Motos eléctricas

Ecológicas y más baratas en cuanto a consumo y mantenimiento, las motos eléctricas necesitan más apoyo para su comercialización masiva
Por Alex Fernández Muerza 16 de agosto de 2010
Img moto electrica
Imagen: David

No emiten gases tóxicos, salen más baratas que las normales y se recargan en casa. Las motos eléctricas son una opción ecológica y económica de movilidad urbana para los consumidores. Diversas instituciones ofrecen subvenciones y ventajas fiscales para su adquisición. No obstante, su generalización dependerá de los avances tecnológicos y de un mayor apoyo institucional.

Por qué utilizar una moto eléctrica

Imagen: Steve Jurvetson

Las motos eléctricas son más ecológicas que las convencionales. Al no utilizar gasolina no emiten gases contaminantes, como dióxido de carbono(CO2), monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) o partículas finas PM10. En la actualidad, gran parte de la contaminación que sufren los ciudadanos proviene del tráfico rodado.

No obstante, parte de la producción actual de la electricidad actual se basa en combustibles fósiles. Para que todo su ciclo fuera limpio, se debería potenciar el uso de las energías renovables. Otro punto «verde» a su favor es su nula contaminación acústica: son tan silenciosas como una bicicleta.

Su usuario pagará diez veces menos por la electricidad que por el combustible
El factor económico también juega a su favor. Si bien son algo más caras que las convencionales, la inversión inicial se amortiza en poco tiempo. Su coste anual es varias veces inferior al de un modelo de combustión similar. Su usuario pagará diez veces menos por la electricidad que por el combustible, y se olvidará de las gasolineras, ya que se puede recargar en el garaje. Las ventajas fiscales y las subvenciones de diversas instituciones públicas contribuyen a acortar precios.

Los motores eléctricos son más sencillos, con menos riesgos de averías, y su coste de mantenimiento es menor. Los cambios regulares de filtros y aceites desaparecen en las motos eléctricas.

Img motoImagen: DavidIberdrola apuesta por el modelo Vectrix VX-1 y señala que su coste anual es más de tres veces inferior al de una Scooter de combustión de 250 cc: 412 euros contra 1.702 euros, debido a las revisiones, la gasolina y los cambios de aceite.

La autonomía de las baterías ha mejorado en los últimos años, y se espera que los avances tecnológicos sean cada vez mayores. En la actualidad hay baterías con capacidad de hasta 100 kilómetros sin pasar por el enchufe. En un automóvil es un desafío importante, pero no en una moto: el recorrido medio de un motociclista urbano es de unos 27 kilómetros diarios. La moto se puede recargar durante la noche y tenerla lista al día siguiente. Además, algunos modelos tienen baterías extraíbles.

Cómo conseguir una moto eléctrica económica

El mercado ofrece cada vez más modelos con todo tipo de prestaciones y precios. Al igual que en el resto de productos, conviene comparar y estudiar los detalles de cada uno para elegir el que más se adapte a las circunstancias de cada uno.

El proyecto MOVELE ofrece ayudas de entre 400 y 1.200 euros
Las instituciones apoyan cada vez más el uso de vehículos de transporte ecológicos. El Proyecto MOVELE, gestionado y coordinado por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), pretende introducir entre 2009 y 2010, dentro de entornos urbanos, 2.000 vehículos eléctricos y 500 puntos de recarga.

En el caso de las motos, se ofrecen ayudas de entre 400 y 1.200 euros para una gama muy amplia de modelos, como scooters o motos de montaña. Para cualquier consulta, se puede escribir un correo electrónico a la siguiente dirección: proyectomovele@idae.es

Por su parte, cada vez más corporaciones locales y organismos autonómicos ofrecen también subvenciones o ventajas fiscales para la adquisición y utilización de motos eléctricas. Las ayudas se pueden recibir en forma de dinero para la compra de una moto o en reducciones en el impuesto de circulación.

Fiabilidad, recarga y mantenimiento de las motos eléctricas

Las motos eléctricas llevan varios años en estado de pruebas y de uso real en todo el mundo y su resultado está garantizado. Los fabricantes ofrecen las mismas garantías en el momento de compra y los concesionarios que las venden disponen de técnicos cualificados para su reparación y puesta a punto.

La recarga es uno de los puntos clave de estos vehículos. La red pública es aún escasa, aunque se espera un mayor despliegue en los próximos años. Mientras tanto, la mejor opción es instalar un punto de suministro individual en el propio aparcamiento.

Si es garaje es comunitario, la Ley 49/1960, de 21 de julio, sobre Propiedad Horizontal, indica que «sólo se requerirá la comunicación previa a la comunidad de que se procederá a su instalación. El coste será asumido íntegramente por el o los interesados directos en la misma.». El instalador eléctrico autorizado se encargará de la puesta en marcha y los trámites ante la empresa distribuidora.

La recarga completa de la moto lleva varias horas, en función del tipo de batería y sistema utilizado. La potencia de las motos eléctricas no supera la de un aire acondicionado o un horno eléctrico de cocina. Por ello, no se suele necesitar cambiar la potencia contratada en una vivienda particular normal. Además, las recargas se suelen hacer de noche, de manera que el resto de electrodomésticos del hogar están sin usar.

El mantenimiento de una moto eléctrica es menor que el de una convencional, pero requiere de cierta atención. Al igual que el resto de motos, el usuario se debe ocupar del estado de ruedas, sistema de frenos y parte electrónica. Y también debe pasar la ITV a partir del cuarto año. En cuanto al seguro, cualquier compañía debería hacerse cargo en principio con unos gastos similares a un modelo similar.

La vida útil de las baterías suele estar en torno a los 80.000 kilómetros. Eso sí, una vez que ya no sean válidas, hay que llevarlas a los concesionarios para que las reciclen de manera correcta, ya que pueden ser muy contaminantes.

Desafíos de las motos eléctricas

A pesar de sus diversas ventajas, el uso de la moto eléctrica es limitado, incluso en urbes como Barcelona, una de las capitales europeas con mayor número de motociclistas. Así lo señala un informe del RACC en el que estudia su potencial en dicha ciudad. Según sus responsables, la transición hacia una movilidad eléctrica total será lenta por varios retos tecnológicos: las baterías, la red de recarga y las mejoras de los vehículos actuales de combustión interna. No obstante, el informe señala que las motos eléctricas son ya bastante competitivas en cuanto a coste y prestaciones y por ello, recomienda más ayudas y un despliegue mayor de los puntos de recarga.

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