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Los metales pesados representan un serio problema medioambiental y, por ende, en nuestra salud. Como no son química ni biológicamente degradables, pueden permanecer cientos de años en suelos, plantas, aguas… contaminándolos y llegando a nuestro cuerpo. Entre los tóxicos más conocidos se encuentra el plomo.
Efectos del plomo en los niños
Existe el plomo orgánico, como el que contenía hace unos años la gasolina, y hay más plomo inorgánico, el presente en el medio ambiente y los alimentos. Si bien el orgánico resulta más tóxico, el inorgánico, catalogado como carcinógeno, es absorbido con mayor facilidad por el organismo.
El plomo llega a nuestro cuerpo por inhalación de las partículas de plomo liberadas durante la combustión de materiales que lo contienen o por la ingestión de polvo, tierra, agua o alimentos contaminados. Y se distribuye a través de la sangre por órganos clave como pulmones, corazón, hígado, riñones o cerebro. En los huesos y dientes puede permanecer durante décadas y volver de nuevo a la circulación cuando existen mayores déficits de calcio, como en el embarazo o la lactancia, lo que ya implica riesgos a los bebés antes de nacer (retraso del crecimiento, prematuridad y aborto incluidos) y en los primeros meses de vida.
➡️ No solo afecta al desarrollo del cerebro infantil
Pero también tiene riesgos más adelante. De hecho, la exposición a esta sustancia está relacionada con alrededor de 1,5 millones de muertes al año, principalmente por enfermedades cardiovasculares, según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS). En los adultos puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial, afecciones cardiovasculares y daño renal.
Y es especialmente peligrosa en la primera infancia. ¿Qué pasa si un niño tiene plomo? En los peques la exposición a este metal tiene graves y permanentes consecuencias para su salud, ya que puede alcanzar al sistema nervioso central y el cerebro.
- En niveles elevados la intoxicación por plomo (saturnismo) puede provocar coma, convulsiones y hasta la muerte; y si el menor sobrevive, entre las secuelas permanentes figuran los trastornos del comportamiento y la discapacidad intelectual.
- Y en niveles más bajos de exposición, este neurotóxico también perjudica al neurodesarrollo, como sostienen muchos estudios: reduce el cociente intelectual, afecta a la pérdida auditiva, incrementa la irritabilidad, aumenta las dificultades de aprendizaje y el deterioro de la memoria y, por tanto, disminuye el rendimiento escolar.
Sin embargo, no solo el cerebro resulta perjudicado. El plomo dificulta la absorción de hierro y predispone a niveles menores de vitamina D. Así que puede producir anemia, además de dolor abdominal, vómitos, estreñimiento, pérdida de peso y apetito, hipertensión, insuficiencia renal o toxicidad en los órganos reproductores.
¿Por qué los niños pequeños son más vulnerables al plomo?
Es decir, no hay una concentración de plomo en sangre que pueda considerarse segura en la infancia. Pero es que, además, hay que tener en cuenta ciertos aspectos que determinan aún más la vulnerabilidad de los menores de seis años ante una intoxicación por plomo.
- En los pequeños, la absorción intestinal de plomo es 5-10 veces mayor que en los mayores y adultos.
- La frecuencia respiratoria en la infancia es mayor, así que pueden ingerir mayor cantidad de plomo contaminado en el aire y en las emisiones del subsuelo.
- Los bebés se lo llevan todo a la boca, como sucede con la arena de la playa o las perlas de agua.
- Además, algunos peques pueden presentar pica, un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) típico en la infancia que se caracteriza por el deseo irresistible por comer o lamer sustancias no nutritivas y poco usuales, como tierra, tiza, yeso o virutas de la pintura, por ejemplo.
- Si el niño tiene déficit de hierro, calcio o zinc, la absorción de plomo se incrementará.
¿Dónde hay plomo?

El plomo se encuentra en múltiples objetos: pinturas, baterías, soldaduras, municiones, aparejos de pesca, cerámicas, alfarería, vidriados, juguetes, cosméticos, joyas de plástico o metal además de muebles antiguos. Y, por supuesto, se halla en el humo del tabaco, como recuerda la Sociedad Americana contra el Cáncer.
Este metal pesado contamina la atmósfera, el suelo y el agua, por lo que los alimentos también son fuente de plomo. Está presente en cereales, legumbres y hortalizas, así como en algas, especias, carnes de caza… El agua del grifo es otro producto que contribuye a esa exposición, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), si bien esto se debe a que discurra por tuberías de plomo.
✔️ Cada vez en menos espacios
Por fortuna, cada vez hay menos fuentes de plomo, gracias a la aplicación de diferentes normativas. En el Reglamento (UE) 2023/915 se fijan los límites máximos de plomo en los alimentos que más contribuyen a la exposición a través de la dieta (frutas, verduras, cereales, alimentos infantiles, productos de origen animal y bebidas).
Y debido a su toxicidad, esta sustancia está prohibida en varias aplicaciones. Así, por ejemplo, desde 2001, ya no se vende gasolina con plomo en ningún país del mundo.
Asimismo, en España desde 2003 no se permite la instalación de tuberías de plomo en obras nuevas ni en reformas, si bien hasta 1975 este metal pesado se utilizaba de forma masiva en la fabricación de tuberías. Y las pinturas para uso doméstico tampoco poseen plomo desde 1988, a diferencia de otros países a los cuales la Organización Mundial de la Salud pide que se implementen medidas de prohibición integral sobre la producción, importación, venta y uso de pinturas a base de plomo para evitar su exposición a la población, especialmente infantil.
Y también en la Unión Europea está prohibida la munición de plomo en los humedales desde 2023. Además, la Comisión Europea, a través de la Agencia de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), propone un plan de restricción sobre el uso del plomo en la munición de caza y en los artículos de pesca. Sin embargo, no hay consenso para aplicarlo, como se ve en esta petición respaldada en España por al menos 130 científicos, como una “llamada urgente a la protección de la salud pública, la fauna y el medio ambiente”.
Dónde puede haber plomo en una casa con niños y cómo evitarlo
Aun así, gracias al resto de medidas ya implementadas, los casos de intoxicación por plomo han descendido notablemente su incidencia en España, si bien no hay que olvidar que sigue contaminando el medio ambiente.

De ahí que haya que seguir tomando medidas, especialmente si vivimos en regiones con suelos contaminados por la actividad minera o industrial y tenemos menores a nuestro cargo. ¿Las principales?
- Opta por la lactancia materna.
- Evita que la tierra y el polvo entren en su cuerpo.
- No dejes que los peques muerdan o chupen objetos pintados, como muebles o paredes.
- Procura no tener al alcance de los niños artículos de tu trabajo o aficiones que puedan contener plomo, como una plomada de pesca por ejemplo.
- Incúlcales la importancia del lavado de manos y la limpieza de juguetes.
- No permitas que permanezcan en espacios donde todavía es posible fumar.
Además, estos son los productos que puedes tener en casa y que podrían contener plomo. Ten cuidado con ellos.
👉 Juguetes infantiles
En Europa, el Reglamento REACH garantiza desde 2006 que los productos químicos utilizados en los productos, incluidos los juguetes, sean seguros para la salud humana y el medio ambiente. Así, por ejemplo, el contenido total de plomo en artículos y partes accesibles que puedan ser llevados a la boca por niños no puede exceder el 0,05 % en peso.
Por lo tanto, lo conveniente es evitar tener juguetes importados o de dudosa procedencia, además de los antiguos (soldados de plomo) de segunda mano. De hecho, en Reino Unido alertan de que el uso de juguetes de plástico de segunda mano puede asociarse a una mayor exposición a niveles inseguros de sustancias químicas como el plomo.
👉 Maquillajes
Como juguetes que son, los maquillajes infantiles son hipoalergénicos, y por tanto seguros. Pero hay otros, como los delineadores de ojos con nombres como kohl, kala o surma, muy populares en prácticas culturales en menores de origen pakistaní o de otro tipo de etnias, que pueden ser peligrosas para los niños pequeños por su contenido en plomo, tal y como explican los pediatras de atención primaria.
Así que, para prevenir una intoxicación por plomo, antes de comprar y usar estos productos, conviene mirar bien la etiqueta de ingredientes.
👉 Pinturas
La pintura con plomo es una de las principales fuentes de exposición en todo el mundo. Y si bien en nuestro país ya no hay por ley, puede encontrarse en construcciones antiguas o en ciertas pinturas para uso industrial o artístico (maderas, cerámicas). De hecho, el pasado mes de mayo se conoció que en Getxo (Bizkaia) una decena de personas —menores incluidos— habían resultado intoxicadas por plomo, al haber estado usando durante 15 años una jarra y un frutero de cerámica esmaltada.
Para evitar este tipo de incidentes, si hay sospechas de plomo en alguna superficie, lo recomendable no es frotar un algodón empapado en vinagre blanco para detectarlo, sino adquirir kits de prueba de plomo específicos o recurrir a un profesional de este material. Y una vez identificado, prescindir de ello.
👉 Agua
Si tu casa es antigua y dispone de tuberías de plomo, puede que el agua de tu vivienda contenga niveles altos de este metal (el máximo es 10 microgramos por litro). Lo idóneo —y legal— para reducir los niveles de plomo en el agua del grifo es sustituir las tuberías en el plazo de dos años desde que se detectan. Hay ayudas y subvenciones a nivel municipal y autonómico para la rehabilitación de edificios que pueden cubrir estas obras.
Mientras tanto, puedes usar una jarra con filtro para reducir la cantidad de plomo, pero lo más recomendable es que sigas estos consejos de expertos:
- No bebas ni prepares biberones con el agua que ha estado retenida en las tuberías durante horas.
- En estos casos, deja correr el agua hasta que se vacíen las tuberías y entre agua de la red general (normalmente es más fresca). Pero no desperdicies ese agua; con ella puedes bañarte, lavar, fregar o regar las plantas.
- Para beber o cocinar, usa el grifo de agua fría. Si necesitas agua caliente para cocinar o preparar un biberón, calienta el agua fría.
👉 Carne de caza
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda para los niños y niñas de hasta siete años, además de a las mujeres embarazadas, planificando estarlo o en lactancia —que también son colectivo vulnerable—, que eviten el consumo de carne de caza silvestre o limitarlo a piezas que no hayan sido abatidas con munición de plomo.


