Consumo de cafeína entre niños y adolescentes

Un exceso se asocia a trastornos del sueño, que afectan de forma negativa al estado de ánimo de los niños y se relacionan con mayores tasas de obesidad
Por Maite Zudaire 11 de febrero de 2011
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Imagen: Monika Leon

La confirmación de un consumo excesivo de cafeína entre niños de 5 a 12 años, como resultado de un reciente estudio realizado por investigadores estadounidenses, pone de relieve los escasos conocimientos que se tienen acerca de la ingesta de alimentos y bebidas que contienen cafeína entre la población infantil. En general, los alimentos con cafeína más populares, como el café y el té (teína), no son habituales en la dieta infantil en nuestro país. Sin embargo, los niños tienen un mayor acceso a numerosos productos que también contienen esta sustancia excitante o análogos con efectos similares, como variedad de refrescos, bebidas energéticas, chocolates y otros productos que lo contienen, desde cacao soluble hasta toda la variedad de bollería y repostería rellena. Hasta la fecha, se han estudiado poco, y en consecuencia se conocen poco, los efectos del consumo de cafeína sobre el comportamiento y la fisiología de los niños. También se desconoce la cantidad máxima segura que se debe consumir a estas edades. Sin embargo, se acepta que niños y adolescentes son más vulnerables a los efectos negativos de la cafeína, si bien las consecuencias (nerviosismo, irritabilidad, menos horas de sueño) dependerán del nivel de tolerancia individual o su mayor o menor sensibilización a los efectos.

Listado de alimentos y bebidas con cafeína

Es difícil conocer la cantidad de cafeína que consumen tanto niños como adultos, porque no es un dato obligatorio en la etiqueta. Los manuales de nutrición informan del contenido estimado de cafeína o sustancias análogas con efectos excitantes (teína del té, teobromina del chocolate) en los alimentos y bebidas más comunes, como el café, el té, los refrescos de cola y el chocolate en barra (véase tabla). Sin embargo, se desconoce con certeza el contenido en tales componentes en productos frecuentes de la dieta infantil donde el chocolate es la fuente de teobromina, también excitante aunque en menor medida que la cafeína. En este grupo se incluyen variedad de alimentos habituales en la alimentación infantil, desde el cacao soluble de desayunos y meriendas, el propio chocolate en sus múltiples y variadas presentaciones y mezclas, hasta todo tipo de productos de bollería, repostería y galletería rellenos o cubiertos de chocolate (bollos, galletas, magdalenas, cereales en copos o en barritas, bombones, etc).

Una lata de refresco con cafeína aporta la ingesta máxima recomendada para un niño pequeño

Por su parte, las bebidas estimulantes («energy drinks», en su denominación oficial) son otra fuente de cafeína, sobre todo entre el público adolescente, que las consume durante las noches de fiesta como refresco o combinadas con alcohol. Esta mezcla resulta peligrosa a juicio de los expertos porque los componentes excitantes enmascaran la sensación de embriaguez, lo que induce a quien la toma a un mayor consumo de alcohol. Los estudiantes también recurren a este tipo de bebidas para tener la mente despejada durante más horas y afrontar el periodo de exámenes.

En general, los fines de semana y las celebraciones son momentos comunes para conceder caprichos a niños y adolescentes, como beber refrescos con cafeína, tomar algo de café o de té, o no privarles de comer chocolate y otros dulces chocolateados. Aunque los excesos en el consumo de alimentos y bebidas con cafeína entre los niños no se cometan a diario, puede que se repita todos o casi todos los fines de semana, lo cual se convierte en una costumbre poco saludable.

Un niño que toma un refresco de cola (41 mg de cafeína) ya ha cubierto su ingesta máxima recomendada de cafeína. Si además ese día ha desayunado cacao con la leche y un bollo relleno de chocolate, en la comida ha tomado mousse de chocolate como postre y para merendar una chocolatina, en su conjunto, la ingesta de tales alimentos resulta una cantidad exagerada de cafeína, además de excedida en energía y nada equilibrada.

Se recomienda que un niño no supere 2,5 miligramos de cafeína por kilo de peso y día

Según las directrices del Departamento de Salud de Canadá, se aconseja que un niño no supere 2,5 miligramos de cafeína por kilo de peso y día. Este organismo se convierte en referencia en este asunto, ya que a día de hoy no se conoce la cantidad máxima segura en la edad infantil, ni tampoco recomendaciones concretas de otros organismos de salud. A partir de estos datos, se estima un consumo máximo de 45 mg/día para niños de 4 a 6 años, 62,5 mg/día entre 7 y 9 años, y hasta 85 mg/día para menores de 10 a 12 años de edad. Se sabe que, aunque en dosis adecuadas, la cafeína mejora la atención y el rendimiento escolar en los niños, pero su abuso o el hecho de que su organismo sea más sensible a los efectos excitantes puede causarle nerviosismo o disminuir sus horas de sueño.

Estimulantes de algunos alimentos y bebidas
Ración (ml o g)
Contenido (mg/ración)
Café y bebidas de cola
CAFEÍNA
Taza de café
180
103
Taza de café descafeinado
180
2
Coca-cola
330
41
Coca-cola light
330
41
Pepsi cola
360
35
Pepsi light
360
33
TEÍNA
Té negro (3 min.)
180
3,6
Té frío
240
11
Chocolate
TEOBROMINA
Chocolate Negro (20 g, pastilla grande)
40
97

Se han identificado más de 1.000 productos con cafeína, entre alimentos y bebidas, que forman parte de la alimentación habitual de los niños

La idea de conocer a golpe de vista la cantidad de cafeína de distintas bebidas la ha resuelto una empresa estadounidense dedicada a la creación de materiales educativos en nutrición. Ha desarrollado un curioso póster en formato de tabla periódica, donde se comparan el contenido en cafeína y las calorías de las bebidas más consumidas en el país americano, por tamaño de porción estándar. Cabe señalar que el mercado americano supera con creces la oferta de productos con cafeína. De hecho, se han identificado 1.057 productos que la contienen, entre alimentos y bebidas, y que forman parte de la alimentación habitual de los niños estadounidenses de 6 a 10 años.

El mal ejemplo americano

Según referencias de los doctores en pediatría Claire Leblanc, presidenta del Healthy, Active Living and Sport Medicine Committee de la Sociedad Canadiense de Pediatría, y Bernard Griesemer, el 90% de las personas adultas de Norteamérica consumen cafeína a diario. Los fines de semana, entre el 75% y el 98% de los menores entre 2 y 18 años. Los estudios sobre este asunto llevados a cabo en la década de 1990 en el país americano informan que la ingesta de cafeína entre los niños oscilaba entre 16 y 60 miligramos diarios, incluso un 17% de ellos superaba los 100 miligramos al día. Para los niños, se estima que la cafeína proviene en un 55% de los refrescos de cola y demás bebidas con cafeína, en un 30% del té y en un 14% del chocolate y productos que lo contengan. Pero también advierten de que la popularidad y el consumo de las bebidas estimulantes ha crecido de manera extraordinaria en la última década y se convierten en una fuente indiscutible de cafeína entre los jóvenes.

El abuso de la cafeína influye de forma negativa en el estado de ánimo y provoca trastornos del sueño

Un reciente estudio publicado el pasado mes de diciembre en «The Journal of Pediatrics» sitúa el consumo de cafeína en 52 miligramos diarios entre niños americanos de 5 a 7 años, y hasta 109 mg al día entre quienes tienen de 8 a 12 años. Se puede comprobar cómo se superan con creces las recomendaciones para la edad.

Estos excesos repercuten de manera negativa en la duración y la calidad del sueño, de forma que los niños y adolescentes no duermen lo suficiente por efecto de la cafeína. Hay evidencia de que los trastornos del sueño se asocian con dificultades en el aprendizaje en el colegio, una mayor probabilidad de alteraciones en el estado de ánimo, e incluso de depresión, y mayores tasas de obesidad.

STOP A LAS BEBIDAS CON CAFEÍNA EN LAS ESCUELAS

Sanidad pretende poner fin a los productos tan poco saludables de las máquinas expendedoras ubicadas en los centros escolares. El objetivo es que la oferta alimentaria sea coherente con las recomendaciones de alimentación saludable y equilibrada dirigidas a la población en edad escolar. Un primer paso fue establecer límites para el tipo de alimentos y su cantidad de calorías, grasas, sal y azúcares.

Dentro de este acuerdo adoptado en el Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, se establecieron también los siguientes límites para las bebidas: valor energético máximo de 200 kilocalorías; el 30% de las kilocalorías, como máximo, procederá de los azúcares totales (este límite no se aplicará a las frutas y hortalizas ni a los zumos de frutas y no se contabilizará en la leche y en los productos lácteos); no contendrán edulcorantes artificiales ni cafeína u otras sustancias estimulantes, excepto las presentes de forma natural en el cacao.

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