La cocina catalana, sabor a tierra y mar

Su cercanía a los Pirineos y al Mediterráneo, la convierten en una de las más ricas y variadas
Por EROSKI Consumer 6 de mayo de 2005

La gastronomía catalana se basa en la utilización de productos de la huerta, cereales, pescados y aceite de oliva, por lo que puede considerarse uno de los pilares de la dieta mediterránea.

Platos típicos de gran fama

Son pocas las personas que han visitado Cataluña y no han tenido el placer de degustar el pa amb tomaquet, el famoso «pantumaca», una receta catalana de gran tradición y muy sencilla de elaborar, pero con un sabor que no deja indiferente. Además de este famoso pan con tomate, el menú catalán ofrece muchos otros platos de excelente sabor y calidad que van a hacer difícil que el comensal elija uno de ellos sin pensárselo dos veces. Entre estos platos se encuentran algunos como la butifarra, la tortilla payesa (tortilla de patata, pimientos y tomate), la escalibada (plato elaborado con diferentes verduras como pimientos, berenjena, tomate y cebolla que se prepararan al horno), la esqueixada (una ensalada catalana típica de verano que se elabora con vegetales y bacalao) o los excelentes arroces catalanes, entre los que cabe destacar el arroz negro.

Los segundos platos también ofrecen opciones muy variadas e igualmente apetecibles como es el caso del conejo con caracoles, el xató (una ensalada a base de escarola, anchoas, bacalao, atún desalado y olivas que puede servirse como un original primer plato o como un segundo refrescante y ligero), el romesco de pescado (un sabroso plato elaborado con diferentes tipos de pescados y mariscos, acompañados de verduras) así como la escudella i carn d´olla (cocido en el que intervienen numerosos ingredientes, desde patatas y verduras hasta carne de ternera pasando por productos del cerdo).

Para regar cualquier plato catalán un buen vino del Penedés, Ampurdán o Priorati entre otros, será el mejor acompañante.

Deliciosos postres

La calidad de los postres catalanes no desmerece a la del resto de platos servidos anteriormente, al contrario, consiguen poner un punto final que hará que el comensal no olvide fácilmente la gastronomía catalana.

Si se desea degustar uno de los más conocidos, nada como la popular crema catalana, similar a las natillas y con una capa de azúcar caramelizado que la cubre. Además de este postre, existen muchas otras alternativas igualmente sabrosas como los pressecs amb vi, un postre elaborado con melocotones y vino, la empanada de calabaza, los bufats, unos exquisitos buñuelos de almendra, o la mel i mató, delicioso requesón con miel.

No hay que olvidar los turrones catalanes o las monas de Pascua, esculturas de chocolate típicas de esta región.

Cataluña posee una gran tradición gastronómica pero también una importante vanguardia que se refleja principalmente en Barcelona. De hecho, en ella se encuentran alguno de los mejores cocineros creativos del mundo por lo que si el bolsillo lo permite, merece la pena visitar sus magníficos restaurantes.

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