Jordania, un sabor diferente

El auténtico sabor oriental de los platos tradicionales jordanos se puede disfrutar admirando los impresionantes restos arquitectónicos de la ciudad de Petra
Por EROSKI Consumer 27 de octubre de 2005

Legumbres, frutas, carnes y verduras constituyen los principales pilares de la gastronomía jordana. Es importante recordar que ningún plato de carne contendrá cerdo, algo prohibido por la religión musulmana, por lo que lo más empleado es el pollo y el cordero.

Platos imprescindibles

El «mansaf» es el plato nacional de Jordania. Su principal ingrediente es la carne de cordero guisada que se acompaña de una base de arroz y una salsa de yogur. Sin embargo, existen muchos otros platos de gran relevancia tanto por su tradición como por su sabor. Este es el caso del original «musakhan», un plato de pollo horneado en pan árabe junto con cebollas y semillas de pino, o el «maglouba», donde tanto la carne como el pescado guisado pueden ser los protagonistas, servidos siempre junto con una guarnición de arroz y verduras.

Además de estos importantes platos, existen otros con nombres que cada vez resultan más conocidos en occidente como el «falafel», el «kebab» o el sorprendente «humus». El aspecto del primero recuerda al de unas croquetas o fritos de verduras elaboradas con harina de garbanzo, legumbre que también es la base del «humus», una pasta elaborada con garbanzos y aceite de oliva, además de numerosas especias, que se sirve fría. El «kebab», conocido como el «bocadillo árabe», se elabora con pan de pita relleno de carne y verduras y su consumo es cada vez más frecuente fuera de las fronteras de sus países originarios, entre los que se encuentra Jordania.

Para refrescarse, zumos y té

La gastronomía de Jordania es capaz de saciar los paladares más golosos. Además de poder disfrutar de innumerables dulces a la hora del postre, como el «konafa», un pastel de queso y almíbar, o el «ataif», elaborado con harina, azúcar y almendras, la sobremesa es el mejor momento para degustar un refrescante zumo de fruta. Las frutas empleadas en su elaboración son innumerables y sus sabores van desde el ácido presente en el «limoon», un acuoso batido de limón, hasta el dulce «luz», preparado con leche de almendras.

Si hay un sabor que hace recordar este país, es el del té. Servido con hierbabuena y aromatizado con cardamomo, una planta con frutos muy aromáticos y algo picantes, ofrece un sabor único cuando se bebe en las minúsculas tazas de té árabes.

Toda una mezcla de aromas y sabores que no permiten olvidar fácilmente la gastronomía de Jordania.

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