Talleres de alquiler

Disponen de boxes equipados con herramientas para reparar los vehículos, a cambio de una tarifa que llega hasta 15 euros por hora
Por EROSKI Consumer 21 de abril de 2010
Img arreglar coche

Los talleres de alquiler para la reparación de automóviles han cobrado auge en tiempos de crisis. Disponen de boxes equipados con las herramientas necesarias para realizar arreglos, a cambio de una tarifa de hasta 15 euros por hora o casi 10 euros los 30 minutos. Destinados a manitas, “tuneros” y mecánicos, suponen un ahorro en el mantenimiento del vehículo, según el tipo de reparación, los servicios y la pericia del automovilista, además de un lugar de trabajo para los profesionales que carecen de un espacio propio. En este artículo se explican todas las características de estos talleres.

Un box completo

Los talleres de alquiler son una propuesta que llegó desde Alemania y que en España ya son corrientes desde hace años en ciudades como Madrid, Valencia, Barcelona o Sevilla. Algunos disponen también de instalaciones para motocicletas.

El modo de funcionamiento es sencillo: el cliente acude con su coche y, a cambio de pagar cerca de 10 euros por 30 minutos o 15 por una hora, puede utilizar un box equipado con las herramientas y maquinaria necesarias para el mantenimiento del vehículo: elevadores de automóviles, punto de aire comprimido, grúas, gato de foso, banco de trabajo con herramientas, pistola neumática, soldadoras, herramientas para frenos, traviesa para sujetar motores, tornillos de banco, etc. La empresa se hace cargo de la gestión de los residuos que se generen (chatarra, líquidos, etc.) y de la limpieza del lugar.

Manitas, «tuneros» y profesionales

Una de las ventajas más destacadas de este tipo de talleres es que, en determinadas circunstancias, suponen una posibilidad real de ahorro para quienes tienen conocimientos de mecánica. Al realizar el mantenimiento del coche, la mayor dificultad para estos automovilistas es la falta de herramientas e infraestructura adecuadas, lo que hace que la tarea sea más tediosa y lenta, cuando no imposible.

El 60% de los clientes son mecánicos sin instalaciones propias, que alquilan el espacio para atender a sus clientes

Los aficionados a la mecánica tienen en los talleres de alquiler un lugar para perfeccionar sus conocimientos y encargarse del mantenimiento de su vehículo. No obstante, solo el 40% de los clientes que acude a estos talleres son aficionados. El 60% son mecánicos que carecen de instalaciones propias y alquilan el espacio para atender a sus clientes. Estas empresas son, por lo tanto, una salida laboral momentánea para los profesionales.

Precios y condiciones

Algunos establecimientos cobran una tarifa de 9,60 euros por media hora, por el uso del taller y la maquinaria. Otra modalidad de cobro contempla diferentes precios según las instalaciones:

  • Boxes: 15 euros por hora.

  • Boxes con elevador: 17 euros por hora.

  • Cabinas de pintura: unos 30 euros por hora.

Diversos talleres cuentan, incluso, con un asesor mecánico para que el cliente consulte sus dudas. Recorre las instalaciones y puede resultar indispensable para algunos aficionados, si bien no implica que el establecimiento se haga cargo de los resultados del trabajo.

Estas condiciones se recogen en un contrato en el momento del alquiler. Por lo general, las cláusulas responsabilizan al cliente del resultado del trabajo y del uso de máquinas y herramientas y, en muchos casos, avisan de la instalación en el recinto de cámaras de videovigilancia. Cualquier daño por un mal empleo de las herramientas correrá por cuenta de quien alquila.

Respecto a los seguros, cuentan con uno de responsabilidad civil, obligatorio para todos los establecimientos públicos y que cubre el negocio.

¿Es rentable?

Los responsables de estas empresas de alquiler coinciden al asegurar que esta propuesta constituye una oportunidad para que la gente pierda miedos, aprenda y ahorre en el mantenimiento de su coche.

A menudo, los talleres tradicionales cobran una tarifa por hora de entre 40 y 60 euros, con independencia de la tarea que se realice y del tiempo real que lleve ejecutarla. Este precio general puede ser muy desventajoso para arreglos sencillos. En los talleres de alquiler, en cambio, se controlan mejor los gastos, que dependen casi en exclusiva de la pericia mecánica del automovilista.

Para trabajos sencillos, compensa alquilar un taller

Con un conocimiento mínimo, ciertos trabajos de mantenimiento se pueden llevar a cabo de manera ágil y rápida si se cuenta con las herramientas adecuadas. Es el caso de un cambio de aceite y filtro, que debe hacerse con cierta periodicidad. Al coste de esta labor en un taller tradicional, que cobre 40 euros por hora, se sumarían unos 17 euros por el filtro y otros 45 euros por el aceite. En total, más de 100 euros por una hora.

En reparaciones de mayor envergadura, la complejidad del trabajo combinada con la poca experiencia de quien lo hace puede terminar en un exceso de horas y alquiler que no valgan la pena, comparado con los honorarios de un profesional. En última instancia, la conveniencia estará en función del interés de aprender: un cambio de pastillas de freno puede salir muy caro la primera vez, pero la segunda será más sencillo y, en consecuencia, el ahorro será mayor.

Variables que influyen en el coste final

Hay variables que pueden influir en el cálculo del coste final, según los distintos talleres de alquiler:

  • La disponibilidad de zona de estacionamiento para dejar el vehículo mientras no funciona: algunos establecimientos lo permiten por un tiempo razonable. Supone un ahorro en parking o en el recargo por guardar el vehículo mientras se espera la llegada de una pieza necesaria para la reparación.

  • Tiendas de repuesto: no todos los talleres de alquiler cuentan con ellas y, en los establecimientos que disponen de este servicio, algunas no son tan completas como sería conveniente para evitar traslados y demoras o se limitan a un equipamiento básico (tornillos, arandelas, abrazaderas, tuercas, aceites, filtros), mientras que otras tienen un servicio de recambio de piezas o de encargo de repuestos con precios de mercado.

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