Las costas más artificiales de España

Un informe señala las zonas de costa española más artificiales y con los ecosistemas más degradados
Por Alex Fernández Muerza 8 de septiembre de 2016
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Imagen: jlmaral

Encontrar en España un ecosistema costero sin alterar es casi misión imposible. Así lo indica un informe que muestra su veloz y “preocupante” transformación durante las últimas tres décadas, con un modelo de desarrollo insostenible que todavía se estaría intentando reproducir en algunas áreas aún sin sobreexplotar. Este artículo señala las zonas costeras más artificiales de España, que el litoral español se hace artificial a gran velocidad y cómo lograr un futuro sostenible para la costa española.

Las zonas costeras más artificiales de España

La transformación en superficie artificial del litoral español es «muy preocupante desde el punto de vista de la sostenibilidad a medio y largo plazo». Así lo recoge un informe del Observatorio de la Sostenibilidad (OS), una entidad independiente y sin ánimo de lucro integrada por diversos científicos, que señala por primera vez la evolución del suelo costero entre 1987 y 2011, gracias a los datos del proyecto Corine Land Cover del Instituto Geográfico Nacional (IGN).

Málaga, Valencia, Barcelona, Castellón, Alicante y Cádiz superan el 50% de superficie artificial de su primera línea de costa
La costa mediterránea es, con diferencia, la más urbanizada de España. En 2011 se había transformado el 35,28% de la primera línea, en la región cantábrica y gallega el 21,65% y en la canaria el 19,72%. En la actualidad, Málaga, Valencia, Barcelona, Castellón, Alicante y Cádiz superan el 50% de superficie artificial. Asimismo, el informe indica que Castellón es la provincia que ha sufrido un mayor cambio, mientras que Huelva es la que tiene la tasa de «artificialización» más alta del país (4,59 km/año).

En los dos primeros kilómetros (km) desde el mar, Tarragona y Gerona han aumentado su población en más de un 70%. Por encima del 40% se encuentran Almería, Alicante, Baleares, Murcia, Castellón, Las Palmas y Málaga. En la franja de 10 km se hallan de nuevo dichas provincias, aunque en distinto orden, con porcentajes de crecimiento también muy elevados (entre el 65,30% de Almería y el 38,90% de Castellón).

El Cantábrico y el Atlántico gallego se mantienen aún en porcentajes bajos en comparación con las provincias destacadas, pero aun así presentan algunos datos llamativos. Bizkaia, de 13,70% a 23,51%, y Pontevedra, de 24,68% a 34,09%, cuentan con aumentos porcentuales de 10 puntos en la primera línea de costa, así como ocupaciones elevadas en las franjas más interiores. En la franja de 500 metros, Canarias y la zona cantábrica han experimentado las mayores aceleraciones. Lugo ilustra esta dinámica: entre 1987 y 2011 se ha hecho artificial el 33,33% de la primera línea, el 42% de la franja de 2 km y casi el 60% de la franja de 10 km. Bizkaia ha urbanizado en 25 años más del 40% de su litoral en las franjas de 500 m y 5 km y del 30% en la de 10 km.

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Imagen: Observatorio de Sostenibilidad

El litoral español se hace artificial a gran velocidad

El informe destaca la «gran velocidad del proceso de artificialización» producido en los últimos años con respecto al resto de la historia. «Si tomamos como referencia la franja de los primeros 2 km de costa, la superficie construida desde los Romanos hasta 1987 se ha incrementado en los 24 años siguientes en un 42,77%», explica Raúl Estévez, biólogo especializado en cartografía del Observatorio de la Sostenibilidad. Si en 1991 vivían en provincias costeras algo más de 15 millones de personas, en 2011 eran casi 20 millones: el 44% de la población española habita en el 4,25% de la superficie del país (los 5 primeros km de costa).

Otro dato preocupante es la magnitud del proceso. En algunas provincias como Málaga o Valencia, el 81% y el 67%, respectivamente, de sus primeros 500 metros de costa son artificiales.

Los autores del informe subrayan que el modelo de desarrollo costero tradicional parece mantenerse vigente en zonas ya muy degradadas, como Castellón, Valencia, Alicante o Málaga. «Cuando no se puede aplicar en la primera línea de costa por falta de espacio o restricciones de otro tipo (orografía, figuras de protección, etc.) se reproduce en espacios algo más alejados con el mismo patrón», comentan. Asimismo, advierten de que se han detectado intentos de aplicar dicho modelo en áreas que aún mantienen suficiente calidad ambiental del Cantábrico, Galicia, Murcia o el Atlántico andaluz.

La «artificialización» de la costa presenta «graves riesgos» para el país, no solo por depender de un modelo de desarrollo económico basado en el «monocultivo del turismo», sino también por la desaparición de ecosistemas naturales de gran interés ecológico como humedales, dunas, arenales, zonas forestales, agrícolas o esteparias, etc.

La sobreexplotación de los recursos naturales disminuye la calidad ecológica de estas áreas costeras, con problemas de aumento de residuos y vertidos, menor calidad del agua de baño, etc., que pueden llevar en algún caso al colapso, como sucede en el mar Menor.

Los científicos del OS aseguran que, aunque los últimos datos son de 2011, se acercan mucho a la realidad actual, ya que las nuevas transformaciones en la costa desde entonces han sido «relativamente escasas».

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Imagen: Observatorio de Sostenibilidad

Cómo lograr un futuro sostenible para la costa española

Los autores del informe proponen dos acciones principales para lograr el desarrollo sostenible de las zonas costeras españolas:

  • Crear reservas de suelo que implican paralizar la «artificialización» en las primeras franjas de costa. Los ayuntamientos de estos territorios que permanezcan sin explotar deberían ser recompensados por la sociedad.
  • Recuperar los ecosistemas litorales: para ello hay que restaurar, crear y expandir los ecosistemas forestales, de áreas húmedas, sistemas agrarios tradicionales y cordones dunares de las zonas afectadas.

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