Los alimentos ricos en grasas pueden afectar negativamente a la salud del cerebro al reducir el suministro de energía. Ya es sabido que las dietas ricas en grasa tienen nefastas consecuencias para las salud, entre ellas la obesidad y la enfermedad cardiaca. La mayoría de expertos en nutrición recomiendan dietas ricas en hidratos de carbono, obtenidos a partir de alimentos como las verduras, las frutas o los cereales.
Ahora un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto concluye que las dietas pobres en hidratos de carbono y ricas en alimentos grasos pueden perjudicar con el tiempo la función cerebral.
En varios experimentos con ratas, los investigadores han descubierto que las dietas ricas en grasas merman la capacidad de los animales para aprender nuevas tareas. En comparación con otro grupo de ratas que ingirió una dieta estándar, estos animales obtuvieron un peor resultado en varios tests de memoria y aprendizaje.
Los autores del estudio creen que una dieta rica en grasas puede dañar el cerebro al incrementar la resistencia a la insulina, la hormona que controla el azúcar en sangre. La resistencia a la insulina es precursora de la diabetes, y dado que la obesidad es un factor de riesgo de esta, cualquier dieta rica en calorías incrementa el riesgo de diabetes.
Greenwood y sus colegas también han descubierto indicios en varios estudios humanos que apuntan a que los hidratos de carbono podrían mejorar la memoria. En un pequeño estudio con personas de edad avanzada, los investigadores descubrieron que un desayuno de patatas cocidas incrementaba su rendimiento en varios tests de memoria.
Según Greenwoord, las dietas pobres en hidratos de carbono actúan reducen el suministro de energía que llega al cerebro. Además, la carencia de glucosa puede dificultar la metabolización de la acetilcolina, una sustancia química implicada en la transmisión de señales nerviosas en el cerebro.
