Entrevista

Fernando Gomollón, gastroenterólogo del Hospital Clínico de Zaragoza

«El síndrome del intestino irritable es la enfermedad digestiva más común en las consultas»
Por Clemente Álvarez 24 de abril de 2006
Img Gomollon

El gastroenterólogo Fernando Gomollón asegura que ha aumentado mucho la incidencia entre los españoles de trastornos digestivos como la enfermedad inflamatoria intestinal y el cáncer de colon. Este médico del Hospital Clínico de Zaragoza, que lleva 20 años dedicado a la enfermedad inflamatoria intestinal, afirma desconocer las causas, pero señala hacia uno de los posibles factores: la disminución de las infecciones en la infancia. Con todo, asegura, el trastorno digestivo que lleva hoy en día a más gente a una consulta es el síndrome del intestino irritable.

¿En qué consiste la enfermedad inflamatoria intestinal?

Es un grupo de enfermedades en la cuales existe una inflamación en el intestino definida como un cambio demostrable en las biopsias. No se saben las causas y todas las enfermedades tienen una característica fundamental evolutiva: son crónicas y, por lo tanto, aunque se pueden controlar muy bien, la mayoría de las veces son incurables. Hay dos grandes tipos, la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. El primer trastorno se manifiesta por rectorragias, diarrea y dolor abdominal, mientras que el segundo tiene como síntomas dolor abdominal, fiebre, diarrea, pérdida de peso y rectorragias.

¿En qué forma está aumentado entre la población española?

Cada año se registran por término medio unos 3.600 nuevos pacientes con colitis ulcerosa y unos 2.000 con la enfermedad de Crohn. Se estima que actualmente hay unos 80.000 pacientes con enfermedad inflamatoria en España, con lo que la prevalencia de la enfermedad ha crecido mucho en los últimos años.

¿Por qué está aumentando la incidencia de este tipo de trastornos?

«Cuantas menos infecciones hay en la infancia
más fácil es tener trastornos inmunitarios en la edad adulta»

No lo sabemos. Aunque uno de los factores que pueden influir está relacionado con los cambios que se producen en los países desarrollados. Parece ser que cuántas menos enfermedades infecciosas se pasan durante la infancia más fácil es tener luego enfermedades inmunológicas en la edad madura. Probablemente, esto ocurre porque el sistema inmunológico del intestino no es sometido a las mismas presiones en país desarrollado que en otro que no lo está. Aún así, hay que dejar claro que el balance es globalmente positivo, pues las infecciones que sufren los países en desarrollo causan muchísima mortalidad infantil.

¿Qué tratamiento tiene la enfermedad?

Hoy en día, lo más utilizado son los tratamientos que intentan controlar la inflamación, bien sea con corticoides, inmunosupresores u otros fármacos más avanzados como anticuerpos. Pero también se trabaja en la búsqueda de los agentes que desencadenan la enfermedad para tratar de bloquear los estímulos iniciales. Y, de forma experimental, se ensaya la granulocitoaféresis, un sistema con el que desactivar las células inmunólogicamente activas para reducir la inflamación.

Otro de los trastornos en aumento es el síndrome del intestino irritable. ¿No es así?

No hay buenos datos en España sobre la incidencia, pero la prevalencia es muy alta: entre un 4% y un 15% de la población española padece este trastorno, según la definición que se utilice del síndrome. Es la enfermedad digestiva más común en las consultas.

Explique qué es este síndrome.

Es un trastorno en el cual el paciente tiene una sintomatología variada con alteraciones del ritmo intestinal, dolor abdominal y otras molestias. Y en el que, sin embargo, los médicos no encontramos anomalías en las exploraciones objetivas que realizamos al paciente. No hallamos ni lesiones en la endoscopia, ni alteraciones en los análisis, ni signos inflamatorios. Aparentemente, todo es normal. No obstante, el paciente sí que tiene un trastorno en el cual se unen problemas intestinales y otros de percepción de la situación en la que está el intestino.

¿Hasta que punto influye la percepción del paciente?

«Cada año se registran unos 3.600 nuevos pacientes con colitis ulcerosa y unos 2.000 con la enfermedad de Crohn en España»

La percepción cerebral interviene en cómo nota el paciente sus síntomas, pero el problema es antes que nada intestinal.

Muchas de estas enfermedades del tracto intestinal son causa de vergüenza en los pacientes. ¿Son también patologías sociales?

Sí. Todas las enfermedades intestinales que tienen relación con el ritmo de hacer de vientre, como las que pueden ocasionar diarrea, estreñimiento o alteraciones en el aspecto de las heces, tienen siempre una connotación psicológica y social que hace que los pacientes tengan mucha dificultad para expresar sus problemas y que a veces se sientan aislados. Algunos pacientes pueden sentir vergüenza incluso para ir a la consulta.

Se han producido importantes avances en cuanto a la exploración y el diagnóstico del aparato digestivo. Se puede ver el interior del intestino delgado con cápsulas ingeridas oralmente. ¿No es así?

Sí, la cápsula endoscópica es un instrumento fotográfico que lo que hace es tomar fotografías de la mucosa intestinal y transmitir la información de estas fotografías digitales a través de un sistema de radiofrecuencia. Con esa información, el ordenador realiza una reconstrucción de las paredes del intestino en la que se pueden ver las paredes del intestino delgado como en un endoscopio vemos el intestino grueso o el estómago. Esto permite identificar lesiones en el intestino delgado de una forma más sensible que con los métodos anteriores. La única pega es que la cápsula no nos permite, de momento, efectuar biopsias.

¿Qué hay que hacer para tener un aparato digestivo saludable?

Lo que se recomienda siempre de forma general: hacer un poco de ejercicio, comer con moderación y lo más variado posible, tomar poco alcohol, aunque un poco de vino no es malo, y por supuesto, no fumar.

¿Cómo influye la dieta?

Lo único que podemos aconsejar es llevar una dieta variada, porque en la mayoría de las enfermedades digestivas no sabemos bien si influye mucho o no. Tomar más frutas y verduras siempre es bueno, pues su consumo se asocia epidemiológicamente con menos riesgo de contraer algunas enfermedades.

¿Se trata mal al aparato digestivo?

Con el ritmo de vida actual, a menudo se le trata mal comiendo muy deprisa y poco variado. Está claro que el contenido de la dieta occidental hoy en día es demasiado rico en grasa y demasiado calórico.

Viaje fantástico al interior del cuerpo humano

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Hace poco más de treinta años, Otto Clement y Lewis Bixby imaginaron que sería posible introducir un artilugio que circulara por el torrente sanguíneo hasta llegar al cerebro y, una vez ahí, destruir un trombo que obstruía la circulación. El artilugio ideado por los dos autores, transformado en novela de éxito, era un rotundo imposible: la reducción a escala microscópica de un submarino nuclear con su tripulación a bordo que debía ser inyectado al torrente sanguíneo. Desde ahí tenía que dirigirse al cerebro para destruir la obstrucción que amenazaba la vida de un prestigioso científico cuyos conocimientos eran claves para la seguridad de las potencias occidentales. La narración tenía por nombre «Viaje fantástico».

El caso es que el «viaje fantástico» es ya posible. Pero no es un submarino el que recorre venas y arterias sino minúsculos dispositivos en forma de cápsula, de microrrobot o de microchip. Entre sus funciones se encuentran las de obtener imágenes, tomar muestras y, llegado el caso, liberar fármacos. Aunque en su mayoría se trata de opciones todavía en fase de desarrollo en laboratorios de nanotecnología, nadie duda de su potencial.

Las cápsulas endoscópicas forman parte de las opciones disponibles. El primer prototipo fue dado a conocer hace cuatro años por el investigador británico Paul Swain, profesor de gastroenterología del Royal London Hospital. El dispositivo es capaz de obtener imágenes del estómago y del intestino delgado gracias al trabajo de la compañía israelí Given Imaging, que colocó en poco más de un centímetro una cámara de vídeo, un emisor de luz fría, una batería para casi doce horas, un microchip de control y un radiotransmisor. Una proeza tecnológica que mereció encendidos elogios por parte de la prestigiosa revista británica Nature.

La misión de la píldora-vídeo es recorrer el tubo digestivo entero. El paciente la ingiere y tras llegar al estómago empieza a emitir imágenes hasta que su batería se agota o, simplemente, es expulsada del organismo. Su recorrido es propiciado por los movimientos peristálticos, los mismos que empujan a la comida durante la digestión. Durante el tiempo que dura la exploración, al menos así ha sido en los casos en los que se ha probado el artilugio, el paciente puede realizar sus actividades cotidianas con total normalidad.

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