Al pil pil, en ajoarriero, a la vizcaína, a la riojana… El recetario confirma que el bacalao es muy versátil. Pero ¿cómo se puede darle un toque diferente y original a este pescado procedente de las frías aguas del norte? Quizás con una salsa de nueces. No solo por lo bien que se compenetran en cuanto a sabores, aromas y texturas, sino también porque suman propiedades nutricionales importantes, como se ve a continuación.
Las nueces aportan energía y resultan cardiosaludables gracias a los ácidos omega 3, mientras que el bacalao es ligero, hipocalórico y fácil de digerir. Por separado, cada alimento tiene propiedades nutritivas valiosas y saludables. Juntos, se complementan. Por un lado está el pescado blanco, lo que significa que su contenido en grasa es muy reducido (0,4 mg/100 g). Su carne también es rica en proteínas de alto valor biológico y posee, además, una amplia variedad de vitaminas y minerales. Por otro lado, sobran las razones para incluir las nueces en la dieta. Eso sí, no hay que perder de vista que es un alimento hipercalórico (592 kcal/100 g), por lo que conviene consumirlo con moderación.
Entre los ácidos grasos de la nuez destaca el linoleico, ácido grasoesencial para el organismo, con capacidad de reducir el nivel de colesterol, y que pertenece a la serie omega 3, igual que los que se encuentran almacenados en el hígado del bacalao. Al preparar un bacalao con nueces, no solo se mezclan los aspectos organolépticos del pescado y los frutos secos, sino que se compilan sus nutrientes. Resulta especialmente valiosa la suma de estos ácidos poliinsaturados esenciales, ya que se deben aportar al organismo a través de la dieta pues el ser humano no es capaz de sintetizarlos.
