Siete consejos para tener una casa ecológica inteligente

Las viviendas ecológicas inteligentes ofrecen más confort a sus usuarios y reducen el gasto con un menor impacto ambiental
Por Alex Fernández Muerza 9 de septiembre de 2013
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Imagen: procsilas

Los edificios ya no solo deben servir para alojar a las personas, sino que deben ofrecer el mayor confort posible con el menor impacto económico y ambiental. Así lo defienden los expertos en viviendas ecológicas inteligentes, que aúnan ambos criterios. Este artículo ofrece siete consejos para que los consumidores puedan tener una de estas casas.

1. Reducir el gasto de energía y agua

Marta Húmera, responsable de Proyectos de la Fundación La Casa que Ahorra, sostiene que lo prioritario en una vivienda ecológica inteligente es reducir la demanda de energía. Para ello recomienda que «el primer desarrollo del proyecto se centre en la envolvente, de tal modo que las soluciones posteriores se vean disminuidas económicamente a través de la reducción del consumo de recursos». Asimismo, esta experta destaca que los usuarios de estos edificios deberían optar por el uso de energías renovables siempre que sea posible.

No usar bien la calefacción puede suponer un sobre gasto anual de 200 euros, según una experta
Azucena Cortés, de la División de construcción sostenible de Tecnalia, señala como imprescindible para una casa ecológica inteligente que proporcione un gasto de recursos naturales mínimo. Para ello, debe contar con sistemas y elementos que reduzcan el consumo eléctrico y dispositivos de ahorro para un uso eficiente del agua; debe aprovechar la iluminación natural y el calor diurno; y debe utilizar productos naturales y autóctonos para minimizar el consumo de energía en su construcción, transporte, etc.

Laszlo Bax, socio fundador de Bax & Willems, una consultora especializada en sistemas inteligentes para viviendas y project manager del proyecto europeo Smart Energy Home, añade que los sistemas inteligentes deben acompañarse de otras medidas para que la casa sea lo más ecológica posible: aumentar el grado de aislamiento térmico de las paredes exteriores y cubierta del edificio, mejorar el cierre de las puertas y de las ventanas, diseñar la manera de ventilar el hogar para evitar el uso del aire acondicionado, etc.

2. Fijarse en el control del calor y el frío

La climatización es uno de los principales gastos en una vivienda. Laura Mendia, account manager de Wattio, una empresa que ofrece diversas soluciones domóticas innovadoras, asegura que muchos consumidores sitúan la temperatura de sus hogares por encima de lo recomendado y no apagan la calefacción cuando no están en casa, de manera que tienen un sobre gasto de más de 200 euros al año. Para evitarlo y vivir en un hogar más ambientalmente responsable, Mendia propone un sistema inteligente como el de Wattio, «que aconseja de forma económica cuándo y cómo poner la calefacción y muestra el ahorro estimado si se aplican criterios de eficiencia».

Según Marta Húmera, interesa que los aparatos para la producción de frío o calor sean muy eficientes. Para ello, en la actualidad el mercado ofrece equipos de última tecnología y máximo rendimiento energético.

Laszlo Bax recuerda que no solo depende de los sistemas inteligentes, sino también del comportamiento de los usuarios: «Ponerse un jersey en invierno, ventilar bien en verano, bajar el toldo para que no entre el calor, etcétera».

3. Instalar un sistema de control fácil de usar

Un sistema inteligente debe ser muy sencillo, para que todas las personas del edificio se involucren en su uso. Es lo más importante, en opinión de Mendia, porque «si es muy complejo, se acabará abandonando».

4. Comprar productos de calidad

Lo barato sale caro, dice el refrán, que también se aplica en las viviendas ecológicas inteligentes. Bax explica que hay que evitar los productos de baja calidad y que no cumplen los requisitos de los estándares mundiales del mercado.

5. Conectar el sistema a Internet

Internet ofrece muchas más posibilidades a una casa inteligente y por ello debe estar conectada. Mendia explica que así el sistema domótico puede utilizarse fuera del hogar. Además, sus usuarios pueden recibir consejos de ahorro personalizados, aprovechando la «inteligencia colectiva», los consejos y el conocimiento del resto de usuarios conectados.

6. No conformarse con lo tradicional

Cortés recomienda a los consumidores que cambien de mentalidad y no se conformen con lo tradicional para generalizar los sistemas ecológicos inteligentes: «Deben exigir y valorar los nuevos criterios de la vivienda (obra nueva o reforma), de manera que se integren aspectos en vanguardia de la tecnología como los ambientales, envejecimiento/accesibilidad, eficiencia energética, calidad de vida, etc. que, hasta el momento, no se priorizan». Además, al adquirir o alquilar una casa, se debe tener en cuenta tanto la situación actual como la evolución de su vida futura (cambios familiares, evolución de edades, envejecimiento, tipo de vida, etcétera).

7. Informarse y buscar buenos profesionales

Una vez que se ha reflexionado sobre qué tipo de vivienda se necesita, la experta de Tecnalia sugiere informarse y buscar buenos profesionales avalados que puedan responder de forma adecuada.

Ahora bien, como reconoce el experto de Bax & Willems, al ser un mercado emergente, no es fácil para el consumidor. Por ello, al igual que con cualquier otro producto, lo mejor es preguntar a varios expertos y comparar ofertas y a usuarios que han instalado estos sistemas para ver qué han elegido y si merecen la pena. Cortés propone compartir la opinión por diferentes canales sociales «para profesionalizar más el sector».

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