Limitar los establecimientos de comida rápida, una herramienta más para reducir la obesidad infantil

Un estudio británico propone restringir el número de locales de 'fast food' en los barrios desfavorecidos como una medida más para reducir la obesidad infantil
Por María Huidobro González 11 de diciembre de 2024
fast food
Al igual que las causas de la obesidad en la infancia y adolescencia son múltiples, como analizamos en nuestro monográfico sobre obesidad infantil, también esta epidemia se puede combatir de diversas formas y desde distintos espacios. En España, con el fin de reducir este problema de salud pública, hay varias estrategias en marcha y otras pendientes de su impulso. Una de ellas, poner coto a la publicidad de alimentos insanos, aún no se ha lanzado, pero en Reino Unido ya tienen fecha para implementarla. Allí también han desarrollado otra medida con resultados interesantes. En el siguiente artículo contamos en qué ha consistido esta última iniciativa.

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La lucha contra la obesidad infantil es labor de todos, desde las familias hasta la Administración, pasando por la industria, los medios de comunicación, los centros escolares o los profesionales de la salud. Y los esfuerzos están empezando a dar sus frutos lentamente. Así, en los últimos años, en España la obesidad en menores entre 6 y 9 años (36,1 %) ha descendido casi cinco puntos, pero se mantiene en los niños y niñas de familias con menos recursos, como refleja el avance del último estudio ALADINO (2023).

Medidas para reducir la obesidad infantil

Subir el IVA a las bebidas azucaradas (2021) incrementar la práctica de actividad física en las escuelas y abrir sus patios para hacer ejercicio, promocionar la lactancia materna o desarrollar algunas de las 200 medidas del Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil (2022-30) han podido contribuir a esas cifras, entre otras medidas.

Pero aún queda mucho por hacer. No tenemos dietistas-nutricionistas en Atención Primaria, el uso de pantallas en el tiempo de ocio de los menores va en aumento o todavía está en trámite el Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles, por ejemplo.

👉 Restricciones a la publicidad

Además, tampoco se ha aprobado el decreto sobre publicidad de alimentos y bebidas poco saludables dirigida a los menores, cuyo borrador lleva redactado desde julio de 2022. Así que habrá que esperar a decir adiós en horario infantil o cuentas de redes sociales dirigidas a menores a anuncios de chocolatinas, zumos o helados, y otros alimentos insanos. Y eso que los niños, niñas y adolescentes de familias con menos recursos siguen siendo los más expuestos a los anuncios de estos productos, como explicamos aquí.

En Reino Unido con tasas de obesidad infantil muy altas también (41 % en 2021), sin embargo, han dado pasos más decididos en este último punto —y en otros—.

Ya en 2007 el Gobierno anglosajón prohibió la publicidad de productos HFSS (con alto contenido de grasa, sal y azúcar) en los programas infantiles y, como contábamos en este artículo sobre estrategias para combatir la obesidad infantil, en 2016 puso en marcha su propio plan de acción. Además de instaurar desde 2018 un impuesto a las bebidas azucaradas —con reducciones significativas como resultado—, en octubre de 2025 por fin será una realidad otra medida: la prohibición de anuncios de alimentos y bebidas insanas en cualquier franja horaria anterior a las 21:00 horas para la publicidad en televisión y una prohibición total de la publicidad pagada en Internet.

👉 Entornos con acceso a estilos de vida saludable

No obstante, además de estas iniciativas, hay que ser consciente de que es necesario garantizar que también los entornos cotidianos de la población infantil y adolescente promuevan un estilo de vida saludable, donde el fomento de la dieta saludable es fundamental.

fast food infancia
Imagen: Moisés Delgado

En ese sentido, en nuestro país, el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil incluye entre sus medidas algunas prioritarias que van en la línea de ofrecer en los entornos habituales de los menores, donde viven y pasan más tiempo, más facilidades para acceder a estilos de vida saludables. Entre ellas, destacan:

  • Desarrollar una regulación nacional que establezca criterios para que la oferta alimentaria de los centros escolares (comedores escolares, menús infantiles, máquinas expendedoras y cantinas), sanitarios y deportivos destinados a público infantil sea saludable, de calidad nutricional y sostenible.
  • Garantizar la disponibilidad de agua de consumo gratuita en centros educativos, sanitarios, deportivos, centros de las administraciones públicas, espacios públicos y restauración.
  • Impulsar medidas de apoyo al comercio local para que oferte productos saludables, frescos y de proximidad.
  • Elaborar mapas del entorno urbano periescolar que incluyan indicadores basales de contaminación, comercios con productos saludables, zonas verdes y azules, recursos deportivos, áreas para la actividad física y el ocio activo y rutas de transporte activo alrededor de los centros educativos.

Alimentos insanos cerca de los colegios

Y es que, sin contar con su entorno familiar, en los espacios donde los niños, niñas y adolescentes estudian, juegan, hacen deporte o pasean, es decir, en sus centros educativos, barrios, pueblos o ciudades, ¿qué encuentran? ¿Las máquinas de vending del colegio qué contienen? Y en las del polideportivo y alrededores, ¿cuáles son sus propuestas alimentarias? Los comercios y locales de restauración próximos, ¿qué les ofrecen?

En este estudio (2019) realizado en Madrid se señala que el 95 % de los centros escolares tienen cerca, a unos 100 metros de distancia de media, establecimientos que venden productos no saludables, como alimentos ultraprocesados o bebidas azucaradas. Y sus autores advierten: “Nuestro estudio muestra que las escuelas ubicadas en áreas más desfavorecidas tienen una mayor exposición a puntos de venta poco saludables en su entorno alimentario inmediato que las escuelas ubicadas en áreas más favorecidas”. En concreto, tienen una disponibilidad un 67 % mayor en comparación con los de áreas de clase media y una mayor accesibilidad (menor distancia).

🍔 Más en zonas de menor nivel socioeconómico

Otra investigación más reciente (2023), esta vez en Barcelona, también coincide en que el 95 % de los establecimientos de alimentación próximos a los colegios son de productos insanos y que esto es más frecuente en los barrios desfavorecidos: “La disponibilidad y asequibilidad de alimentos saludables fue mayor en las escuelas ubicadas en barrios con un nivel socioeconómico más favorable y, por el contrario, fue menor en las escuelas ubicadas en barrios más desfavorecidas”.

En sus conclusiones, los primeros investigadores sugieren que políticas restrictivas como prohibir la comida rápida (fast food) alrededor de las escuelas están justificadas para proteger a los niños y adolescentes de los efectos nocivos de los alimentos y bebidas poco saludables. De hecho, algunas ordenanzas municipales en nuestro país comienzan a poner limitaciones. Sin embargo, los autores creen que es importante que se considere el factor de las desigualdades socioeconómicas, una propuesta que también comparten los del estudio catalán.

Sin nuevos establecimientos de comida rápida

fast food locales
Imagen: Fernanda da Silva Lopes

De ahí que otras intervenciones interesantes para aplicar desde las administraciones tengan que ver con los locales de comida rápida, que forman parte de ese ambiente obesogénico que no ayuda a comer sano y que son más numerosos en zonas económicamente más desfavorecidas. Un estudio británico pionero publicado en fechas recientes en ‘Obesity’ arroja resultados relevantes sobre el impacto de una política de planificación urbana restrictiva con esos establecimientos hosteleros.

En algunas ciudades inglesas, los locales de fast food no pueden abrir a menos de 400 metros de escuelas y parques. Y en otras poblaciones, no pueden contar con ninguno más desde 2015. Así ocurre en Gateshead, una localidad del noreste de Inglaterra, que tiene como objetivo reducir la tasa de obesidad de los niños y niñas de 6 a 11 años, que en 2014 llegaba al 36,7 %.

Investigadores de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) se fijaron en este municipio para ver, por un lado, si la disminución de establecimientos de comida rápida se asocia con un descenso o no de la obesidad infantil y, por otro, si esta estrategia es más efectiva o no en áreas desfavorecidas. Para su estudio, utilizaron datos del Gobierno Británico, incluyendo el peso de los niños del Programa Nacional de Medición Infantil, calificaciones de higiene alimentaria de la Agencia de Normas Alimentarias, y medidas de privación y población de la Oficina de Estadísticas Nacionales.

🍩 En barrios desfavorecidos

Durante cuatro años compararon los datos de los diferentes barrios de Gateshead, pero en términos generales no observaron apenas cambios en el sobrepeso y la obesidad infantil. Un hallazgo que también han visto otros investigadores en otros estudios.

Sin embargo, en los barrios más desfavorecidos, donde había una mayor concentración de locales de comida rápida, sí que encontraron una reducción estadísticamente significativa del 4,8 % en la prevalencia de obesidad infantil.

Por tanto, en sus conclusiones sostienen que la política de planificación urbana de restringir los establecimientos de comida rápida puede usarse como una herramienta más para reducir las desigualdades en la obesidad infantil, ya que, advierten, “esta política solo puede ser efectiva en áreas con una alta concentración de establecimientos de comida rápida”.

Y es que, como reconocen los autores, el entorno alimentario está cambiando, con un auge del delivery (comida a domicilio) y su solicitud por Internet, lo que supone una mayor facilidad de adquirir fast food sin necesidad de desplazarse. “Las investigaciones futuras deben considerar si el entorno alimentario en línea puede afectar a la exposición a alimentos poco saludables y cómo hacerlo, y si es necesario cambiar la orientación y la legislación existentes para reflejar este entorno alimentario cambiante”, comentan.

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