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El abuso de dulces y la deficiencia de vitaminas
Las vitaminas B1 y B2 participan en la obtención de energía a partir de los hidratos de carbono, por lo que el exceso de dulces aumenta los requerimientos de dichas vitaminas
- Autor: Por maitezudaire
- Fecha de publicación: viernes 11 junio de 2004
Consecuencias del abuso de dulces
Diversos estudios nacionales sobre hábitos alimentarios en
niños y adolescentes, coinciden en el consumo excesivo de este sector
de población de chucherías, bollería industrial y todo
tipo de dulces. Los medios de comunicación, las modas y la falta de tiempo,
entre otros factores, hace que niños y adolescentes, cada vez con más
frecuencia, sustituyan un almuerzo o merienda equilibrados, compuestos por ejemplo
por fruta, zumos, derivados lácteos, bocadillos o sándwiches variados
etc., por productos de alto aporte calórico y elevadas concentraciones
de azúcares simples, que además están prácticamente
exentos de vitaminas, minerales y fibra.
El abuso de los dulces puede tener consecuencias sobre la salud de la población infantil y juvenil. La elevada concentración de azúcares simples que presentan dichos alimentos favorece la aparición de caries, ocasiona problemas de exceso de peso, aumenta el riesgo de desarrollo de diabetes mellitus en la edad adulta y contribuye a reducir la concentración de nutrientes de la dieta, por lo que aumenta la probabilidad de deficiencias nutricionales. En general, estos alimentos pueden considerarse fuente de calorías vacías ya que apenas aportan otros nutrientes (proteínas, vitaminas, minerales o fibra), salvo hidratos de carbono simples. Además, como consecuencia del abuso de dulces, es frecuente que durante la adolescencia tengan lugar deficiencias de vitaminas B1 (Tiamina) y B2 (Riboflavina).
Mayor requerimiento de vitaminas B1 y B2
La tiamina y la riboflavina son vitaminas hidrosolubles, es decir, son
solubles en agua y forman parte de las vitaminas del grupo B. Ambas desempeñan
importantes funciones, entre ellas la de actuar como cofactores de diferentes
sistemas enzimáticos relacionados con la obtención de energía
a partir de los hidratos de carbono o azúcares. En todos los alimentos
dulces abunda un ingrediente común, el azúcar refinado, al igual
que en galletas, bollería, pastelería, etc. Por tanto, tomar con
frecuencia y en cantidad abundante este tipo de productos, hace que el organismo
necesite un aporte extra de vitamina B1 y B2. Además, durante el proceso
de elaboración de los alimentos refinados, se elimina la parte del grano
del cereal más rica en dichas vitaminas. El refinado también provoca
una pérdida en el contenido de otras vitaminas y minerales además
de hacer que un porcentaje importante de la fibra presente de forma natural
en el alimento se elimine.
Dieta equilibrada para evitar deficiencias
En algunos casos la deficiencia de vitaminas
B1 y B2 se puede manifestar con estados de apatía, fatiga y debilidad,
entre otros. Y en concreto la carencia de vitamina B2 en la dieta puede provocar
trastornos oculares, bucales y cutáneos.
Llevar a cabo una alimentación sana y equilibrada, resulta suficiente para obtener las cantidades necesarias de tiamina y riboflavina. Son alimentos ricos estas vitaminas, la levadura de cerveza, los vegetales de hoja verde, el germen de trigo, los frutos secos y las legumbres, así como los cereales integrales o enriquecidos. En la carne de cerdo y las vísceras abunda la tiamina y en los lácteos la riboflavina.
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