Pho: la propuesta vietnamita para entrar en calor

El pho es una receta de caldo asiática con mucha sustancia, idónea para hacer frente al frío
Por Laura Caorsi 12 de noviembre de 2018

Img pho vietnamita hd

No es ningún secreto: pocas recetas son tan eficaces como un buen caldo para entrar en calor cuando hace frío. Un cuenco calentito y aromático alcanza para albergar toda la calidez del hogar entre las manos. Pero, hay caldos y caldos. Algunos pueden ser algo sosos (como los primeros que hacemos, que se quedan cortos de casi todo), mientras que otros son ricos y con sustancia (como los de las abuelas, cuyo sabor siempre queremos imitar). Los hay de carne y de pescado, de verduras, con fideos… Y luego está el pho, la versión vietnamita de este plato que podría calificarse como el caldo definitivo. Lo tiene todo.

¿Qué ingredientes se necesitan para hacer pho?

El pho es un plato típico de Hanoi que se come en todo Vietnam y que, gracias al comercio internacional, hoy en día también se puede preparar en España. ¿Qué se necesita para ello? Tomemos nota.

Algunos básicos: huesos de ternera, rabo de toro, solomillo, cebolla, cebolleta y fideos de arroz. Bastantes especias, como jengibre, cardamomo, anís estrellado, clavo de olor, canela en rama, semillas de cilantro, cáscara seca de naranja, lima, cilantro y albahaca fresca. Todo ello en generosa cantidad. Y también precisaremos salsa de pescado (un caldo que se consigue mediante la fermentación de pescado o marisco en salazón y que se vende envasado).

¿Algo más? Sí. Paciencia. El tiempo es el ingrediente fundamental de esta receta que requiere hervir los huesos durante un mínimo de seis horas para empezar a parecerse al plato original. En el pho no hay atajos.

¿Cómo se elabora el pho?

Los huesos de ternera y el rabo de toro se hierven a fuego lento junto con las especias, las hortalizas y la salsa de pescado. Los fideos se preparan aparte.

Para servir, se colocan primero los fideos de arroz en un cuenco. Luego, se vierte el caldo colado, se añade el solomillo crudo cortado en tiras finas y, para rematar, un puñado abundante de cilantro y albahaca fresca. Con este plato se pueden experimentar muchas sensaciones, aunque el frío, desde luego, no es una de ellas.

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