El 70 % de la población española tiene problemas de vista

Casi tres de cada cuatro personas reconocen que tienen algún problema visual y un 22 % confiesa no haberse hecho una revisión de los ojos jamás
Por María Huidobro González 14 de septiembre de 2018

En España no nos vemos muy bien. Casi tres de cada cuatro personas (72 %) tienen algún problema visual, según un estudio de la Clínica Baviera. El más común es la presbicia o vista cansada y entre las primeras anomalías de la visión están la miopía y el astigmatismo. Algunas de ellas presentan síntomas, pero otras llegan casi sin avisar. Aun así, un 22 % de los españoles reconoce no haberse hecho una revisión de los ojos jamás. En este artículo se aportan más datos acerca de la visión en nuestro país y se repasan las patologías más frecuentes y sus causas.

Cerca de la mitad de la población (44,5 %) en nuestro país sufre presbicia o vista cansada, según el ‘Estudio sobre la Visión en España‘ realizado en 2017 por la Clínica Baviera. Y con la edad, esta deficiencia visual caracterizada por la pérdida progresiva del poder de enfoque del cristalino se hace cada vez más frecuente entre la ciudadanía: la padecen dos de cada tres mayores de 40 años y el 80 % de los que superan los 55. Corrección óptica con gafas o lentillas, según los casos, y también quirúrgica son los tratamientos que mejoran los síntomas (dificultad para leer de cerca, cefalea o fatiga visual).

A mayor edad, más problemas oculares

La presbicia es un signo ocular del envejecimiento. Pero hay más patologías asociadas a la edad que van en aumento, debido a la mayor esperanza de vida de la creciente población anciana. De ahí la importancia de revisarse la vista a partir de los 40 años, como recuerda el oftalmólogo Iñaki Rodríguez. «Son enfermedades de evolución lenta que a veces tienen tratamiento y, en ocasiones, este las frena, así que cuanto antes se detecte, antes se la podrá parar. Por eso es importante la detección precoz y la información sobre sus factores de riesgo», insiste el también presidente de la Asociación Oftalmológica del Norte. Las cataratas, el glaucoma o la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) son algunas de ellas.

Con el paso de los años, el cristalino va perdiendo transparencia y volviéndose amarillento y turbio. Como consecuencia surgen las cataratas, un problema muy común entre las personas mayores (se calcula que 3 de cada 4 mayores de 75 años la padecen) y una de las deficiencias más operadas (7,8 % de los ciudadanos han pasado por el quirófano para corregirla). Se manifiesta con visión borrosa y sensibilidad a la luz y al deslumbramiento, entre otras señales. Pero no solo la edad es la culpable. También la tienen la obesidad, la dieta, la diabetes, el tabaquismo y el alcohol. Por fortuna, investigaciones como esta, ya hablan de reducir un 30 % su aparición gracias a la vitamina K.

Mientras, el llamado el «ladrón silencioso de la visión» se presenta a partir de los 40 años y ostenta el título de ser la principal causa de ceguera irreversible, por detrás de las cataratas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Reducción del campo visual periférico (visión en túnel) o halos alrededor de las luces están entre las dificultades asociadas al glaucoma. Esta enfermedad degenerativa es más frecuente entre miopes, diabéticos y personas con presión intraocular alta. Por eso, de nuevo son fundamentales las revisiones visuales anuales a partir de los 45 años. El uso de colirios o la cirugía, como apunta la Sociedad Española de Oftalmología, tratan de que no avance.

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Imagen: FLV

Pero aún hay más. En España la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es la primera causa de ceguera en personas de más de 65 años y afecta aproximadamente a un 30 % de los mayores de 75 años. Este trastorno ocular destruye lentamente la visión central (afecta a la mácula de la retina), lo que dificulta realizar actividades tan cotidianas como leer o conducir. Pero además de la edad, hábitos como el tabaco, la exposición solar prolongada o el sedentarismo son otros factores de riesgo.

Ante este futuro, ¿cómo mejorar la salud visual a partir de los 40? Con revisiones periódicas, pero también los expertos insisten en cuidar la alimentación, hacer actividad física de forma regular y reducir el tiempo ante las pantallas digitales. Y esto último no es por capricho.

Miopía, la pandemia visual del siglo XXI

Los problemas oculares más frecuentes entre los españoles, por detrás de la vista cansada, son defectos refractivos. La miopía (ver mal de lejos) atañe a 29 % de la población, mientras que el astigmatismo (visión poco precisa tanto de lejos como de cerca) recae en un casi una de cada cuatro personas y la hipermetropía (ver mejor de lejos que de cerca) en apenas un 7,8 % de la población, como recoge el estudio de la Clínica Baviera.

En el caso de la miopía, las pantallas tienen mucho que decir. El futuro de este defecto visual no es nada halagüeño, a tenor del informe reciente ‘La prevalencia de la miopía entre los jóvenes de España, 2018’, realizado por la asociación de utilidad pública Visión y Vida. Y es que, como apunta este trabajo, la miopía afecta ya al 60 % de los jóvenes españoles entre 17 y 27 años, sobre todo a las mujeres, y con una causa clara: un estilo de vida sedentario basado en menos de una hora al día para actividades al aire libre, el aumento de horas (entre 4 y 8 al día) dedicadas al uso de pantallas y el empleo intensivo de la visión de cerca. La coordinadora de Visión y Vida, la doctora Elisenda Ibáñez, lo explicaba en su presentación: «El ojo no está preparado para ello y la respuesta del organismo es ‘miopizarnos’, nos volvemos ágiles de cerca y necesitamos gafas para ver a distancias más lejanas».

No podemos vivir sin pantallas, así que, de nuevo, además de hacer revisiones periódicas entre los niños y los más jóvenes, si hay antecedentes familiares, y acudir al profesional siempre que se detecte algún síntoma extraño, hay que tener en cuenta otras claves. Ibáñez aportaba varias para hacer frente a esta pandemia y prevenirla entre los menores: «Podemos enseñarles a cuidar su visión, por medio de la actividad en el exterior (dos horas al día), el descanso y la higiene visual ante las pantallas».

Ordenadores y otras pantallas

Tabletas, ordenadores, consolas y móviles pueden hacer que se deje de ver con nitidez lo que se tiene lejos. Pero también están detrás de otros problemas, si su empleo es excesivo. Cada vez son más los pacientes que, como reconoce el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, acuden a las ópticas con síntomas de fatiga visual (síndrome visual informático en la jerga médica), debido al uso abusivo de estos dispositivos electrónicos: visión doble, sequedad ocular, picores, dificultad de enfocar, náuseas, vértigos, dolor de cabeza o ansiedad. «Más del 70 % de los españoles lo sufren«, según una encuesta del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Cataluña (COOOC) de 2014.

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Imagen: Mybloodtypeiscoffee

Como medidas preventivas, los expertos recomiendan la regla del 20, 20, 20, que consiste en apartar la mirada de la pantalla durante 20 segundos cada 20 minutos enfocando a una distancia de 20 pies (6 metros). También es aconsejable bajar el brillo de las pantallas, utilizar lágrimas artificiales, adoptar una postura correcta y parpadear con frecuencia para impedir la sequedad de los ojos.

Por otro lado, en repetidas ocasiones los ópticos-optometristas han advertido de que, junto a las pantallas de esos aparatos, también el visionado de películas y videojuegos en 3D puede generar problemas como dolor de cabeza o mareos y perjudicar la visión de los niños, especialmente antes de los seis años.

Además, como recuerdan desde la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), hay pruebas obtenidas a partir de experimentos con animales y cultivos de células de retinas humanas que apuntan que las longitudes de onda que emiten los LED, la famosa luz azul que emiten dispositivos móviles como teléfonos y tabletas, pueden provocar daños retinianos. Incluso se alerta de que una exposición acumulativa a la luz azul puede contribuir también al desarrollo de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Sin embargo, la Sociedad Española de Oftalmología, que también se ha pronunciado al respecto, sostiene que los estudios científicos realizados «no demuestran que la luz azul de las pantallas LED provoque daños en el ojo».

Para prevenir los supuestos males de la luz azul, se han puesto de moda filtros protectores que reducirían entre un 15 y un 20 % su intensidad. Pero como el daño no está demostrado en condiciones reales y en humanos, esta medida para pantallas y lentes no se puede recomendar de manera generalizada.

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