Miomas: prevención y tratamiento

Más de un 80% de las mujeres padecerá este tumor benigno a lo largo de su vida
Por Núria Llavina Rubio 4 de abril de 2011
Img mediana edad
Imagen: Tom Götze

Más de la mitad de las mujeres mayores de 50 años tiene un mioma uterino y un 80% desarrollará uno en algún momento de su vida. Sin embargo, en su mayoría son asintomáticos y se detectan en exploraciones pélvicas o en ecografías prenatales. Si se eliminan a través de las actuales técnicas de cirugía mínimamente invasivas, se evitará una posible extirpación del útero a largo plazo. Los tratamientos novedosos aportan un alivio de los síntomas y una mejora considerable de la calidad de vida de las pacientes.

El mioma o fibroma uterino no es una enfermedad grave, pero sí una afección ginecológica frecuente que, en muchos casos, requiere intervención médica. Su tasa de prevalencia es elevada: el 60% de las mujeres mayores de 50 años lo sufre y un 80% lo desarrollará a lo largo de su vida, según detalla Miguel Ángel de Gregorio, catedrático en radiología y experto en cirugía mínimamente invasiva guiada por imagen.

Tratamientos poco invasivos

El tratamiento está indicado solo para tumoraciones mayores de cuatro centímetros y sintomáticas, que impliquen dolor e, incluso, sangrado. Con él, además de prevenirse futuras complicaciones como la extracción del útero a largo plazo, se han constatado mejoras en la calidad de vida de las afectadas, al reducirse los síntomas. Así concluye un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Harvard y que se publicará en breve en la revista «Radiology».

Los investigadores analizaron tres tratamientos: la histerectomía (extirpación del útero), la embolización de la arteria uterina por método mínimamente invasivo y un procedimiento de ultrasonido enfocado guiado por resonancia magnética y no invasivo. Según los resultados, la calidad de vida aumentó de manera significativa después de cada una de las elecciones. Las dos últimas técnicas, poco invasivas, fueron mucho mejor valoradas: las pacientes que se debían someter a histerectomía aseguraron que esperarían 21 semanas para evitar el procedimiento y, por el contrario, a quienes se propuso una terapia menos invasiva afirmaron que solo la retrasarían 14 semanas.

Aunque a menudo pasan desapercibidos, una serie de síntomas indican la necesidad de acudir al especialista

Miguel Ángel de Gregorio señala que una de las formas más eficaces para tratar estos tumores es la embolización de arterias uterinas, que consiste en cerrar su flujo a través de una pequeña incisión en la ingle. Esto causa la muerte de las células del mioma y evita su desarrollo o crecimiento. Sus ventajas son múltiples frente a la histerectomía: no se extirpa el útero, no hay apertura del abdomen, se realiza con anestesia local o epidural, la hospitalización oscila entre 24 y 36 horas y la recuperación culmina en menos de una semana. Pero si bien se adjudican numerosas bondades a esta técnica, también destaca un posible efecto negativo relacionado con problemas fetales durante la gestación.

El ultrasonido focalizado está avalado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Está guiado por ultrasonidos que facilitan una visión en tiempo real e indicado también para el fibroadenoma de mama, así como para tumores de hígado, páncreas, riñón y hueso. Se le confieren otros beneficios, como el hecho de no precisar hospitalización, una recuperación muy rápida (de 1 a 3 días), riesgo mínimo de infección, poco dolor, sin efectos secundarios y una eficacia avalada en todo el mundo.

En 2010, el hospital de Terrassa, en Barcelona, logró una gestación poco tiempo después de la intervención con ultrasonido focalizado, que permite extirpar el mioma sin intervención quirúrgica y no deja cicatriz, además de no emitir radiaciones ionizantes. La paciente recibió este tratamiento después de sufrir dificultades para quedar embarazada.

La miomectomía, la extirpación quirúrgica de los miomas, es un tratamiento importante y una alternativa en mujeres que desean preservar su útero y evitar la histerectomía. El problema principal es la hemorragia excesiva y el hecho de prolongar la estancia posoperatoria. Varios estudios analizan cómo minimizar estas consecuencias. Otras complicaciones potenciales son: infección en la herida, nuevo desarrollo de fibromas, apertura accidental del útero o del intestino durante la cirugía, debilitación de la pared uterina o dolor.

Detectar un mioma

La causa de los miomas no se ha determinada aún, pero la mayoría se desarrollan durante la edad reproductiva de la mujer. A menudo, su número se reduce tras la menopausia, ya que necesitan hormonas femeninas para crecer (no se desarrollan antes de que el cuerpo comience a producir estrógenos). Durante el embarazo, debido a la mayor generación de estas hormonas, tienden a crecer de forma muy rápida.

Respecto a los síntomas, puesto que a menudo pasan desapercibidos, una serie de factores delatan su posible desarrollo y la necesidad de acudir al especialista. Entre ellos figuran: aumento del tamaño del abdomen, presión abdominal o estomacal, dolor pélvico, estreñimiento crónico con dificultad o dolor al orinar, menstruación prolongada o fuerte hemorragia menstrual que puede provocar anemia, calambres durante la menstruación, infertilidad, dolor en las relaciones sexuales, hemorroides o dolor lumbar (en los costados o hacia las piernas).

PREVENCIÓN

Tener entre 30 y 40 años, sobrepeso u obesidad y no haber dado nunca a luz son algunos de los factores de riesgo de desarrollar un fibroma o mioma uterino. No hay medidas claras para su prevención, aunque diversos trabajos han constatado que son menos probables en quienes se mantienen en un peso adecuado y en las mujeres que practican ejercicio. Debido a que los miomas requieren cifras elevadas de estrógenos para su desarrollo, los especialistas recomiendan incluir en la dieta alimentos ricos en isoflavonas, que ayudan a reducir los niveles de las hormonas sexuales y regulan el balance hormonal, además de ser antioxidantes naturales.

Uno de los más destacados por su contenido en isoflavonas es la soja. En términos de alimentación, también se recomienda evitar los alimentos ricos en grasas y azúcares e ingerir alimentos ricos en vitamina E (regula la producción hormonal) y vitamina C (reduce las inflamaciones y es antioxidante). La medida de prevención más efectiva es acudir de forma regular al ginecólogo. Las exploraciones pertinentes permiten la detección de fibromas en estadios iniciales o, aún mejor, su prevención. También puede ayudar considerar los síntomas menstruales demasiado dolorosos y describirlos con detalle al especialista.

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