Síntomas de alerta en meningitis

Nuevos indicios para el diagnóstico temprano de esta enfermedad permitirían reducir las complicaciones y la tasa de mortalidad
Por Núria Llavina Rubio 7 de marzo de 2011
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Imagen: Agecom Bahia

La infección bacteriana o viral de las meninges puede llegar a ser muy peligrosa si se demora el diagnóstico. Se calcula que uno de cada diez pacientes puede morir por este motivo. A pesar de que identificar los síntomas previos a su desarrollo es fundamental, algunos, como el dolor de cabeza, la palidez de manos y los pies fríos, no son signos prematuros de la patología, como cree la mayoría de la población.

Imagen: Agecom Bahia

Dolor de extremidades inferiores, confusión, rigidez de la nuca y sensibilidad a la luz en los niños son los principales signos de alarma de la meningitis, según un nuevo trabajo publicado en la revista «British Journal of General Practice». El estudio, llevado a cabo por investigadores del Colegio Real de Médicos Generales del Reino Unido entre más de 1.000 niños ingleses, asegura que otros síntomas antes considerados significativos, como dolor de cabeza, palidez de las manos o pies fríos, no son necesarios para predecir el diagnóstico.

La meningitis es una inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. Puede estar causada por una infección bacteriana (que puede provocar la muerte en horas o dejar secuelas para toda la vida) o viral (las más frecuentes y que, a menudo, no son graves). Los investigadores detectaron que la mitad de los niños del estudio con la enfermedad habían sido mal diagnosticados al inicio y apuntaron que el motivo podrían ser las «falsas» creencias difundidas. La erupción en la piel, unos de los signos más conocidos por la población, surge en etapas posteriores de la patología.

¡Atención a los signos de alerta!

Dolor en las piernas, confusión, rigidez de la nuca y sensibilidad a la luz en los niños son los principales signos de alarma de la meningitis

Los expertos informan que el estudio será beneficioso para médicos generales, aunque advierten de que los progenitores no deben ignorar otros síntomas trascendentes. Aseguran que es vital que los padres confíen en sus instintos y no duden en buscar ayuda médica, incluso si el pequeño ya ha sido visitado, pero los síntomas empeoran. Las acciones deben anticiparse aunque se desconozca qué tipo de infección es, vírica o bacteriana -la más grave-, ya que es una urgencia médica. Un proceso bacteriano progresa con suma rapidez, a menudo, en horas. La meningitis viral, por el contrario, puede desarrollarse en un par de días.

La Fundación Irene Mejías contra la meningitis incluye entre sus recomendaciones señales de alerta que deben llamar la atención de padres y madres. Si se detecta sarpullido en la piel, los especialistas aconsejan realizar el «test del vaso», que consiste en aplicar una presión firme en la zona con erupción con el cristal. Si no desaparece de forma momentánea bajo presión, hay que acudir con urgencia al hospital, ya que supone un síntoma muy grave.

Detectar las señales preliminares de la meningitis es esencial para evitar complicaciones posteriores o la muerte. Cada año fallecen unas 200 personas en España por sepsis meningocócica (infección bacteriana generalizada), la mayoría menores de 25 años, mientras que entre 300 y 350 sufren secuelas muy graves que afectan a su calidad de vida. Si se suman las infecciones víricas, la cifra de afectados se eleva a 12.000. En las recientes VII Jornadas de Actualización en Vacunas, celebradas en la Universidad de Navarra, se divulgaron datos que señalan que la infección por neumococo (microorganismo que provoca un gran número de procesos graves) es el principal culpable de enfermedades infecciosas y mortalidad en niños y una de las causas más importantes en el adulto.

Aunque la meningitis puede desarrollarse a cualquier edad, los bebés y los niños pequeños son quienes tienen más riesgo, con una incidencia entre 60 y 174 casos por cada 100.000 niños menores de 2 años. El segundo grupo son los jóvenes de 15 a 24 años. Si bien estas cifras se han reducido de forma significativa en los países europeos, crecen las resistencias a los antibióticos que entorpecen el tratamiento. Además, esta patología emerge cada vez con más frecuencia en otros países, por lo que la prevención es crucial.

Evitar complicaciones

La infección viral no siempre requiere hospitalización y, en los casos más leves, se permite la recuperación en casa. El tratamiento alivia los síntomas, que remiten poco a poco, y supone la toma de medicamentos, reposo e ingesta de líquidos. Por el contrario, en la meningitis bacteriana, en general provocada por un neumococo, el tratamiento se lleva a cabo con antibióticos intravenosos lo antes posible, así como líquidos que reemplacen la energía perdida y fármacos corticoesteroides para reducir la inflamación de las meninges. Ante complicaciones como convulsiones, bajada de la presión arterial o insuficiencia respiratoria, se aplican tratamientos complementarios.

Si no se tratan estas complicaciones, pueden desarrollarse secuelas a largo plazo, como problemas de audición o visión, problemas de aprendizaje o, incluso, cardiovasculares. No obstante, si se logra atajar la enfermedad de forma precoz, los afectados se recuperan a menudo por completo.

Los especialistas insisten en que el mejor tratamiento es la prevención. Ya hay disponibles varias vacunas aceptadas, aunque se trabaja en nuevas formulaciones. En las citadas jornadas de la Universidad de Navarra se dio a conocer una nueva vacuna antineumocócica, la 13-valente, que en teoría amplía la protección de su antecesora, la heptavalente. Esta nueva vacuna puede administrarse a niños hasta los 5 años.

Si se corroboran las señales de alarma incluidas en este estudio británico, podrían entrar a formar parte de la próxima «Guía de Práctica Clínica para el manejo de la Meningitis y de la Sepsis en la Infancia y la Adolescencia», auspiciada por el Ministerio de Sanidad español y a cargo de GuíaSalud del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud. Está previsto que salga a la luz a finales de 2011 y su principal objetivo es uniformizar en toda España su diagnóstico y tratamiento. En su elaboración trabajan especialistas españoles que revisarán las guías ya disponibles, como las distribuidas en el Reino Unido.

MÁS PATOLOGÍA INFECCIOSA

La meningitis ocupa un lugar muy relevante en el ámbito de las enfermedades contagiosas en la infancia. En el IV Simposio pediátrico, celebrado recientemente en Málaga, se ha alertado de que estas patologías infantiles están en auge por diferentes motivos. La contaminación, los malos hábitos nutricionales o el cambio climático figuran entre los factores de riesgo en los primeros meses de vida de un lactante. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa infantil de supera en un 60% a la de la población adulta. Estas cifras pueden tener graves consecuencias en caso de bebés prematuros, cuando las defensas son escasas.

Las enfermedades digestivas y respiratorias (como la meningitis neumocócica) son las más frecuentes en lactantes y menores de 2 años, tras las malformaciones congénitas y complicaciones cardiovasculares. En este simposio también se destacó la importancia de detectar señales indicativas de presencia de patología infecciosa. Se destacó la importancia de que el bebé duerma de forma prolongada o reduzca de manera repentina sus horas de sueño.

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