservación también son sinónimos de mayor rentabilidad para las piezas. Desde la Asociación Nacional de Empresarios de Filatelia en España aseguran que para rentabilizar este tipo de inversiones hace falta tener en cuenta varios aspectos. “Es muy importante conocer el número de piezas en circulación que hay en el mercado, cuanta más reducida sea la oferta, mayores son las posibilidades de rentabilizar la inversión. Además, el cuidado de la pieza es fundamental. Un sello estropeado prácticamente pierde todo su valor en el mercado”, afirman. Luís Regalado, director de banca privada de Banco Madrid, señala que “dejarse aconsejar por expertos, no tener prisa, planificar las colecciones con criterio y diversificar por países y temáticas son algunos de los consejos para sacar partido a este tipo de inversiones”.

“Dejarse aconsejar por expertos, no tener prisa, planificar las colecciones con criterio y diversificar por países y temáticas son algunos de los consejos para sacar partido a este tipo de inversiones”

Son casos extraños, pero algunos sellos han adoptado valores desorbitados en el mercado, lo que demuestra que es también un mercado con potencial y no estancado. Uno de los ejemplos más espectaculares es el caso del Jenny Invertido, de Estados Unidos. Este sello, impreso en 1918, presenta la imagen de un Curtis JN-4, un modelo de avión que se usó durante la I Guerra Mundial, primero para entrenar pilotos y luego para hacer el reparto postal vía aérea. Su peculiaridad es que, por un error de impresión, el avión aparece invertido, lo que movió a los tipógrafos a destruir prácticamente toda la tirada. Se estima que sólo quedaron 100 sellos en circulación en el mercado, lo que disparó enormemente su valor. Se calcula que cada uno de estos sellos puede alcanzar los 200.000 dólares.

Monedas codiciadas

España es uno de los grandes filones numismáticos del mundo, por la calidad, cantidad y variedad de sus monedas antiguas. En nuestro país, existen se hallan numismáticas de todo tipo. Desde grandes colecciones privadas, por ejemplo de entidades financieras, hasta pequeñas conjuntos reunidos por aficionados. Como sucede con los sellos, para que una moneda pueda incrementar su valor con el paso del tiempo, es imprescindible que tenga un buen cuidado y permanezca limpia. En este sentido, no hay que dejarse llevar por la euforia de adquirir piezas extraordinarias. Una moneda corriente en buen estado puede ser más valiosa que una rara en mal estado.

Además, es importante saber que en el mundo de la numismática tienen más valor las colecciones completas que las piezas sueltas. Por ello, con vistas a rentabilizar una inversión, es fundamental que la colección de monedas tenga sentido. Para ello, conviene escoger un tema concreto (animales, príncipes, reyes, divinidades, flores, plantas…). De lo contrario, el inversor podría amontonar monedas dispares difíciles de vender. Otra opción es limitarse a un tipo muy concreto de monedas como piastras, denarios o reales.

Según el numismático Antonio Juárez Gómez, “los coleccionistas que buscan las monedas antiguas como inversión se suelen centrar en los ducados españoles de oro, las monedas que a partir de los Reyes Católicos dominaron la economía mundial”. Estas son las colecciones que aparecen regularmente en las subastas internacionales de Sotheby´s y Christie´s.

¿Cómo acceder al mercado de los bienes tangibles?

En el mercado español son numerosas las empresas que se dedican a la compra-venta de este tipo de objetos, obras de arte, joyas, sellos, monedas… La mejor referencia es acudir a las distintas ferias o subastas que se organizan por toda España e incluso, si se tiene posibilidad, fuera de nuestras fronteras, para conocer de primera mano las entidades con más prestigio y solvencia a las que acudir. En el terreno del arte, por ejemplo, una referencia reconocida en España es Feriarte, que suele celebrarse en los últimos meses del año, o ARCO, en los primeros meses del ejercicio. En el ámbito de las monedas y los sellos, son referencia las convenciones que organiza regularmente la Asociación Española de Numismáticos Profesionales y las ferias y exposiciones de la Asociación Nacional de Empresarios de Filatelia y Numismática de España… En cualquier caso, si el nivel de conocimiento del interesado no es muy alto, se recomienda que el mejor circuito de entrada al mercado de las inversiones se realice de la mano de un profesional. Algunos bancos privados y de inversión están ofreciendo servicios de asesoramiento en arte como parte de la gestión integral de las carteras de sus clientes.

Claves para calibrar el valor de un bien tangible:

  • Comprobar la autenticidad de la pieza: en el ámbito del arte, un documento importante a tener en cuenta es el denominado Descripción de Objeto de Arte (DOA). El DOA recoge la información básica de la pieza en una ficha técnica, a la que se añaden fotografías, estado y consejos de conservación, restauración y derechos de propiedad intelectual.
  • Buena conservación de la pieza: con cualquier bien tangible (sello, joya, arte, monedas…) es fundamental la conservación y limpieza de los artículos.
  • Rareza: las piezas exclusivas, con alguna anomalía o singularidad, suelen tener más potencial de revalorización.
  • Escasez: la oferta limitada es un factor que impulsa el precio de las piezas, ya sean sellos, monedas, grabados…
  • En arte pesa el prestigio del artista: no sólo cuenta el artista, sino el momento de su ciclo artístico y su peso en la escena internacional. Su currículo, su presencia en galerías de prestigio, las exposiciones realizadas, los museos que tengan su obra, la crítica, las preferencias de los grandes coleccionistas, etc.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube