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Otras harinas: por qué probarlas poco a poco
«Si nos apetece comenzar a consumir otro tipo de harinas, lo primero es introducirlas de manera gradual en nuestra dieta para detectar posibles intolerancias y ver qué tal las digerimos«, recomienda Pedro Prieto Hontoria, tecnólogo de los alimentos y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética.
También hay que tener en cuenta que cada harina tiene un comportamiento diferente en la cocina y, por tanto, deberemos realizar los ajustes adecuados para dar con las cantidades exactas y los sabores. «Alguna harina derivada de almendras o semillas de girasol puede tener un mayor contenido de grasas y ello influye en un mayor contenido calórico», añade el experto.

Qué aporta cada tipo de harina
La siguiente tabla muestra qué harinas tienen gluten y cuáles no, así como los valores de fibra, proteínas y calorías que nos aportan por cada 100 gramos. Los datos corresponden a la Base Española de Composición de Alimentos (BEDCA) y al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Gluten | Fibra (g) | Proteínas (g) | Calorías (kcal) | |
Centeno | Sí | 11,7 | 8,2 | 359 |
Cebada | Sí | 10,1 | 10,5 | 361 |
Trigo integral | Sí | 9 | 11,5 | 322 |
Coco | No | 34,2 | 16,1 | 438 |
Soja | No | 17,3 | 37,3 | 412 |
Garbanzo | No | 17 | 19 | 364 |
Avena | No* | 9,5 | 13,3 | 389 |
Maíz | No | 9,4 | 8,3 | 329 |
Almendras | No | 9,3 | 26,2 | 578 |
Arroz | No | 0,5 | 6,9 | 369 |
la ausencia de trazas de gluten. Tiene que indicarlo en la etiqueta.
Harinas interesantes para la industria alimentaria
“La industria alimentaria ha puesto sus ojos en los diferentes tipos de harinas debido a que tienen determinadas propiedades tecno-funcionales que las hacen muy interesantes para productos como salsas, cremas, snacks, suplementos dietéticos o repostería y panadería”, explica el tecnólogo de los alimentos Prieto Hontoria.
Además, se está investigando para ampliar la oferta de harinas, buscando mayores aportes de fibra, minerales y vitaminas. “Se están aplicando desde altas presiones hidrostáticas a nuevos procesos biotecnológicos o de extrusión para desarrollar harinas con mayor valor nutricional y propiedades bioactivas mejoradas”, comenta.
Así, se trabaja en las harinas como nuevos agentes de textura para el desarrollo de nuevos alimentos, por ejemplo para personas con disfagia (dificultad para tragar) o los análogos cárnicos o pescado. Estas innovaciones permiten a la industria crear productos con mejor textura, mayor vida útil y propiedades nutricionales mejoradas, adaptándose a las demandas actuales”, concluye el experto.