Comer en la playa: los mejores tentempiés

Ideas nutritivas, seguras y prácticas para disfrutar de un picnic en la playa durante las vacaciones de verano
Por María Manera 3 de julio de 2012
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Imagen: KatyaYa

El verano permite gozar de tentempiés saludables casi sin ningún esfuerzo, ya que apetecen menos los platos copiosos y aumenta el consumo de frutas y verduras frescas. Si se comerá en la playa, hay que tener en consideración una serie de recomendaciones para minimizar los riesgos al manipular y conservar alimentos en los días de calor. Aprender qué alimentos nutritivos y prácticos comer en la playa y cómo prepararlos para garantizar la seguridad alimentaria son los objetivos de las líneas que vienen a continuación.

Alimentos nutritivos y prácticos para la playa

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Imagen: CONSUMER EROSKI

Un guiso de lentejas con verduras es una preparación que contiene valiosos nutrientes, pero no es la mejor receta para comer en la arena y bajo el sol. Los tentempiés playeros, para ser apropiados, deben reunir algunos requisitos, además de destacar por nutritivos. Las propuestas tienen que ser factibles y cómodas, y algo muy importante: deben minimizar la preparación y manipulación de los alimentos. Para ello, se pueden escoger algunas de estas ideas:

  • Ensaladas frías que requieran de plato y tenedor, como ensalada de lentejas con verduras, ensalada de pasta o patata o ensalada de arroz con salmón ahumado.
  • Los modernos «dips», o bastoncitos de pan, son otra idea que, además, apasiona a los pequeños. Pueden mojarse en salsas espesas como el humus, paté de lentejas y nueces o guacamole.
  • El típico bocadillo o sándwich, siempre que no se dé preferencia a los quesos grasos y los embutidos, es una buena opción. Una gran alternativa son las rodajas de tomate, de pepino e, incluso, las hojas de lechuga, acompañadas de atún, lonchas de pavo, queso fresco o tiras de pollo a la plancha.
  • Cremas frías para beber. Algunas opciones refrescantes son: crema de calabacín, crema fría de aguacate, gazpacho verde de lechuga y espinacas, sopa de tomate con queso fresco, gazpacho y crema de puerros.
  • Los postres adecuados están constituidos por fruta fresca: un melocotón, tres albaricoques, una fiambrera con cerezas o con dados de melón. Si de vez en cuando se desea un helado veraniego, se recomienda dar prioridad a los de hielo, ya que no contienen grasas y tienen menos azúcar y calorías que los helados cremosos.

Cómo preparar los alimentos playeros para garantizar la seguridad alimentaria

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Imagen: CONSUMER EROSKI

Las elevadas temperaturas del verano facilitan la proliferación de microbios en los alimentos que no se mantienen en frío. Si a esta situación se le suma el tiempo transcurrido entre la preparación del tentempié (o picnic) y su consumo, el riesgo de toxiinfección alimentaria aumenta. Respetar las normas de higiene durante la preparación y conservación y mantener la cadena de frío contribuyen a garantizar la seguridad de los alimentos.

Durante la preparación y conservación en el hogar, hay que tener en consideración una serie de recomendaciones:

  • Lavar bien los vegetales crudos y la fruta en casa.
  • No mezclar los alimentos crudos y cocidos con mucha antelación y a temperatura ambiente, ya que se favorece la contaminación.
  • Si se lleva tortilla de patatas, cuajar bien el huevo y prepararla con suficiente antelación para poder enfriarla.
  • Evitar salsas con huevo, excepto si son comerciales y no se han abierto.
  • Conservar en frío los alimentos hasta el último momento, en especial si llevan huevo o lácteos.

Para el transporte o viaje, conviene seguir algunos consejos sencillos de llevar a cabo:

  • Conservar los alimentos en neveras o en bolsas isotérmicas con placas refrigerantes o bien con cubitos de hielo en bolsas herméticas que no pierdan agua.
  • Si el viaje hasta la playa es largo, situar la nevera o bolsa isotérmica en la parte más fría del vehículo.
  • Una vez en la playa, resguardar la comida a la sombra.
  • Abrir la nevera o bolsa solo cuando sea necesario, para evitar que se caliente la comida.

En el momento de comer, también se puede minimizar el riesgo si se lavan las manos antes de coger los alimentos. Si no hay lavabos en la playa, las toallitas húmedas o los geles higiénicos (que no necesitan aclarado) son una opción apropiada.

Prevenir el corte de digestión

¿Cuántas veces hemos esperado con ansiedad a que pasaran dos horas antes de bañarnos? Esta recomendación de los padres, casi universal, tiene su lógica, aunque no está del todo bien explicada.

En realidad, el corte de digestión se denomina “síndrome de hidrocución” y tiene poco que ver con haber comido o no. La principal causa de este trastorno, que se caracteriza por la pérdida súbita de conocimiento y algunas veces incluso la muerte de la persona al sumergirse en el agua, se debe sobre todo al cambio brusco de temperatura y al hecho de meter la cabeza en el agua. Estas situaciones provocan una disminución de la frecuencia cardiaca y la contracción de los vasos sanguíneos superficiales y, cuando estas reacciones son muy extremas, pueden originar una parada del corazón.

En los niños, estos reflejos son mucho más acentuados, por lo que los riesgos -y también las precauciones- son mayores. El momento justo de la digestión (que puede durar varias horas, según lo copiosa que haya sido la comida) puede empeorar aún más las consecuencias o favorecer que se desencadene el síndrome de hidrocución.

Las recomendaciones más importantes, por lo tanto, abogan por evitar zambullirse de golpe en el agua. Siempre es aconsejable introducirse poco a poco y mojar primero la cabeza. Puede ser prudente esperar un tiempo antes de bañarse, en especial si la comida ha sido abundante: dos o tres horas es más que suficiente.

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