Frío extremo y recortes humanitarios: ACNUR alerta de un invierno sin recursos

La Agencia de la ONU para los Refugiados advierte de que la reducción de fondos limita de gravedad su capacidad para proteger y brindar apoyo a quienes viven en condiciones extremadamente vulnerables
Por Comité español de ACNUR 27 de noviembre de 2025
campaña para combatir el frío extremo ACNUR
Con la llegada del frío, millones de personas refugiadas y desplazadas internas se preparan para afrontar un invierno que será muy duro. No solo por las temperaturas extremas, sino también por el recorte de fondos humanitarios, lo que amenaza la situación de una gran parte de esta población. En concreto, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, advierte de que la reducción de fondos limita de gravedad su capacidad para proteger y brindar apoyo a quienes viven en condiciones extremadamente vulnerables. Frente a ello, ACNUR ha lanzado una llamada de emergencia global: la ayuda disponible será insuficiente, justo cuando más se necesita.

📌 Ya estamos en WhatsApp Telegram. ¡Entra y síguenos!

Dominique Hyde, directora de Relaciones Externas de ACNUR, tras su regreso de Siria y Jordania, expresó: “Los presupuestos humanitarios están al límite y el apoyo que ofrecemos para el invierno será mucho menor”. De acuerdo con Hyde, miles de familias se verán forzadas a afrontar temperaturas bajo cero sin medios adecuados, entre ellos, mantas, calefacción, ropa de abrigo y medicinas esenciales. Asimismo, enfatizó que “tendrán que sobrevivir sin cosas que muchos de nosotros damos por sentadas”, como un techo bajo el que refugiarse.

Ante este contexto, la Agencia de la ONU ha puesto en marcha su campaña global de invierno. El objetivo principal es recaudar al menos 35 millones de dólares para reparar viviendas dañadas, proporcionar materiales térmicos de emergencia, facilitar acceso a medicinas y comida caliente, y entregar ayuda económica a las familias en situación más vulnerable.

Con el recorte y descenso de las donaciones de gobiernos y organismos internacionales, la solidaridad individual es aún más crucial. Por ello, ACNUR insiste: cada contribución cuenta y, en muchos casos, puede marcar la diferencia de una vida.

Siria: reconstruir en ruinas y con frío extremo

En Oriente Medio, la crisis humanitaria persiste. Tras el colapso del régimen de Assad, más de un millón de personas refugiadas sirias han regresado a su país desde finales de 2024. Sin embargo, ese retorno ha significado encontrarse con ciudades destruidas, edificios en ruinas y servicios públicos desbordados. En ese contexto, la llegada del invierno no es solo un desafío, sino un riesgo mortal.

La falta de financiación podría dejar a más de 750.000 personas sin ayuda esencial, una situación que se vuelve aún más crítica con la llegada del invierno. Y, en cambio, la necesidad es mayor que nunca: 16 millones de personas en Siria requieren asistencia humanitaria urgente.

ACNUR reparte artículos de primera necesidad —mantas, colchones, utensilios de cocina, lámparas solares, ropa de abrigo— y continúa trabajando en la rehabilitación de viviendas, en la protección de la infancia y en el apoyo contra la violencia de género.

En países vecinos como Líbano, que acoge a 1,5 millones de refugiados sirios, y Jordania, que brinda refugio a más de 600.000 personas sirias, la Agencia ofrece apoyo económico, documentación, protección legal y opciones energéticas sostenibles, como paneles solares en los campos de refugiados de Azraq y Zaatari.

No obstante, este trabajo está en riesgo. Como insistió Hyde, “las familias que conocí en Jordania mantienen la esperanza de regresar algún día, pero se sienten abrumadas por el inmenso reto que supone reconstruir. Con la llegada del invierno, luchan por superar obstáculos con casi nada”.

artículos para hacer frente al frío
Los trabajadores de un almacén de ACNUR en Afganistán cargan artículos de primera necesidad, como tiendas de campaña, lonas y mantas, en un camión para su distribución.
Imagen: ©UNHCR / Oxygen Empire Media Production

Afganistán: pobreza extrema y retornos masivos sin recursos

En Asia Central, la situación es igual de desoladora. Afganistán, tras más de cuatro décadas de conflicto, terremotos recientes y un colapso económico prolongado, se enfrenta a un invierno devastador. Precisamente, nueve de cada diez afganos viven en una situación de pobreza, y los servicios públicos están al borde del colapso.

Más de 2,2 millones de personas han regresado forzosamente desde Pakistán e Irán durante el último año, muchas de ellas siendo expulsadas u obligadas a volver sin recursos ni redes familiares. Algunas de ellas regresan a un país que no conocen, y otras vuelven a comunidades incapaces de afrontar tantos retornos.

ACNUR, desde sus acciones, ha reforzado su presencia en los pasos fronterizos, ofreciendo refugios de emergencia, ayuda inmediata y apoyo psicológico. A pesar de ello, los recursos son muy limitados para cubrir necesidades tan extensas. En Afganistán, por ejemplo, con apenas 30 dólares sería posible proporcionar un bukhary para una familia, un dispositivo tradicional que permite mantener caliente el interior de una vivienda. Aun así, sin financiación suficiente, incluso esta ayuda mínima económicamente corre riesgo.

Ucrania: cuarto invierno de conflicto

ayuda ACNUR sistema de calefacción
Nadiia Rudchenko vive en la región de Zaporizhzhia, en el sureste de Ucrania, situada en primera línea del frente. Ha recibido ayuda para el invierno del ACNUR y sus socios, que les ha instalado un nuevo sistema de calefacción en su hogar.
Imagen: ©UNHCR / Alina Kovalenko

En lo que respecta a Europa, Ucrania se encamina hacia su cuarto invierno consecutivo en el contexto de guerra. Las bajas temperaturas, que alcanzan incluso los -20 ºC, se unen a los cortes constantes de electricidad, agua y gas provocados por los ataques contra las infraestructuras civiles. Ante esta realidad, ACNUR sigue centrándose en la reparación de casas dañadas, la entrega de kits térmicos, la distribución de ayudas económicas y el acompañamiento psicológico.

Más allá de Ucrania, países como Moldavia, que acoge a más de 130.000 refugiados ucranianos, dependen en gran medida del apoyo directo de ACNUR para proporcionar alojamiento temporal, asistencia económica y kits de invierno para cubrir necesidades básicas.

Un gesto ante una crisis global silenciada

Respecto a los kits térmicos distribuidos en Ucrania, ello supone un coste de 80 dólares, mientras que con 95 dólares es posible equipar con ropa de invierno a un niño refugiado en Moldavia. Asimismo, 120 dólares permiten reparar la vivienda de una familia en Líbano, y 181 dólares cubren el kit de invierno completo para una familia en Siria. Por ello, ACNUR recalca la relevancia de que pequeñas cantidades pueden significar un cambio real.

ACNUR insiste en que lo que está ocurriendo es una crisis mundial pero invisibilizada, ya que, de acuerdo con Hyde, “a medida que bajan las temperaturas, también disminuye la financiación humanitaria”. Particularmente, a mediados de año, la Agencia solo había recibido el 17 % del presupuesto necesario, una cifra alarmante si se considera que el número de personas desplazadas por la fuerza asciende ya a más de 122 millones, casi el doble que hace una década.

Como consecuencia, ACNUR ha tenido que reducir de forma significativa su escala operativa y su personal, lo que limita enormemente su capacidad para responder a emergencias crecientes.

Ante ello, la campaña de invierno de ACNUR no solo busca obtener fondos para poder atender esas emergencias, sino también concienciar sobre su gravedad. Por ello, una sola acción solidaria puede traducirse en calor, protección y seguridad. 

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube