El alcohol y sus riesgos

El consumo moderado de alcohol no es en absoluto dañino, aunque si la cantidad se vuelve excesiva, puede llegar a intoxicar gravemente al organismo y perjudicar seriamente la salud.
Por EROSKI Consumer 20 de julio de 2001

El alcohol no puede ser considerado un nutriente, ya que aporta «calorías vacías», es decir, que no nutren al organismo:

BEBIDA
GRAMOS POR 100 mL DE BEBIDA
CALORIAS POR LITRO
ETANOL
AGUA
PROTEINAS
CARBOHIDRATOS
GRASAS
FIBRA
GRADO
g/L
Vino blanco Vino tinto Cerveza
88 93 94
0,1 0,0 0,4
3,0 0,2 4,0
– – –
– – –
560 672 224
10 12 4
80 96 32
Sidra Brandy Vermouth
95 67 90
0,2 0,0 0,1
1,0 0,1 10
– – –
– – –
230 2.128 1.300
5 38 16
40 304 128

Hay muchas personas que nunca llegan a la ebriedad y que sencillamente consumen alcohol en las comidas y/o de modo «social», que pueden llegar a desarrollar problemas hepáticos.

La ingestión habitual elevada de alcohol origina diversas alteraciones en el organismo humano, tanto en el aspecto orgánico como psicológico, pudiendo provocar alteraciones en casi todos los órganos del cuerpo.

En 1984 el Ministerio de Sanidad y Consumo publicó el resultado de una encuesta en la que se indicaba que el 51,7 % de la población española adulta consumía bebidas alcohólicas a diario y de ésta, más de un 7 % ingiere unas cantidades que se estiman de riesgo (75 g de alcohol puro al día). Otra encuesta del Ministerio de Trabajo, en el mismo año, proporcionaba unos datos similares al indicar que se podía asegurar que por aquellas fechas en España consumían más de 80 g de alcohol puro al día más de tres millones y medio de ciudadanos. Un informe más reciente de Freixa (1992), destinado al proyecto «Euro Care Alcoholism» de la Comunidad Europea, indicaba que más de la mitad de los ciudadanos se han iniciado en el consumo de alcohol antes de los 16 años y que entre los jóvenes de 15 a 17 años, hay un 5% de bebedores de riesgo.

¿Cómo se define el alcoholismo? La OMS define el alcoholismo como la ingestión diaria de alcohol superior a 50 g en la mujer y 70 g en el hombre. Estas ingestas resultan muy nocivas para el hígado, lo que con el paso del tiempo, puede ser suficiente para que aparezca una hepatopatía alcohólica. No se trata de un único cuadro clínico, sino que pueden presentarse varias modalidades dependiendo de la cantidad de alcohol consumida, el tiempo durante el que se consuma y la susceptibilidad individual.

Esquemáticamente hay tres grandes cuadros de enfermedad hepática producida por alcohol que, de menor a mayor gravedad son: esteatosis (hígado graso), hepatitis y cirrosis alcohólica. En muchas personas aparecen las tres de manera consecutiva a lo largo de los años. Como orientación, se considera que debe consumirse excesiva cantidad de alcohol al menos durante 5 años para que se produzca daño hepático grave. No todas las personas que consumen alcohol en cantidad excesiva desarrollan enfermedad hepática grave. Hay un componente de susceptibilidad individual, aún no identificable, que hace que con la misma ingestión de alcohol unas personas desarrollen cirrosis y otras solamente esteatosis. No obstante, debe tenerse en cuenta que personas que no desarrollan enfermedad hepática pueden tener afectación grave por el alcohol de otros órganos tales como cerebro, páncreas, corazón o nervios periféricos. ¿Cómo saber qué cantidad de g de etanol estoy consumiendo? El alcohol, llamado etanol o alcohol etílico, se encuentra en distintos porcentajes en cada tipo de bebida: del 0,9 al 5 por ciento en las cervezas; del 10 al 12 por ciento en los vinos naturales y del 40 al 50 por ciento en los licores destilados. Tiene una densidad de 0,8. Esto significa que 1 centímetro cúbico de alcohol pesa 0,8 gramos.

La siguiente fórmula nos proporciona en g la cantidad consumida de alcohol en función del volumen ingerido y del grado alcohólico:

Alcohol (gramos)= ‹ grado alcohólico de la bebida x 0,8 (densidad del alcohol) x volumen ingerido en cl › / 10

Por ej: 1/4 L de vino (25 cl) de 11º proporciona: (11 x 0,8 x 25)/10= 22 g de alcohol puro. Gramos de alcohol (etanol) por dosis de bebida habitual:

  • Vaso de vino tinto, 15 g
  • Vaso de vino blanco, 12 g
  • Cerveza (botellín), 9 g
  • Chupito de brandy, 15 g
  • Botella de sidra, 30 g
  • Chupito de licor, 8 g
  • Copa de vermouth, 21 g
  • Chupito de aguardiente, 17 g
  • Chupito de whisky, 16 g
  • Chupito de ginebra, 16 g

(Vaso = 15 cl; Copa = 15 cl; Chupito = 5 cl; Botellín = 25 cl; Botella = 75 cl.)

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