Observatorio de la Alimentación de la Universidad de Barcelona advierte un aumento en el número de comidas entre los españoles

La cifra se sitúa en 4,19, inferior a las 5,4 que hacen los franceses o a las 20 que hacen los ciudadanos de EEUU
Por EROSKI Consumer 23 de enero de 2004

Los españoles comen más entre horas, prefieren menos legumbres, frutas y verduras, y son más flexibles para escoger dónde se come, debido a los ritmos de trabajo y de vida actuales. A esta conclusión han llegado los especialistas del Observatorio de la Alimentación de la Universidad de Barcelona (UB) que han realizado el informe «La alimentación y sus circunstancias».

La cena es una de las comidas que más cambios ha experimentado. Actualmente ésta «acepta hasta 200 combinaciones diferentes», según Jesús Contreras, el responsable del estudio. La verdura, el pescado o la tortilla características de la cena antiguamente se han cambiado por una pieza de fruta y un yogur, que a menudo se consumen en el sofá y ante la televisión, según el estudio, que afirma que «la población cree que come bien porque valora positivamente aquello que come».

Otro de los cambios más importantes se refiere a la cantidad de comidas que se realizan en un día, en España esta cifra se sitúa en 4,19, Contreras asegura que «la cifra aumenta en España, pero todavía está lejos de las 5,4 que hacen los franceses, que tienen una cultura de la alimentación próxima a la de los españoles, o de las 20 que hacen los ciudadanos de EEUU».

El estudio también ha investigado los hábitos alimenticios de los niños a través de los comedores de los colegios, centrándose en los alimentos que dejan en los platos. «La comida dejada es excesiva y principalmente se trata de verduras y el pescado». El rechazo al pescado por parte de los niños se ha atribuido históricamente a la presencia de espinas, «pero los niños tampoco aprecian el pescado sin espinas», según el estudio, que también señala que «en función de la condimentación de la verdura, puede resultar más apetecible o menos para ellos».

En cuanto al modo de alimentarse éste también viene marcado por los estilos de vida. «Se percibe una diferencia entre las comidas que se hacen en zonas más rurales y las ciudades, aunque en contra de lo que mucha gente pueda pensar, lo cierto es que no aumentan considerablemente el número de comidas que hacemos fuera de casa y se constata que el 83,3% de los ciudadanos come en casa», según Contreras.

La población, en general, considera que la dieta mediterránea es buena y que, como vive en un país mediterráneo, debe seguir una dieta de este tipo, aunque «no en todas las dietas se incluyen los productos que la caracterizan, como las verduras o la fruta», según ha apuntado el responsable del estudio.

Otro hábito alimenticio cada vez más extendido es el de comer en el trabajo alimentos cocinados en casa y transportados en una fiambrera. Jesús Contreras ha explicado que «esta es una práctica muy habitual sobretodo entre las mujeres jóvenes», y ha añadido que «esto ha hecho que se vuelvan a recuperar comidas que no se preparaban tanto, como las lentejas por ejemplo, porque se pueden transportar fácilmente y además en los centros de trabajo se ha extendido la presencia de microondas».

Para esto han sido clave los nuevos electrodomésticos, como los congeladores y los microondas, que también han contribuido a incrementar la presencia de comidas tradicionales y laboriosas «porque cada vez se dedica menos tiempo a la cocina, pero también es cierto que hay gente que cocina poco pero cuando lo hace, es en grandes cantidades y posteriormente congela los alimentos ya cocinados, que se pueden descongelar fácilmente gracias a los microondas», según Contreras.

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