La liba es un pescado parecido al bacalao, y en muchas ocasiones se comercializa como tal, si bien, ni su talla ni su carne alcanzan la calidad de la del bacalao. El eglefino se puede identificar fácilmente ya que posee una mancha negra debajo de la línea lateral que el bacalao no posee. Allá donde se le comercialice recibe distintas denominaciones: liba, eglefino, burro o anón. Es un pescado propio del mar Cantábrico y del océano Atlántico aunque no es fácil encontrarlo entero en las pescaderías, lo habitual es que se venda ya limpio y en filetes.
La liba es un pescado blanco con carne de sabor suave, muy nutritivo y con escaso contenido en grasas. Por todo ello y por la facilidad que ofrece a sacar filetes o lomos sin espinas, es un pescado que se puede cocinar de la misma forma que la merluza o la pescadilla; en salsa verde, a la plancha, espolvoreado con ajo, perejil, limón y pan rallado y asado al horno o al microondas… Son los restaurantes de la costa levantina los que ofrecen una mayor gama de preparaciones, entre las que destaca la liba al estilo Mediterráneo. En esta ocasión, el pescado se acompaña con productos de la tierra como el aceite de oliva, la cebolla, el pimiento, la naranja y el limón.