El riesgo de tomar suplementos de vitamina E sintética

El consumo de vitamina E sintética en determinadas dosis como complemento de la dieta puede resultar peligroso para la salud
Por Maite Zudaire 1 de diciembre de 2011
Img capsulas

Los complementos nutricionales son, para mucha gente, una manera cómoda de compensar las deficiencias de una buena alimentación, bien porque da pereza cocinar o porque no gustan ciertos alimentos. Pero el uso desmedido o sin asesoramiento puede tener contraindicaciones y efectos secundarios que ponen en peligro la salud humana. Es el caso de la vitamina E sintética, que puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de próstata, según el ensayo SELECT. En Estados Unidos, más del 50% de las personas mayores de 60 años toma suplementos que contienen vitamina E y, en muchos casos, dosis excesivas. Entre la sociedad española no se conocen datos tan precisos, pero es palpable el aumento de la venta y promoción de complementos nutricionales, a los que la mayoría de la población tiene acceso sin control ni asesoramiento previo. Un campo creciente es el de los productos que se venden con fines adelgazantes, de los cuales muchos son fraudulentos y peligrosos.

Los peligros de un consumo excesivo de vitamina E sintética

Datos preclínicos, clínicos y epidemiológicos sobre el interés potencial de diversos antioxidantes en la reducción del riesgo de padecer cáncer -en concreto el alfa-tocoferol, el beta-caroteno y el selenio- llevaron a desarrollar el mayor ensayo clínico aleatorizado en la prevención de esta enfermedad, el estudio SELECT (Selenium and Vitamin E Cancer Prevention Trial). En este ensayo, en el que participaron 35.000 hombres, se formaron tres grupos según se les administrara en forma oral selenio (200 mg/día de L-selenometionina), vitamina E (400 IU/día de acetato de rac-alfa-tocoferol) y combinado de selenio y vitamina E frente a placebo en cada caso. Los resultados de la investigación muestran que tomar suplementos de vitamina E sintética aumenta de forma significativa el riesgo de cáncer de próstata entre varones sanos.

Este efecto nocivo no se asoció a la ingesta de selenio ni a la toma conjunta de selenio y vitamina E, combinaciones usadas de manera popular por sus potenciales efectos protectores antioxidantes. Por otra parte, el experto Eric Klein, del Departamento de Urología de la norteamericana Clínica Cleveland y uno de los autores de la investigación, informa que tras más de cinco años de seguimiento, SELECT ha demostrado que «ni un solo agente ni vitamina E, ni selenio ni los suplementos combinados han impedido el desarrollo de cáncer de próstata».

Dieta rica en vitamina E y selenio

El aceite de girasol es, de todos los aceites vegetales, el más rico en vitamina E

Las ingestas dietéticas de referencia (IDR) de vitamina E para la población española (FESNAD, 2010) se sitúan, tanto para varones como para mujeres adultas, en 15 miligramos diarios (1 Unidad Internacional UI=0,67 miligramos de alfa-tocoferol). Para el selenio, las IDR se calculan en 55 microgramos en ambos sexos. Si se pretende aprender a escoger los alimentos naturales más ricos en antioxidantes, vitamina E y selenio de los menús no pueden faltar:

  • Un puñado de pipas de girasol, avellanas, almendras o garbanzos tostados.
  • Germen de trigo, un complemento dietético natural rico en vitamina E (21 mg de vitamina E por 100 gramos). Se puede añadir a zumos, ensaladas, verduras o cremas.
  • Aceite de oliva virgen extra (cuatro cucharadas diarias).

De todos los aceites, el de girasol y el de oliva virgen extra son los más ricos en vitamina E, de manera que una cuchara sopera de aceite de girasol cubre casi la práctica totalidad de los requerimientos de este micronutriente. También son comunes y están al alcance de la mano productos manufacturados enriquecidos en estos nutrientes. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) regula las declaraciones saludables atribuidas a estos componentes y que figuran en las etiquetas de muchos de estos productos, con el fin de evitar confusión entre los consumidores.

Los productos fortificados con selenio, años atrás, atribuían a este elemento mineral la capacidad para proteger frente a la acción tóxica de los metales pesados, para mantener un buen estado de salud de la piel, el cabello y las uñas, así como efectos positivos en las articulaciones. Sin embargo, todas estas supuestas acciones no han sido científica y debidamente demostradas según la EFSA y, a día de hoy, son inaceptables. Sí se ha reconocido y admitido el papel del selenio en la protección frente al daño oxidativo y su participación en la función normal del sistema inmunológico.

LICOPENO Y CÁNCER DE PRÓSTATA

Una de las reflexiones que plantean los expertos es que la prevención del cáncer por medio de la dieta es muy compleja y requiere un análisis profundo de los hábitos alimentarios y el tipo de alimentos que se comen, además de otros complementos dietéticos que se ingieran, ya estén basados en nutrientes, en fitoquímicos o en extractos de plantas. Esta opinión está respaldada por ensayos en los que se ha observado un efecto protector contra el cáncer de próstata asociado tanto a la restricción calórica como al tomate en polvo, pero no solo al licopeno puro.

Según el “Prostate Cancer Prevention Trial”, una mayor ingesta de licopeno no se asocia a una mayor prevención del cáncer de próstata. Ante estas nuevas evidencias, y para evitar mensajes confusos, los autores del ensayo apelan a los científicos y al público a entender que los primeros estudios que apoyaban una asociación del licopeno dietético con un menor riesgo de cáncer de próstata no se han reproducido en posteriores estudios en los que se ha determinado la ingesta de licopeno a través de biomarcadores séricos. Por tanto, no se puede recomendar tomar licopeno como agente quimiopreventivo.

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