Entrevista

Pedro Puig, presidente de Aldeas Infantiles SOS de España

En España contamos con periodistas rigurosos, pero a veces no se respeta la intimidad y el honor de los menores
Por Azucena García 21 de noviembre de 2014
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Pedro Puig conoce muy bien los problemas que afectan a algunos niños. Por ello, desde la organización que preside, Aldeas Infantiles SOS, ha impulsado la elaboración de un código ético para los medios de comunicación. Su objetivo es que se cuiden las informaciones que afectan a los niños y que las prisas con que a veces se publican no les falten al respeto. “En ocasiones leemos artículos que desconocen los límites y que obvian el daño que pueden hacer cuando identifican a un niño dando detalles de él mismo, de su familia o de su entorno”, precisa en el prólogo del citado código. En esta entrevista, Pedro Puig se refiere al tratamiento de la infancia vulnerable en los medios de comunicación, en especial en el actual contexto de crisis, y marca algunas pautas que deberían guiar la labor de los profesionales. “Sin duda alguna, el factor principal es el conocimiento, una mezcla de información y sensibilización”, subraya.

¿Cómo describe el tratamiento de la infancia vulnerable en los medios de comunicación?

En general, en España contamos con periodistas rigurosos y profesionales, con la sensibilidad necesaria para tratar temas de infancia, pero es cierto que, a lo largo de los años, hemos podido hacer acopio de malos ejemplos, donde no se respeta la intimidad y el honor de los menores, se descalifica a su familia o se cae en el morbo y en el sensacionalismo. Los niños vulnerables también tienen acceso a los medios y, si leen ciertas informaciones no elaboradas con el tacto y la profesionalidad necesarios, pueden sentirse indefensos y desprotegidos.

¿Por ello han considerado necesario un código ético para los medios de comunicación que traten estas informaciones?

“Pretendemos aportar consejos para que, siempre que se escriba sobre niños vulnerables, se anteponga el interés del menor”

El código ético que hemos elaborado no pretende dar lecciones a los periodistas sobre qué y cómo escribir, porque nadie mejor que ellos sabe cómo hacerlo. Sin embargo, hay veces que ante un tema como la infancia o las familias vulnerables, parten de un desconocimiento o se sienten limitados, lo cual les puede hacer caer en unas malas prácticas. En ocasiones, además, existen otro tipo de intereses en los medios, económicos o publicitarios, y estos nunca deben prevalecer sobre el bienestar del menor. Con este código pretendemos aportar una serie de consejos, para que los interioricen y, siempre que escriban sobre niños vulnerables, antepongan el interés del menor a cualquier otro.

¿Quién ha colaborado en su elaboración? ¿Se ha contado con la voz de los niños?

Nuestro esfuerzo está encaminado a la garantía de todos los derechos de los niños y jóvenes, incluidos la libertad de expresión y la participación social. Por ello nos gusta contar con su voz, tanto en nuestros programas como en cualquier publicación que realizamos. El código recoge algunas de sus frases, las que nos han comentado cuando les hemos preguntado cómo se sienten al leer noticias sobre ellos. Algunos nos han dicho que en la prensa suelen aparecer noticias negativas porque “le dan más importancia a lo malo”. Esto sucede, por ejemplo, cuando se publican estadísticas sobre seguridad o menores que delinquen, se tiende a destacar el porcentaje de reincidentes sobre cualquier otro, aunque este se haya reducido significativamente.

Además, hemos contado con los expertos. Durante meses, hemos trabajado con periodistas de larga trayectoria en secciones de sociedad e infancia de distintos medios (agencias, radios, prensa escrita…). Todos ellos nos han aportado su sabiduría, puntos de vista y los motivos que pueden llevar a que un periodista no sea lo suficientemente riguroso que debería. Por otro lado, también han colaborado ilustradores de gran prestigio que nos han regalado viñetas inéditas que captan a la perfección el espíritu que Aldeas quería dar al manual. El periodismo gráfico también tiene su función en este aspecto.

¿Cuáles son los principales errores que se cometen en los medios al hablar o escribir sobre infancia vulnerable?

Suelen desvelar la identidad de los menores o sacan a relucir la situación de vulnerabilidad que vive un niño cuando no tiene relación con el hecho noticiable. Otras veces, se culpa al pequeño o a su familia de la situación de exclusión en la que viven. Nosotros queremos que se hable de esta vulnerabilidad en los medios, pero desde sus causas -pobreza, desigualdad- y sus consecuencias.

¿En el actual contexto de crisis, se han vulnerado demasiado los derechos de la infancia? Si es así, ¿puede poner algún ejemplo?

“En Aldeas, siempre que escribimos, tenemos una norma: que los niños o las familias que puedan leerlo se sientan correctamente tratados”

Le puedo comentar un titular del pasado verano que decía “Unas vacaciones para los olvidados”, Encabezaba una información sobre un campamento de verano para niños que vivían en acogimiento residencial. ¿Por qué los olvidados? ¿Cómo cree que se sentirán esos niños al leer ese titular? En Aldeas, siempre que escribimos, tenemos una norma: que los niños o las familias que puedan leerlo se sientan correctamente tratados. Escribimos poniendo el corazón en ellos y la cabeza en el público que lo va a leer. Con la crisis ha aumentado la vulnerabilidad de las familias. Por ello es muy importante hablar en los medios de la pobreza de las familias, sus causas y consecuencias, pero desde la ética y la profesionalidad, dejando de lado las culpas. Y con la crisis, por desgracia, se ha hablado mucho.

En el prólogo del código se refiere a “la decepción del informador apresurado y poco respetuoso con la niñez más indefensa”. ¿Qué es más necesario para publicar informaciones correctas desde un punto de vista ético: periodistas sensibilizados o informados?

Sin duda alguna, el factor principal es el conocimiento, una mezcla de información y sensibilización. Como organización que trabajamos directamente con las familias y los menores, debemos acercar ese trabajo a los periodistas. De hecho, cuando hemos invitado a periodistas a nuestros programas y han conocido de cerca nuestra intervención y a los usuarios, han entendido y comprendido, desde la empatía y la ética, su situación. El resultado han sido reportajes muy emotivos y con carga de denuncia social, un excelente trabajo.

Apela a escribir con el corazón, pero muchos periodistas lo hacen con el reloj. ¿Qué se puede hacer cuando el tiempo apremia?

“Se tarda lo mismo en elaborar una información adecuada que una inadecuada, solo hay que pararse un segundo a reflexionar”

En esos momentos, las organizaciones podemos facilitar el trabajo. En Aldeas contamos con un área de comunicación que elabora estrategias para informar de lo que sucede desde el respeto a los menores y las familias. Tratamos de hacer llegar a los periodistas ese enfoque. También les abrimos las puertas para que nos conozcan mejor. Pero, aunque desde las entidades les apoyemos, siempre es necesaria la ética periodística, para la cual sabemos que todos los periodistas están preparados. Las prisas nunca fueron buenas consejeras y, además, en la mayoría de las ocasiones se tarda lo mismo en elaborar una información adecuada que una inadecuada. Solo hay que pararse un segundo a reflexionar: ¿Cómo hablarías de esta situación si fuera tu propio hijo el involucrado? Pues, del mismo modo, hazlo con los demás.

¿Cómo podemos distinguir y respetar, como periodistas y como ciudadanos, a la infancia vulnerable?

Realmente es muy sencillo, cualquiera de nosotros puede sentir empatía por la situación que está viviendo un niño desprotegido. Solo hay que sumarle rigor. En el código incluimos una serie de consejos prácticos, como apelar al celo profesional, no magnificar ni alarmar, contextualizar el suceso, resaltar lo positivo antes que lo negativo, contrastar la información, etc. Son, en general, pautas en las que debería basarse todo periodismo, pero que tienen en cuenta que, cuando los protagonistas de la noticia son los niños en exclusión, su vulnerabilidad puede aumentar si no hacemos un buen trabajo. El niño se sentirá juzgado y marcado sin poder defenderse. Nadie quiere eso. De ahí que consideremos necesario hacer el trabajo de reflexión previo que mencionaba antes.

Por cierto, ¿cómo ha influido la crisis en la labor de Aldeas en España?

Sí. Hace unos cuatro años empezamos a observar necesidades en las familias de nuestros programas, que antes no existían. El desempleo y la falta de recursos han hecho que no puedan comprar bienes básicos como comida, vestido o material escolar. Hasta ahora, en nuestros centros de día trabajábamos con las familias vulnerables, pero no desde el asistencialismo, sino con programas de educación e inserción, para fortalecerlas y evitar que se produjeran abandonos infantiles. Con la llegada de la crisis, tuvimos que complementar nuestra acción habitual con nuevos programas de reparto de alimentos, becas de comedor o refuerzo en la búsqueda de empleo y autoempleo de los jóvenes.

Fuera de nuestras fronteras, ¿cómo está ayudando Aldeas a la infancia afectada por el Ébola?

“Se nos presenta un gran desafío de ahora en adelante porque muchos niños se han quedado huérfanos a causa del Ébola”

Nuestros compañeros de Aldeas Infantiles SOS de Guinea, Sierra Leona y Liberia están realizando un trabajo admirable, con ayuda del fondo de emergencia que hemos creado para que todos los países contribuyamos con donaciones. Aunque no trabajan directamente con enfermos de Ébola, sí están interviniendo en repartos de alimentos y suministros para las familias, así como atención médica a otro tipo de dolencias, puesto que la epidemia, además de miles de muertes, está ocasionando efectos devastadores de otra índole. A Aldeas y otras organizaciones de infancia se nos presenta un gran desafío de ahora en adelante porque muchos niños se han quedado huérfanos a causa del Ébola y están siendo rechazados por sus propios entornos por miedo a la enfermedad. El virus está ocasionando profundas cicatrices en miles de niños de Guinea, Sierra Leona y Liberia y tardarán muchos años en recuperarse. Aldeas reforzará su trabajo allí para intentar dar un hogar a todos los niños que se han quedado solos.

¿Cómo puede la ciudadanía colaborar con Aldeas?

Aldeas Infantiles SOS es una organización de infancia privada que depende del apoyo de los socios y las empresas amigas. Si no fuera por su generosidad, nunca habríamos podido atender a los más de 21.000 niños que han pasado por nuestros programas en España, Latinoamérica y África en 2013. Cualquier persona interesada en formar parte de nuestra gran familia SOS puede informarse en los teléfonos 902 33 22 22 y 91 300 52 14. Del mismo modo, todo el que quiera puede colaborar con el fondo de emergencias que hemos abierto para ayudar a los afectados de Ébola: aldeasinfantiles.microdonativos.com.

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