12 pequeños gestos para una vida sana

Incorporar hábitos saludables, mes a mes, es una manera muy sencilla de cuidarse, sentirse mejor y reducir la probabilidad de sufrir enfermedades
Por Arantza González Arratibel, Asociación Contra el Cáncer – Sede Bizkaia 14 de febrero de 2017
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Imagen: AECC

Con el comienzo del año es costumbre plantearse buenos propósitos. Algunos habrán pensado en retomar aquel curso que nunca terminaron, otros en llamar a esa persona que hace tiempo que no ven o, por fin, en llevar a cabo ese arreglillo en casa que siempre se queda pendiente. ¿Y hacer algo por la salud? ¿Sí? A continuación se proponen 12 retos para una vida sana, pero no para hacerlos todos de golpe, sino que mejor poco a poco, mes a mes y apenas casi sin darse cuenta.

Objetivo: salud. ¡Póngase a ello!

Puede tomar las riendas de su salud de forma sencilla, sin grandes esfuerzos, adquiriendo unos hábitos de vida que incluirá en su día a día casi sin darse cuenta. Tiene un año por delante. Está comprobado que una dieta saludable, realizar ejercicio y descansar las horas adecuadas son pilares importantes para mantener una vida sana y activa. Y no es difícil, de verdad. Hacer algo por la propia salud se limita a algunos cambios en las rutinas diarias que cualquier persona puede abordar.

  • Hacer un poco de ejercicio físico.
  • Alimentarse de forma adecuada.
  • No fumar.
  • Protegerse del sol (siempre).
  • Moderar el consumo de alcohol.

Y, cómo no, dormir al menos siete u ocho horas a diario, para que el cuerpo descanse del desgaste producido durante la jornada y evite la fatiga, tanto física como mental.

Qué conseguirá con estos gestos

  • Prevenir el 40% de los cánceres.
  • Respirar mejor.
  • Sentirse más ágil.
  • Estar más saludable.
  • ¡Sentirse bien!

Cree su propio calendario de salud. Incorpore un hábito diario cada mes y ya verá los resultados. ¡En diciembre hablamos!

Le proponemos unas sencillas rutinas para que decida en qué mes desea incorporar cada una de ellas. Recuerde repetirlas cada día. Tras 30 repeticiones, una conducta se convierte en un hábito.

Descárguese este check list para hacer el seguimiento:

  • Enero. Incluya cada día una pieza de fruta en el desayuno y en la cena.
  • Febrero. Además, incorpore una guarnición de verdura en la comida o en la cena.
  • Marzo. Tome también una fruta para la merienda.
  • Abril. ¿Y ese tentempié mañanero? Tome otra frutita más. ¡Ya tenemos cinco! Manténgalo.
  • Mayo. Además, deje de coger el ascensor. Cualquiera: el de casa, el del trabajo, el del metro… ¡A subir escaleras!
  • Junio. ¿Abren las piscinas? ¡A nadar! Dese un chapuzón y aproveche para hacer unos largos.
  • Julio. Cada mañana, tras lavarse la cara, aplíquese un protector solar con el mayor factor posible. Todos los días.
  • Agosto. Sustituya los refrescos y las bebidas azucaradas industriales por zumos de fruta, granizados, batidos… ¡Es agosto! Hidrátese sin dejar de ingerir fruta.
  • Septiembre. Camine cada día 30 minutos. ¿Cómo? Baje del autobús una parada antes de su destino, salga a dar un paseo después de cenar, vaya al trabajo andando (¡qué suerte tiene si puede!)…
  • Octubre. ¿Ha perdido algún buen hábito por el camino? Recupérelo.
  • Noviembre. Cada día, antes de ducharse, eche un vistazo al espejo. Repase su piel por si hay un lunar nuevo o por si alguno ha cambiado. Si es así, enséñeselo al médico.
  • Diciembre. Beba agua. Un vasito de vez en cuando. Y si sustituye algún refresco azucarado por un refrescante y saludable vaso de agua, ¡mucho mejor!

Mejorar la salud y la alimentación, una estrategia mundial

La mejora de la dieta y la promoción de la actividad física representan una oportunidad única para elaborar y aplicar una estrategia eficaz que reduzca de forma sustancial la mortalidad y la carga de morbilidad mundiales. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó en mayo de 2004 la «Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud«.

Esta estrategia mundial tiene cuatro objetivos principales:

  • Reducir los factores de riesgo de enfermedades crónicas asociados a las dietas malsanas y a la inactividad física a través de medidas de salud pública.
  • Incrementar la concienciación y los conocimientos acerca de la influencia de la dieta y de la actividad física en la salud, así como de los efectos positivos de las intervenciones preventivas.
  • Establecer, fortalecer y aplicar políticas y planes de acción mundiales, regionales y nacionales para mejorar las dietas y aumentar la actividad física que sean sostenibles e integrales y cuenten con la participación activa de todos los sectores.
  • Seguir de cerca los datos científicos y fomentar la investigación sobre la dieta y la actividad física.

Responsabilidades de los actores. Para cambiar los hábitos alimentarios y de actividad física serán necesarios los esfuerzos combinados de muchas partes interesadas, públicas y privadas, durante varios decenios. Se necesita la combinación de acciones racionales y eficaces a nivel mundial, regional, nacional y local, así como un atento seguimiento y evaluación de sus repercusiones.

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