El consumo de alimentos mediterráneos en los hogares españoles ha bajado en los últimos diez años

Este descenso es menos acusado en las familias con rentas bajas que en las altas
Por EROSKI Consumer 20 de mayo de 2002

El consumo de alimentos de la dieta mediterránea como pan, cereales, legumbres, patatas, vegetales/hortalizas, frutas, pescado, vino y aceites vegetales ha descendido en los últimos diez años, según datos del panel de alimentación que elabora el Ministerio de Agricultura.

No obstante, aunque este descenso es generalizado en todos los hogares, es menos acusado en las familias con rentas bajas que en las altas. De hecho, en las clases bajas el índice de adecuación a la dieta mediterránea era un 2,2 en promedio hace diez años, y se quedaba para las altas en 2,1. Con el paso del tiempo, el diferencial se ha ampliado, y en 2000 era 2,1 para las clases bajas y de 1,8 para las altas.

Al concluir los noventa, se comprueba que las familias con menores ingresos siguen consumiendo más que las de rentas altas y las diferencias se han agudizado, porque las primeras han aumentado el consumo de alimentos un 11% y las segundas lo han reducido el 5%.

Entre los productos que las clases bajas han incorporado en mayor medida a su dieta están esos artículos de prestigio como los platos preparados, vinos de calidad, zumos de frutas y derivados lácteos.

Tan solo hay cuatro productos en los que ha crecido la diferencia a favor de las clases altas en el final de los noventa:otros vinos, cerveza, bebidas de alta graduación y gaseosas/refrescos, ninguno de ellos fundamental desde un punto de vista nutritivo.

Desequilibrio

El panel del ministerio de Agricultura permite conocer la variabilidad de la dieta según la localización geográfica y ratifica el principio general de que, mayor renta no se corresponde con mejores usos alimentarios.

Sólo en los hogares de Asturias, Canarias, La Rioja y Castilla y León se consumen las calorías recomendadas. El consumo de proteínas sobrepasa con creces las recomendaciones totales en todos los territorios y lo mismo sucede con las vitaminas A, B1 y B2.

En hierro, todas las Autonomías superan los niveles recomendados, mientras los hogares españoles no cubren por sí solos las necesidades alimentarias de magnesio, yodo, zinc y calcio (a excepción de Canarias, Asturias y Castilla y León con respecto al calcio).

Pero, en el balance energético medio de la alimentación de los hogares españoles, la relación de calorías según procedencia se reparte entre un 14% con origen en las proteínas, el 41% en los hidratos de carbono y el 45% en las grasas, y está claramente desequilibrada a favor de grasas y proteínas y en detrimento de los hidratos de carbono.

Destacan, por su mayor desequilibrio, las comunidades de Aragón, Madrid, Cantabria y Castilla y León, mientras que las de Castilla-La Mancha y Extremadura presentan una mejor relación, con un 43% de las calorías procedentes de los carbohidratos. Las comunidades de Murcia y Baleares son las siguientes regiones con unas dietas más equilibradas, aunque en estos casos los hidratos de carbono están un punto por debajo de las grasas.

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