El lomo de cerdo en la cocina

Las lonchas de cerdo, frescas o adobadas, son una de las partes más aprovechadas y que se pueden preparar de maneras más diversas
Por EROSKI Consumer 22 de noviembre de 2010
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Imagen: aolallag

El lomo de cerdo es uno de los alimentos más fáciles de preparar como segundo plato o en bocadillo. La forma en que se comercializa, fresco o adobado y fileteado, facilita su elaboración. Basta asarlo a la plancha o freírlo en una sartén antiadherente para cocinarlo en apenas un minuto. Además, se puede consumir sin necesidad de agregar sal y con una pequeña cantidad de aceite. Si se prefieren preparaciones menos convencionales, es posible servirlo con una guarnición de compota de manzana o pera, o bien con un puré de patata con piña asada.

Imagen: aolallag

Las lonchas de lomo se pueden catalogar como una de las partes más nobles del cerdo y que mejor se aprovechan. Esta pieza se divide en la cabecera, con mayor grasa intramuscular, y la denominada aguja, con menos grasa entre los músculos y un aspecto más uniforme. El lomo de cerdo es la carne de las chuletas deshuesadas que se comercializa fresca o adobada, en lonchas o en trozos más grandes. Se puede consumir de formas variadas, ya sea asado en el horno, braseado o guisado y troceado en lonchas, salteado o relleno y empanado y frito.

Al horno

El lomo braseado se puede acompañar con verduras troceadas

Para asar el lomo al horno, lo más habitual es embadurnarlo con aceite de oliva, sazonado con sal, pimientas o mostaza. Después, se asa en horno seco y, a mitad de cocción, se desgrasa con una copita de vino.

Para brasear, se acompaña de unas verduras troceadas. Cuando ya están cocidas, se trituran con el jugo del asado y se sirven como acompañante del lomo troceado. Es típico guarnecer este braseado o los asados con un puré parmentier de patata, aunque son más recomendables otras opciones menos convencionales, como compota de manzana, de pera o un puré de patata con un toque de piña asada.

Fresco y adobado

Si se prefiere la forma fileteada, tanto fresca como adobada, las posibilidades son variadas. Una de las preparaciones más habituales es la fritura en una sartén, con ajos pelados y troceados hasta dorarlos por ambos lados. Cuando estén en el punto deseado, se agrega una guarnición de pimientos rojos del piquillo cocinados en la misma sartén, los jugos y ajos con los cuales se ha frito el lomo y patatas fritas.

Además de esta guarnición, se puede probar con frutas también fritas o salteadas, como unas láminas de manzana, pera, mango o piña. Este contraste de sabores dulces y salados -carne grasa con elementos desengrasantes como las frutas- permite un gran abanico de sensaciones gustativas para el paladar.

RELLENO

Otra manera de cocinar la pieza fileteada consiste en rellenar dos tajadas de lomo con unos trocitos de queso, unas tiras de pimientos, unas láminas de calabacín salteado o unas pasas sin pepitas. La imaginación y el gusto por los contrastes determinarán el resultado final. Una vez rellenos, se pasan por harina, huevo batido y pan rallado y se fríen en abundante aceite de oliva para que se doren por ambos lados y se cocinen en el interior. Para acompañar el lomo relleno y frito, es recomendable una guarnición de ensaladas variadas de vegetales y frutas frescas o desecadas, aliñadas con vinagretas agridulces.

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