La lactancia materna es beneficiosa para la salud del recién nacido. Pero las tomas de leche se deben mantener también de noche, algo que puede resultar agotador. A continuación se explica por qué es importante amamantar al bebé durante la noche y se analizan los pros y los contras de compartir la cama con el niño lactante. También se ofrecen consejos para conciliar el sueño después de las tomas nocturnas.
Lactancia materna a demanda, también de noche
Un bebé lactante también tiene hambre durante la noche y, en ocasiones, hasta a horas intempestivas para la agotada madre. Sin embargo, uno de los requisitos esenciales para que la lactancia materna exclusiva resulte exitosa es que las tomas no se restrinjan a un horario: la alimentación del pequeño debe ser la lactancia a demanda.
La Organización Mundial de la Salud y la Asociación Española de Pediatría coinciden en que las tomas de leche materna deben tener la frecuencia y duración que determine el niño, tanto de día como de noche.
No obstante, las tomas nocturnas son, en general, más difíciles para las madres, puesto que interrumpen su descanso. Además, en los primeros meses el bebé mama entre una y cinco veces durante la noche, algo que puede resultar agotador.
Las tomas nocturnas de leche materna son importantes para el niño
Amamantar a un bebé de noche es esencial para el éxito de la lactancia maternaA pesar de la incomodidad, los especialistas insisten en la importancia de amamantar al bebé durante la noche. Esta práctica aumenta el éxito de la lactancia exclusiva. La razón es de peso, ya que durante la noche se incrementan los niveles de la prolactina, la hormona responsable de estimular la producción de leche materna. La liberación de prolactina, cuando el niño succiona el pecho materno, «alcanza picos más altos durante la noche», explica el ‘Manual de Lactancia Materna: de la teoría a la práctica’ de la Asociación Española de Pediatría. Por ello, las madres que desean mantener una lactancia prolongada deben seguir el amamantamiento por la noche.
La Asociación Española de Pediatría apunta también que saltarse las tomas nocturnas «puede provocar una pérdida excesiva de peso del bebé«. El niño que no se alimenta durante la noche no recibe todas las calorías que necesita.
¿Otra razón para apoyar la lactancia nocturna? Reducir el tiempo entre las tomas disminuye el riesgo de obstrucciones en el pecho y problemas infecciosos para la madre.
Las madres que amamantan de noche duermen más
La falta de sueño y el cansancio explican que algunas mujeres traten de estirar tiempo entre tomas o sustituir alguna toma nocturna por leche de fórmula (así puede dársela otra persona).
Sin embargo, una investigación de la Universidad de California sugiere que esta solución no es la correcta. Según este estudio, los progenitores de bebés de tres meses con lactancia exclusiva duermen entre 40 y 45 minutos más que los que toman suplementos de leche artificial.
Por otra parte, la prolactina -además de favorecer la producción de leche materna-, actúa como relajante, tanto para la madre como para el niño.
Dormir con el bebé para amamantarle
Dormir con el bebé en la misma cama es una práctica frecuente entre las madres que optan por la lactancia natural. Tener al pequeño al lado resulta cómodo: no es necesario levantarse para alimentar al niño, sino que basta con tenerlo cerca del pecho para que pueda succionar.
Pero compartir cama con el bebé (colecho) genera cierta controversia. Algunos especialistas, como el Grupo de Trabajo para el Estudio y Prevención de la Muerte Súbita Infantil de la Asociación Española de Pediatría, sugieren que dormir junto al niño es uno de los factores de riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud señala que los lactantes que duermen con las madres maman hasta el triple de tiempo durante la noche que los que lo hacen separados. Y concluye que, al aumentar la lactancia materna, el colecho podría proteger contra la muerte súbita.
En todo caso, «la decisión de dormir o no con el bebé lactante es de los padres», afirma la Asociación Española de Pediatría. Aunque en caso de optar por el colecho, hay que tomar algunas precauciones.
La cama debe ser amplia y el colchón bastante rígido.
Hay que evitar cobertores o edredones pesados.
Nunca fumar en la habitación donde duerme el pequeño.
Atender al bebé ante las primeras señales de hambre y no dejar que llore en exceso. Así se tranquilizará con más facilidad y tardará menos tiempo en conciliar de nuevo el sueño.
Procurar un ambiente tranquilo y relajante durante las tomas nocturnas. Evitar la iluminación excesiva, los ruidos o los cambios bruscos de temperatura.
No cambiar al niño de pañal, a no ser que esté muy sucio, para no alterarle.
Si el bebé no se duerme o está excitado después de la toma, la pareja de la madre se puede hacer cargo de él mientras ella descansa.