Fondos «buitre», hacer negocio con inversiones mínimas

Son sociedades que compran a precios de saldo compañías al borde de la quiebra con la intención de reflotarlas
Por Gracia Terrón 30 de mayo de 2010
Img buitre
Imagen: Maurice Koop

Con la crisis se ha constatado que el mundo de las inversiones es complejo y sofisticado. Más allá de los depósitos, los fondos de inversión o los planes de pensiones (por citar sólo algunas de las opciones más clásicas y populares), hay otro espectro más amplio en el que tienen cabida todo tipo de instrumentos financieros para rentabilizar el capital, a cual más enrevesado. Uno de ellos son los denominados fondos “buitre”, que proliferan en esta etapa de debilidad. Una de sus características es que son un vehículo de inversión que intenta aprovechar las dificultades económicas de algunas empresas, al borde de la quiebra. Las compran a precios de saldo para luego reflotarlas. Es una fórmula sólo apta para expertos e inversores de perfil agresivo.

Qué son los fondos «buitre»

Los fondos «buitre» («vulture funds») son sociedades que buscan oportunidades de inversión en empresas que tienen problemas económicos. Su objetivo es comprarlas a precios bajos dada su delicada situación, para después intentar reflotar el negocio. Buscan aprovecharse de las crisis empresariales para hacer negocio con inversiones mínimas. Dado su «modus operandi», el riesgo que se asume con estas inversiones es muy alto.

La definición de buitre («ave rapaz que se alimenta de animales muertos») se puede aplicar a la esencia y filosofía de estas empresas, que actúan cuando una compañía está a punto de echar el cierre. Su objetivo es negociar con sus responsables para adquirirla a un precio muy bajo. Después, intentarán llevar a cabo todas las medidas necesarias para que el negocio remonte. Los gestores de estos fondos son especialistas en reestructuraciones de empresas y ponen en marcha medidas como recortes de gasto, sobre todo, de personal y salarios.

Si la reestructuración funciona, la compra puede generar mucho dinero en apenas dos o tres años que, de media, es el tiempo que se tarda en reflotar una compañía con pérdidas o en levantar un nuevo negocio. En cualquier caso, las inversiones mínimas que se requieren para operar ascienden a varios millones de euros. Estos fondos son itinerantes u oportunistas y se invierten con vistas al corto o medio plazo.

Son fondos itinerantes u oportunistas, que realizan la inversión con vistas al corto o medio plazo

A la empresa, por lo general, le interesan las ofertas de los fondos «buitre», ya que llegan en momentos muy oportunos, cuando conseguir financiación por parte de las entidades es casi imposible. Los antiguos gestores los ven como una tabla de salvación y les dan absoluta libertad para operar, sobre todo, por dos motivos: la falta de capital y tras sentirse incapaces de establecer las duras medidas que requiere la difícil situación.

Cómo montarlos

Para poner en marcha un fondo «buitre» hace falta tener un amplio conocimiento de los mercados financieros y del mundo empresarial. Toda sociedad de inversión que adquiere este carácter ha operado antes como una sociedad de inversión clásica de capital riesgo, que intenta captar oportunidades en negocios en expansión. Cuando adquiere experiencia en este tipo de operaciones, da el salto al ámbito más complicado y arriesgado de los fondos especializados en empresas en crisis.

Son entidades financieras cuyo objetivo principal consiste en la toma de participaciones de capital de empresas. La meta es que, con la ayuda del capital de riesgo, la empresa aumente su valor y, una vez madurada la inversión, los fondos de riesgo se retiran del negocio con la obtención de un beneficio.

Es habitual que cada fondo «buitre» gestione entre ocho y diez proyectos, que no tienen por qué ser de un mismo sector. Si salen adelante, las inversiones pueden ser rentables en dos o tres años. Las cuantías de las inversiones que manejan estas empresas varían de manera sustancial. Por lo general, cuentan con más de 100 millones de euros disponibles para invertir. Con el inicio de la crisis en 2008, el fondo de estas características Avenue Europe Special Situations Fund admitió que contaba con 1.500 millones de euros para invertir en Europa. Por esa misma fecha, el fondo KPS Special Situations Funds disponía de 1.800 millones de dólares (1.157 millones de euros). Otros manejan cantidades más discretas, como Thesan Capital, que contaba en 2008 con 200 millones de euros para adquirir compañías en crisis.

Quiénes son

El origen de estos fondos se localiza en Estados Unidos, cuna de la ingeniería y la sofisticación financiera. Desde el año 2008, con la confirmación del cambio de ciclo económico, estos fondos han adquirido relevancia. Algunos expertos apuntan que aún serán protagonistas de numerosas operaciones, puesto que la crisis obligará a hacer más reestructuraciones empresariales, un campo donde estas firmas son especialistas.

Serán protagonistas de numerosas operaciones, ya que la crisis económica obligará a hacer más reestructuraciones empresariales

  • En Estados Unidos, una de las sociedades más famosas es Cerberus Capital Management, que adquirió relevancia tras comprar la automovilística Chrysler en 2007. A ella se añaden otras como Avenue Capital Partners, que cuenta con su vehículo especialista en empresas en crisis Avenue Europe Special Situations Fund. Otro de los más conocidos es el fondo Harbinguer Capital Partners, o KPS Capital Partners, que ha creado su filial específica KPS Special Situations Funds.

  • En Europa, algunas empresas especializadas en reflotar proyectos societarios en crisis son la alemana Arques Industries. Su filial española, Arques Iberia, compró en 2008 ASM Transporte Urgente a la compañía Agbar.

  • Japón es otra zona donde los fondos «buitre» se han expandido en los últimos años, animados por la prolongada crisis que vive el país. Una de las compañías que ha creado una división específica para tratar de reflotar empresas en crisis es el banco de inversión Nomura. Su firma de capital riesgo especialista en adquirir compañías con problemas es Thesan Capital.

A esta lista se añaden Arques, Sun Capital, H.I.G. o Thesan. Además, la firma de capital riesgo N+1 ha creado una sociedad especializada en este tipo de inversión, N+1 R Asesoramiento de Gestión, que aconseja en procesos de reestructuración a empresas en crisis.

ATENTOS A LOS DÉFICITS PÚBLICOS

Los fondos “buitre” acechan no sólo a las empresas, sino también a los gobiernos. Han estado detrás de la crisis argentina de los años 2001 y 2002, o de las negociaciones de Zambia con Rumanía para saldar sus deudas. En este último caso, el británico Donegal International intervino para negociar con Rumanía y que le revendiera un préstamo de cuatro millones de dólares que tenía firmado con Zambia.

En los casos en los que se involucra a los gobiernos, al peligrar las administraciones públicas (por registrar elevados déficits), negocian con ellos acometer inversiones en deuda soberana a precios de saldo. Su objetivo es renegociar después de manera legal la recuperación de su capital, más unos jugosos intereses.

Por lo general, rondan a países en desarrollo con problemas. No hay experiencias de inversiones de este tipo de fondos en mercados desarrollados. No resulta probable que ningún “buitre” pueda negociar con Grecia la adquisición de parte de su deuda pública, con el ánimo de aliviar sus problemas de solvencia. Se estima que los organismos internacionales, con el Fondo Monetario Internacional a la cabeza, y el Banco Central Europeo, entre otros, podrán hacerse cargo de la situación sin más ayuda.

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