Catering, alivio en la cocina

Las empresas de elaboración y reparto de comida a domicilio son una alternativa cada vez más solicitada en estas fechas
Por Clara Fraile 19 de diciembre de 2005

La escasez de horas disponibles para elaborar festines que precisan mucho tiempo y esmero, y las ganas de disfrutar de los familiares y amigos en otra estancia diferente a la cocina, hacen que cada vez sea mayor el número de personas que optan por contratar un catering en Navidad, según las propias empresas que se dedican a ello. A partir de 35 euros por comensal, una empresa de catering puede instalar en cualquier casa un auténtico restaurante. Además de la comida, los equipos más especializados se ocupan también de acompañar esa elaborada gastronomía con la vajilla, mantelería y adornos florales. Respecto a la calidad de estos alimentos, todos los obradores deben cumplir las normas y las inspecciones sanitarias, y son las administraciones regionales las responsables de certificar que estas empresas reúnen las condiciones higiénico-sanitarias exigidas. No obstante, si fuera necesario efectuar cualquier reclamación porque la comida hubiera llegado fría (y se hubiera encargado caliente), porque no es la que se eligió o porque el importe de la factura es superior a lo acordado, conviene quedarse con una copia del encargo y conservar el justificante de pago.

¿Merece la pena?

Virutas de jamón de bellota con picos, ensalada de bogavante con vinagreta de setas, poularda rellena de foie con su jugo, vieiras de Cambados, salmón ahumado con salsa tártara, dulces especiales, licores selectos… Los menús de Navidad son una excusa para sorprender y agasajar a los seres más cercanos. Por ello tienden a superarse cada año, lo que supone, además de un gran desembolso económico, muchos quebraderos de cabeza para las personas encargadas de prepararlos.

Tal vez por este motivo cada vez hay más familias que se plantean en Navidad la posibilidad de contratar, si no el menú completo de alguna de las comidas familiares, al menos alguno de los platos para disfrutar mejor de estas fiestas. Dar con la empresa adecuada ofrece la comodidad de no tener que emplear tanto tiempo y esfuerzo entre el mercado y los fogones.

Aunque cada vez más familias acuden a restaurantes a cenar las noches del 24 y 31 de diciembre y a celebrar la comida del 25 de diciembre y 1 de enero, los precios no suelen estar al alcance de todos. De ahí que encargar la comida sea una opción más fácil y, para muchos, más económica. Éstas son las razones:

  • Casi todos los catering preparan menús especiales para esas fechas.
  • Los menús pueden ser fríos o calientes. Llegan prácticamente listos para ser servidos directamente en la mesa.
  • El cliente escoge uno o varios platos para organizar su buffet, cena sentada, cóctel etc., pero también existe la posibilidad, en concreto con algunas empresas como El Sibarita, de confeccionar un menú personalizado con un chef del catering “a su entera disposición”, según describe su directora Rocío Teus.
  • Algunos servicios son muy económicos. El Laurel de Elena y Lola, en Madrid, asegura que desde 35 euros por comensal puede elaborarse una comida completa, incluyendo aperitivos, primero, segundo y postre.
  • Se puede pedir un plato o todo el banquete, siempre que se cubra un mínimo en cuanto a importe, que en algunos casos puede rondar los 150 euros, o número de comensales, que suele ser de seis. Si el precio o la cifra de comensales es inferior, algunos servicios simplemente añaden los portes al cobro.
  • También existen menús muy exclusivos. Norema Salinas presenta tres propuestas muy elaboradas para estas navidades. Los precios oscilan entre los 87 y los 120 euros por persona. Según ella, “los banquetes se encarecen cuando se trata de menos de 20 comensales”.
  • La mayoría de estas empresas solamente reparten en Nochebuena y Navidad, no desplazan el servicio de cocina ni camareros. Para motar los canapés, por poner un caso, o para servir en los platos y calentar se proporcionan las indicaciones precisas al personal de servicio de la casa, si lo hay, o al anfitrión.
  • Algunas firmas prefieren que esos días sea el cliente el que se encargue de acudir a su obrador a recoger la comida. Hay otras empresas que reparten la comida en casa, por lo que al presupuesto final habrá que sumarle los portes.

Las empresas generalmente disponen de productos específicos para Navidad, pero no aplican recargo por tratarse de esos días.

Un restaurante en casa

La facturación de las empresas de catering sube cada año en navidades. Se dedican a ello desde restaurantes al uso hasta proveedores de hostelería y turismo, pasando por grandes almacenes, pastelerías, tiendas de delicatessen… Una cifra que avala la consolidación del catering como área de negocio es que supone, por ejemplo, casi un tercio (29%) de la facturación total de muchos de estos negocios, como del Grupo Pastelería Mallorca, por ejemplo.

Pero la mayor facturación de estos negocios no se consigue en cenas de Nochebuena y Nochevieja, aunque los pedidos aumenten cada Navidad; la mayor carga de trabajo es la que representan los cócteles de empresa. Otra buena época para el catering, según Norema Salinas, alma máter de la empresa que lleva su nombre, es la llegada del verano, “cuando se puede aprovechar el jardín para este tipo de eventos”.

Respecto a la seguridad y garantías de que los alimentos que proporcionan estas empresas son los adecuados, hay que subrayar que todas ellas deben cumplir las normas y las inspecciones sanitarias, tan rigurosas en los obradores. Las administraciones regionales son las responsables de certificar que estas empresas reúnen las condiciones higiénico-sanitarias exigidas.

De esta manera, el cliente puede estar tranquilo si sigue las instrucciones y consume los alimentos en las fechas indicadas por el proveedor. Hasta la fecha, por tratarse de un servicio “todavía no muy implementado”, tal y como señala la portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Ileana Izverniceanu, apenas se disponen de datos sobre el grado de satisfacción de los clientes.

No obstante, si hubiera problemas con el horario de entrega, con la llegada a casa de un pedido equivocado, mayor o menor del solicitado, o si la preparación de los platos no llega a satisfacer las expectativas del consumidor, es necesario reclamar. En previsión, la Federación de Consumidores en Acción (FACUA) recomienda seguir los siguientes consejos:

  • Como primera medida es necesario quedarse con una copia del menú contratado lo más detallada posible, en la que conste qué es lo que se va a servir, cuántas raciones, cuáles son los ingredientes, guarniciones, tipo de productos etc.
  • En segundo lugar, hay que conservar el justificante de pago por si hubiera necesidad de efectuar alguna reclamación posterior.
  • En caso de que el cliente se vea obligado a reclamar, el procedimiento sería el mismo que en cualquier otro establecimiento de hostelería: rellenar las hojas de reclamaciones y dirigirse a las oficinas de Consumo correspondientes, con o sin la ayuda de alguna asociación de consumidores.

A la hora de escoger

Ante la desconfianza de muchas familias a la hora de encargar la comida de Navidad a estas empresas, muchas otras lo hacen encantadas por la comodidad que supone contratar un catering, que además puede venir acompañado de todo el menaje, la iluminación y la decoración precisa. Más aún si todas las gestiones se pueden tramitar por teléfono e Internet. No obstante, conviene recordar que la reserva debe realizarse, en la mayoría de los casos, con una semana de antelación, aunque la comida se prepare normalmente la víspera. Además, estas empresas suelen tener un límite de aceptación de pedidos y una vez rebasado no aceptan más.

Una vez decidida la opción de comer o cenar estas navidades “de encargo” o “de catering”, se recomienda valorar algunos aspectos fundamentales:

  • Que la empresa ofrezca un trato personalizado y flexibilidad en los menús.
  • Que los productos sean de gran calidad, “una buena materia prima ayuda mucho en la cocina, sólo hay que darle un toque personal para que sea un plato exquisito”, comenta Elena Cubillo, del Laurel de Elena y Lola.
  • Que los platos tengan una buena presentación.
  • Que exista buena relación calidad precio.
  • Que quede claro cuáles son los acompañamientos, las bebidas y las guarniciones.
  • Que el cliente sepa de antemano si se trabaja con productos congelados.
  • Que quede claro si el pedido lo llevan a casa o el cliente tiene que ir a buscar los menús.
  • Que no haya dudas sobre las condiciones y forma de pago. Debe quedar claro si el IVA está incluido, así como si hay un recargo por el envío, si se incluyen las bebidas o el pan y si el menaje se paga aparte.
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